Pregón 'ibérico' del Día del Almendro
Querido alcalde y miembros de la corporación, presidente de la Diputación Provincial de Salamanca, autoridades españolas y portuguesas, amigos de La Fregeneda y cuantos desde muchos rincones de nuestra tierra os habéis acercado hoy aquí para compartir y celebrar esta fiesta.Me presento ante ustedes como una enamorada de esta tierra, por sus gentes y por este entorno natural que constituye un auténtico paraíso.
Querido Bernardo, cuando me propusiste ser la pregonera en esta bonita y singular celebración del Día del Almendro, mi respuesta fue no, como siempre digo no a las invitaciones de este calado que me provocan un tremendo vértigo de responsabilidad. Pero tu bien sabías, como yo, que se trataba en este caso de una ocasión especial, y que pronto iba a encontrar las excusas necesarias para hacerme cambiar de opinión. Y así fue, y así es que me encuentro hoy aquí, con un tremendo vértigo de responsabilidad, sí, pero feliz y agradecida de que tú y todos los vecinos de La Fregeneda me hayáis regalado este momento. Gracias a todos vosotros
No es tarea fácil esta que me ha encargado vuestro alcalde porque esta fiesta tiene una larga tradición, con sus 55 años. Además, me consta, los pregoneros que me han precedido han puesto el listón muy alto. Y el propio árbol que da nombre a la fiesta hace difícil pregonarlo porque ha sido siempre objeto de atención de distinguidos poetas. Espero no defraudarlos a ellos ni a vosotros con mis palabras.
Aunque no soy de esta tierra, estoy bastante afincada en ella. Las tierras del Abadengo y de Arribes, mis Arribes, se han convertido en mi necesario y ansiado retiro espiritual, mi terapia. Aquí vengo siempre buscando la paz y el descanso que en otras partes no encuentro. Perderme caminando entre callejas y senderos, interminables paseos a caballo, o ayudar en las tareas agrícolas me han hecho conocer y entender las arribes; su cultura, sus tradiciones, sus costumbres. Y a sus gentes; sobre todo a sus gentes. Gentes de fuerte carácter y temperamento, pero afables. Duros y serios como el clima que los acompaña. Todos estos ingredientes componen el conjunto de estas tierras tan maravillosas y tan diferentes, con sus regatos y cachoneras, puentes y saltos, umbrías o avijeros y solanas bañadas por los ríos que tanto condicionan este paisaje único
Son muchos los rincones que esta villa ofrece al visitante para disfrutar del encajonamiento de los ríos Duero y Águeda, que durante millones de años han labrado un profundo surco en la meseta castellana. Y para testimoniarlo están los miradores de Mafeito o del Tumbo de la Caldera. Ahí el visitante se siente inmerso en una naturaleza agreste y virgen, que está esperando ser descubierta. La mayoría de los senderos y ancestrales caminos que salen de este pueblo van a morir a uno de estos dos ríos, señores y dueños de este territorio, constituyendo una de las fronteras más antiguas de Europa. El Duero nos separa de la vecina región lusa de Tras Os Montes desde el mismo momento en que se conformaron los reinos de Portugal y de León, luego Castilla y León, y más tarde nuestra querida España. El Águeda tardó algún siglo más en convertirse en frontera y los leoneses llegaron hasta el Coa o los portugueses se asentaron en pueblos de la comarca del Abadengo.
Y ésta es una de las identidades de esta fiesta, el estrechamiento de los lazos entre dos naciones hermanas, España y Portugal, que caminan juntas progresando en la casa común europea. Pero esta frontera, por muy accidentada que sea, fue siempre porosa a los hombres que aquí han vivido y el tránsito de personas y de mercancías ha sido constante entre ambos lados de la raya. Un vieja canción de Gabriel Calvo, trovador salmantino, canta a los arrieros que desde La Fregeneda llevaban sus mercaderías hasta la sierra. Un homenaje a todos ellos, historias de arrieros y contrabandistas que bien nutrían las alacenas de los municipios del entorno, en aquella ya informal relación transfronteriza
Pero en este día, el centro de la celebración lo ocupa el almendro. ¡Quién nos iba a decir que aquí, en las tierras fronterizas de Salamanca, se anticipa cada año la primavera con la floración de un árbol que viene de tan lejanas tierras! Hace ya miles de años que el almendro se cultiva y, aunque proceda de las tierras de Asia, ha viajado desde allí para convertirse en un árbol que se ha adaptado bien al clima de España como lo demuestra su arraigo en este hermoso rincón de Castilla. En su largo viaje hasta estas tierras ribereñas ha ido jalonando los países ribereños del Mediterráneo hasta ocupar una página en los mitos de los antiguos griegos, en los que el almendro nace de la castración de Agdistis y luego de su fruto surge el legendario Atis, compañero de la diosa Cibeles.
El almendro y su fruto también han marcado las tradicionales creencias de nuestros antepasados. Así muchas representaciones de la Virgen, de los santos, o del mismo Jesucristo se hacen rodeadas de una aureola ovalada, la mandorla. Y mandorla no es otra cosa que almendra en la lengua italiana. Como una premonición, pues dentro de la almendra se encuentra un tesoro que ha traído y, espero, traiga riqueza a estos lares.
Este duro invierno que ya pronto fenece ha retrasado la floración de una manera poco usual y otros años por estas fechas ya iba cayendo la flor y convirtiéndose en un manto de nieve al teñir de blanco y rosa todo el paisaje de La Fregeneda. De esta manera viene al almendro a corregir a la madre Naturaleza que aleja de este pueblo las nieves. Pero eso no impide disfrutar del majestuoso colorido de sus flores, variado y vivo, como si de un cuadro se tratara. Dispersos por el campo y por las arribeñas laderas, se asemejan a copos de nieve o bolas de algodón que adornan el paisaje. Y para más éxtasis, el aroma del almendro inunda como una melodía todo el ambiente, penetrando casas y roquedales.
Pero, queridos amigos, el almendro no solo adorna La Fregeneda sino que ha sido durante mucho tiempo una de las principales fuentes de riqueza de sus gentes. Gran parte de las tareas agrícolas de los hombres y mujeres de esta tierra se centraban en el almendro: cuidar el árbol con podas, abonar la tierra, realizar esmerados injertos, recoger el fruto y “escascar”, para separar el fruto de la cáscara. Todavía en los meses de agosto, septiembre y octubre se pueden ver en las calles de esta villa ingentes cantidades de almendras esparcidas por el suelo para secarse. Después con la almendra, se han elaborado exquisitos dulces: las almendras “garrapiñadas”, las fritas, los suculentos repelaos y, por supuesto, el queso de almendra, el rey de los postres, manjar digno de los banquetes de los dioses.
Y, según me cuentan, vuelve el almendro a dar vida y esperanza a las gentes de La Fregeneda; centenares de almendros han sido plantados en los últimos años como muestra de que aún el almendro ofrece riqueza y oportunidades. Trabajemos todos para que el almendro se convierta en el motor de la revitalización sociocultural, económica y ecológica de La Fregeneda y del resto de Las Arribes salmantinas. Desde aquí os animo a que entre todos redescubramos y recuperemos las prácticas agrícolas tradicionales, trabajemos por la puesta en valor de un producto agrícola de calidad y convirtamos al almendro en fuente de vida para esta maravillosa tierra y en un motivo para no abandonarla nunca.
Esta fiesta viene también marcada por el concurso de artículos literarios “Flor del Almendro”, en el que tanto participó nuestro bien recordado Pepe Ledesma, cuyos versos cierran el programa de esta fiesta. Y es que desde antiguo el almendro con toda su carga poética ha estado presente en la literatura desde la más remota Antigüedad. Quisiera traer aquí los versos de un conocido poeta español, Miguel Hernández. En uno de sus poemas evoca la eternidad que el almendro encierra:
Propósito de espuma y de ángel eres,
víctima de tu propio terciopelo,
que, sin temor a la impiedad del hielo,
de blanco naces y de verde mueres.
¿A qué pureza eterna te refieres
con tanta obstinación y tanto anhelo?....
¡Ah, sí!: tu flor apunta para el cielo
en donde está la flor de las mujeres.
¡Ay! ¿por qué has boquiabierto tu inocencia
en esta pecadora geografía,
párpado de la nieve, y tan temprano?
Todo tu alrededor es transparencia,
¡ay pura de una vez cordera fría,
que esquilará la helada por su mano!
Y con vuestro permiso, recojo las palabras de alguien bien conocido por los que vivís en La Fregeneda, Ángel Santano, que ha tenido en el almendro una de sus fuentes de inspiración poética, del que seguro os sentís orgullosos y que ha sabido plasmar en sus versos vuestro sentir y quehacer cotidianos
Mientras cantan palomas y jilgueros
y manos de mujer plantan mil flores
en jardines, ventanas y entre rejas;
mientras los convecinos y paisanos
se dan cita en la plaza remozada
y visten con las galas de Candelas,
vuelan mariposas;
unas veces, blancas;
otras veces, rosas.
¡Las flores del almendro
tan caprichosas!
Ya son 53 las ediciones de este concurso que ha visto aumentado el número de participantes, hasta los 55 actuales. Hago votos para que continúe su éxito otras tantas ediciones, de las que puedan sentirse orgullosas las generaciones venideras.
Y hablando de generaciones venideras, hay que encarar el futuro. Y junto a la ganadería y la agricultura, el turismo puede ofrecer a la Comarca del Abadengo y de Arribes un esperanzado futuro. Y hablando de futuro quiero referirme a la ansiada rehabilitación de la línea férrea La fuente de San Esteban Barca de Alva, dirección Oporto ya que la recuperación turística de sus 17 km finales es ya una realidad gracias a la Diputación Provincial de Salamanca. Esos últimos 17 kilómetros en los que la vía recorre los valles profundos y estrechos del Águeda y en los que túneles y puentes se suceden sin fin para salvar el tremendo desnivel.
Desde el momento en que puse mis pies por primera vez en esta única e inigualable obra de ingeniería civil, encuadrada en este paraje colmado de magia, comprendí porque no podía seguir en el olvido y porque había que recuperarla para el disfrute de todos.
En aquella ocasión, la recorrí a pie con el que ahora es mi marido, y he de reconocer que ni los murciélagos del túnel del Morgado ni el abismo al que me encaré al cruzar el puente del Poyo Rubio consiguieron enturbiar ni un ápice los sentimientos que en mi despertaron ese día; al descubrir esta maravilla, que como no me canso de decir, todos sin excepción deberíamos recorrer al menos una vez en la vida.
En mis numerosas visitas posteriores he podido completar mi recuerdo de aquel dia, con fotogramas de cada paso, de cada túnel y de cada puente, como si de una película se tratara. Y siempre hay algo que me sorprende, algo que no descubrí en mi visita anterior, un detalle nuevo que me pasó desapercibido y aparece de la nada como por arte de magia.
Esta primavera, estará finalizada la obra de rehabilitación de este último tramo español de una línea férrea en desuso catalogada como monumento. A partir de ese momento contaremos en esta comarca con un atractivo turístico único y excepcional que confío reciba las visitas de gentes de todas partes. A partir de ese momento, cuando tenga que compartir este sueño con tantos, perderé un poquito de eso que hice mio en aquella mi primera visita. pero merecerá la pena.
Y el sueño no termina sino que continúa.
Amigos de La Fregeneda y de su comarca, de Salamanca y de Castilla y León, estimados representantes de los municipios portugueses vecinos que compartís los mismos problemas y tenéis los mismos anhelos que los pueblos de este lado de la raya, sabéis el compromiso de la Diputación Provincial de salamanca con vosotros. Sois más que nuestros vecinos; sois nuestros hermanos. Y hace ya tiempo que dejamos de hablar de cooperación transfronteriza para hablar de convivencia. Porque ya no hay frontera entre nosotros. Nada nos separa pero si muchas cosas nos unen.
Y que mejor ejemplo que esta línea de ferrocarril, que convive pacíficamente en los dos países. Que cruza de España a Portugal y de Portugal a España sin entender de barreras ni de fronteras. Queremos que esta via en desuso se convierta en un reclamo turístico de visita obligada a nuestros territorios rayanos. Desde su inicio en la Fuente de San Esteban hasta su fin en Pocinho. Y pasando por Boada, Villares de Yeltes, Villavieja de Yeltes, Bogajo, Cerralbo, Olmedo de Camaces, Lumbrales, Hinojosa de Duero, La Fregeneda; Barca d´Alva y Almendra. Saludo a los alcaldes de estos municipios, algunos estáis hoy aquí acompañándonos.
Durante un siglo, el ferrocarril actuó́ como elemento vertebrador para nuestros dos países, y canalizó nuestras relaciones de cooperación. Facilitó el intercambio económico y cultural y suavizó el alejamiento de estas comarcas de frontera respecto de los flujos económicos y de poder provincial, regional y nacional. Tenemos ahora una oportunidad única para que este camino de hierro que tanto representó para nuestros territorios hace 130 años recupere su protagonismo, aunque por el no circulen trenes sino turistas.
Espero y anhelo que la provincia de salamanca y las cámaras de Figuera de Castelo Rodrigo y Vila Nova de Foz Côa refuercen su compromiso y su unión por y para el futuro de nuestras tierras y nuestras gentes. Ojala pronto este sueño también se haga realidad y ojalá todos participemos del entusiasmo colectivo y de la fe en el progreso que contagio a las gentes de esta tierra allá por 1887.
Me he alargado ya en exceso. Enhorabuena a toda La Fregeneda y permitidme que felicite muy especialmente a vuestro alcalde por defender y preservar un año más esta tradición. Confío en que la celebremos por lo menos durante 55 años más. Mi más sincera felicitación a todos y mi más sentido agradecimiento por hacerme parte de esta fiesta por un día. A partir de hoy, el Día del Almendro será también un día de celebración para mí y mi familia. A quienes agradezco que estén aquí acompañándome.
Viva la Fregeneda y feliz Día del Almendro.