De urgente necesidad
El cainismo de la clase política de la derecha democrática es secular, ya me lo decía hace muchos años mi buen amigo Juan Julián, hombre de bien, honrado y cabal, así como con una fina visión política y mejor jurídica.
Considero que ha llegado el momento de olvidar rencillas, superar enemistades, utilizar zotal en las viviendas, abrir las ventanas para comenzar a demostrar que se puede hacer política de otro modo, que la honradez, el trabajo y la solvencia pueden abrirse camino en la política. Unos desean destruir al PP, otros laminar a VOX y, mientras, los ciudadanos del espectro, mirando a Cuenca.
El PP tiene una magnifica estructura nacional que le permite competir en todos los municipios, que tiene oscuras paredes, pero el armazón es correcto, amén de que, dentro de este partido, como en todos, anidan personas honradas, leales, fieles, solventes y que sólo buscan hacer grande España. En el PP hay mucha gente que no es la “derechita cobarde” o traicionera, sino que cree que es donde mejor se le puede defender.
Vox tiene una estructura ideológica, en su manifiesto fundacional, que es prácticamente aceptada tanto por PP, como por VOX e incluso votantes de Cs, que tiene también que limpiar la casa, acomodar su discurso o, sobre todo, transmitirlo con nitidez y transversalidad: ser de verdad VOZ. Pero carece de una estructura limpia, solvente y sólida, cuando no manifiestamente delictual o cercana a esos ambientes. Vox no es un partido de extrema derecha, sino un partido de defensa de la unidad de España, de los valores de la vida, de la libertad social y económica, de un replanteamiento autonómico, de un Estado social y democrático que cubra las necesidades sociales, pero con una pequeña estructura, que desea ahondar en la democracia fortaleciendo los controles al poder, así como la cultura nacional. Bien es verdad que, esa imagen de ultras, se la pone la izquierda y que, dentro de sus huestes, hay quien está a gusto.
No sé cómo, no sé de qué modo, pero la unificación de los diferentes partidos en torno a un mínimo común denominador que les permita enfrentarse a una izquierda, cada vez más radical, es imprescindible y, si por decir esto, los del PP me llaman radical y los de VOX traidor, vamos por el buen camino, pues en toda negociación todos tienen algo que perder y lo importante es apegarte a los ciudadanos.
No dejen las negociaciones y alianzas para el último minuto, como pasó en las últimas elecciones, y busquen, como han buscado candidatos, dentro y fuera de las formaciones, personas solventes, sólidas intelectual y profesionalmente, y que estén implicados socialmente para que puedan liderar ese nuevo proyecto, limpien los partidos y los hagan más cercanos a los afiliados, a los simpatizantes y a los ciudadanos. Acaben con las carcundas o grandes Madames de las provincias, de las comunidades y ganen España tranquila, seria y firmemente, sin grandes alaracas o marciales eslóganes trasnochados y para nuestros padres. Santiago y Casado antes de ser generosos y renunciar a los egos, fortaleced vuestras posiciones dentro de los partidos, que algunos “Brutos” planean vuestras decapitaciones, y hacer fuerte e imprescindible el diálogo que las “putillas y chaperines” de cada partido pretenden destruir, y olvidaros, en esta construcción, de Rivera que él es la “izquierdita cobarde” que sólo busca vuestra destrucción.
Frente a un fascismo radical en Cataluña, que se consideran raza superior, para la que somos “el país y el idioma de las bestias”, que buscan romper España, que hablan de democracia para imponer su criterio, que organizan un agravio donde lo que se ha producido es el latrocinio permanente de sus dirigentes y que, en lugar de enfrentarse a ellos, el PSOE los busca, los comprende, los utiliza y se apoya en ellos o en la casta defensora de la dictadura sangrienta del proletariado, que quería el ministerio del interior y RTVE para aniquilar la libertad de prensa o que refiriéndose a una periodista “la pegaría hasta que sangre”, para después hablar de libertad, feminismo y democracia.
Si la derecha democrática, lejana del pasado, con solvencia y sin miedo no se une, Sánchez, y su mentira constante, la izquierda sangrienta y los “fascio-independen” se perpetuarán en el poder y nos llevarán a una nueva crisis aún más profunda, que, nuevamente, soportaremos los ciudadanos y no los políticos, como ya les toca.