Queridos Reyes Magos:
Queridos Reyes Magos:
Hoy os quiero escribir esta carta en mi nombre y, también, en el de mi hermana pequeña María. No penséis que soy tonto, en las cartas a los Reyes Magos los niños expresamos nuestros deseos y, sabiendo quiénes sois, se me ha ocurrido hacerlo así.
De lo que llevo vivido de infancia puedo decir que he sido un niño feliz, por eso quiero pediros en lo que me queda, seguir siéndolo. El otro día me explicasteis que, dentro de poco, voy a ir a un sitio que se llama Juzgado y que una señora que trabaja de juez me va a preguntar con quién de los dos quiero vivir y, que también es posible que María y yo tengamos que hablar con otra persona psicólogo y que todo ello es por nuestro bien.
He de reconocer que a veces me mandáis cosas que no me apetecen: hacer deberes, no mirar tanto la tele, y otras tantas, las cuales comprendo, pero ésta de ir al Juzgado os aseguro que no.
Por razones que son de mayores se ve que no vamos a vivir todos juntos y esta noticia me pone ya bastante triste. Esto a muchos niños de mi clase también les pasa. Para mí, vosotros y María sois lo más importante de mi vida, a nadie quiero más en este mundo y me es difícil pensar que esto algún día cambie. No quiero que papá me deje de llevar al fútbol entre semana ni que deje de venir a los partidos. Me gusta, cuando llega a casa del trabajo, que me pregunte cómo me ha ido el día, que me ayude a acabar los deberes y que nos riamos juntos viendo un programa de la tele. No quiero perderme las estupendas comidas que prepara mamá, ni dejar de ver lo encantada que se queda María cuando le explica un cuento y, menos aún, ese rato de sofá que me dedica, lleno de besos y abrazos, cuando ya se ha acostado la peque. Los dos siempre habéis hablado con mis profes y cuando me he puesto enfermo normalmente los abuelos se han quedado conmigo. Mamá llega a casa más pronto. Por la mañana el que puede nos lleva al cole. No sé, esto no me parece muy importante, María y yo estamos con vosotros cada día. Supongo que papá por ser Director sale más tarde del trabajo, pero claro, eso también hace posible que María estudie piano, yo haga fútbol, viajemos siempre por vacaciones y vivamos en una casa estupenda.
No entiendo por qué tengo que ir al Juzgado a una cosa de mayores cuando siempre estoy escuchando que esto y lo otro no porque es “de” o “para” mayores. Ahora bien, si he de ir tengo claro lo que en mi nombre y en el de María (porque ella no puede hablar, aunque ya sabéis que saber, sabe hablar) voy a decir: que os quiero muchísimo a los dos y, si se puede, quiero estar igual de tiempo con los dos; que, pido seguir haciendo las mismas cosas que hacía antes con los dos; que, quiero que los dos sigáis hablando con mis profes; que, cuando llegue a casa pueda llamaros por teléfono, tal y cómo hago ahora; que, ninguno de los dos mande más y que, aun discutiendo, porque eso ya lo hacíais antes, los dos toméis decisiones que nosotros por ser pequeños no debemos tomar.
Queridos Reyes Magos esto es lo que más deseo en este mundo, quiero estar y tener a mi papá y a mi mamá. El otro día en la clase de Mates escuché unas cosas horribles. Resulta que el papá de Sergio se fue con una chica joven y no lo ve, ni le llama y, además, no ayuda a pagar el cole ni la casa ni nada y su madre trabaja doce horas al día para atenderlo todo. La mamá de Marta no la deja hablar con su papi, cuando éste le llama hace ver que no hay línea, cuando le toca estar con él le dice que está enferma y, siempre habla mal de él. Además, la ha apuntado a hacer natación los miércoles al salir del cole, justo el único día que puede estar con su papi. Marta es una niña muy tímida, casi no habla, en parte también es porque es nueva en el cole, su madre la cambió cuando se enteró que también iba la hija de la novia que está con su papi. No entiendo que unos papás que dicen que te quieren mucho cuando están juntos luego, cuando se separan, puedan hacer algo así. Lisa explicó que su papá intentó lo de estar igual de tiempo con ella que su mamá pero que no sabe por qué, aunque tenía pruebas, a su papá sólo lo ve una tarde y lo añora mucho. Lisa es la que habló más porque ella también fue al Juzgado. Explicó que le dijo bien alto a la señora jueza que quería estar con los dos, a pesar de que su mamá la llevó a un psicólogo unos días antes medio a escondidas y sin venir a cuento le regaló la Nintendo DS. ¿Pruebas?, ¿qué son pruebas? Será por eso que papá anda detrás de los médicos y de los tutores del colegio para que le den unos papeles. ¿Y, porqué mamá no los pide, es que no los necesitará también? Digo yo, ¿no son iguales?
La verdad es que después de aquel día de clase de Mates entiendo más cosas: Marta va un psicólogo una vez por semana; Sergio ha suspendido 6, es el más gamberrote de la clase y prácticamente hace lo que quiere, nadie lo controla en casa; y, Lisa está siempre enfadada con su madre. Creo que ninguno es feliz. Mis mejores amigos son Andrés y Marcos. Andrés tiene dos hermanos, son gemelos y tienen 7 años. Viven todos juntos. Marcos es hijo único, sus padres están separados y él está una semana con cada uno. Mis amigos están contentos, yo creo que son felices.
Recuerdo que hace unos años nos explicasteis a María y a mí que a lo mejor teníamos una nueva hermanita de la China. Nos contasteis que esos niños están faltos de todo pero que, sobretodo, lo que más necesitan es el amor, el cuidado, la compañía y la atención que les puede dar un papá y una mamá. Ya sé que no es lo mismo pero igual Sergio, Marta y Lisa alguna vez se sienten como esos niños chinos ¿no creéis? y, en el caso de Lisa, algo tendrá que ver esa señora que decís que tengo que ir a ver. No quiero saber nada de leyes, creo que tampoco las entendería y, más aún, si lo que pone es que lo normal sea que una señora que hace de juez que no va a conocer nunca a María y que a mí me va a ver cinco minutos tenga que decidir con quién y cómo tenemos que vivir porque la ley dice que hay que escoger entre papá y mamá.
Así, mis queridos Reyes Magos os voy a pedir, ya que sois adultos, que lo sigáis siendo y que nos dejéis a los peques seguir disfrutando y creyendo en vosotros. Y, puestos a pedir, ya que ésta es la carta más mágica que he escrito nunca, también quiero que la Sra. jueza aparte de oír escuche a todos los niños. Y, a los que hacen las leyes, les diría lo mismo que me dice mi profe de Mates: ¡Pero bueno Matías esto, y lo sabes, podría estar mejor hecho!
Fdo.: Cualquier niño de 12 años.