La despoblación, que no desocupación
En el artículo titulado “El PIB de la despoblación” de fecha 3 de enero del 2018 ya hablaba que una de las responsables de la despoblación era la administración por la progresiva desaparición de ésta en aquellos pueblos cabeceras de comarca y que como consecuencia traía la amortización de puestos públicos, de funcionarios, que a la postre era población añadida, gente que hacían pueblo y lo dotaban de un cierto poderío económico. Maestros médicos, carteros etc.
Pero analizando el problema con más profundidad, uno que se dedica a la política y que mira el censo electoral, como un claro reflejo de la sociedad en su conjunto, encuentra un elemento en él -en el censo- que le lleva directamente a la desazón y la zozobra, que si son ciertas esas anotaciones y cifras, y creo que lo son, para hacerme llegar a una conclusión: que el problema de la España vaciada es mucho más grave, pero bastante más de lo que se pensaba.
Este elemento “el censo electoral” ha influido negativamente al esconder el efecto despoblación por medio de un empadronamiento ficticio y que es el que ha impedido poner el problema más pronto en las mesas de los políticos, es un censo que ha engañado a unos y a otros, es un censo utilizado políticamente por los gobiernos de turno que han asentado en él un poder municipal que ha ayudado a conseguir triunfos en los procesos electorales del gobierno local y regional y central, léase Senado o Diputación, y da igual quien haya sido el ganador, es en todo caso una herramienta utilizada por todos los partidos, y digo bien, todos. el perdedor sabemos quién es.
Es, en definitiva, un censo fraudulento y dañino
Los que, con su decisión de irse, pero sin irse, aquellos que siendo naturales del pueblo y viven fuera de él, pero sin querer desligarse del pueblo, lo es porque (no quieren romper ese lazo espiritual con su propia historia, sus recuerdos, sus antepasados) y eso es legítimo y para ello continúan empadronados en el municipio, son fantasmas, figurantes que han influido sin saberlo en el drama.
Bien es cierto, y eso vaya por delante, que el censo es la herramienta utilizada por el estado para a posteriori, hacer la aportación económica por los tributos, y que al final benefician al municipio, es la cola de la pescadilla.
¿En qué aspectos? a mi modo de entender en uno solo, fijan un ingreso al pueblo por parte del estado sobre una población que figura, pero no está. Fraude que ya nace desde la propia administración y es que el art 15 de la LBRL es muy claro:
Artículo 15….
Toda persona que viva en España está obligada a inscribirse en el Padrón del Municipio en el que resida habitualmente. Quien viva en varios municipios deberá inscribirse en el que habite durante más tiempo al año.
Estos empadronados a su vez, utilizan el empadronamiento para ahorrase unos euros en impuestos municipales diversos, más caros en la población donde residen habitualmente que generalmente es la capital donde están todos los servicios y al final, ese vínculo fraudulento se traduce en el mantenimiento de una población que se vuelve real en épocas estivales donde la existente, habitualmente dobla y en algunos casos hasta multiplica por 100, creando con ello un problema añadido. Falta de servicios generales y de infraestructura.
Dicho todo, la España vaciada es la dejación de obligaciones de toda la administración para y con el ámbito rural, servicios y derechos de los municipios obligadas a prestar por todas las administraciones y que no se aplicaron durante años.
Lo es también, aunque justificada, la población que, no teniendo un sitio y medio con el que asentarse, es decir “trabajo” posibilidades para sus hijos “colegios” para su familia “sanidad” derechos que nacen de las anteriores aludidas obligaciones de la administración, son los fantasmas, llamemos así familiarmente a aquellos que están empadronados pero no viven en el pueblo, no crean riqueza ni en la microeconomía ni en la sociedad a lo largo del año, es que la expresión…..”ya sé de quién hablas PERO ESA PERSONA NO VIVE AQUÍ” es contundente y certera ya no viven aquí, sin saber que con su decisión, que es legítima como ya he expresado anteriormente, ayudaron a tapar el problema por no decir a potenciarlo.
Si aplicamos la ley, si los alcaldes de turno hiciesen bien su trabajo muchos empadronamientos hubiesen sido borrados del censo por directa aplicación del art 54 de la Resolución del Ministerio de la presidencia de 16 de marzo de 2015, y es que la Ley en este aspecto define al empadronado como a todo aquel que resida de forma habitual en el mismo municipio, es decir 1 día más de la mitad del año y esto no se produce en el 100/100 de las poblaciones. Y por qué…. pues es muy fácil saberlo
Muchos alcaldes han utilizado el censo como herramienta para ser elegidos una y otra vez, esto, y una contradictoria legislación donde se produce una ilegalidad manifiestamente permitida por los alcaldes, es financiada por el estado, la complicidad es evidente, el gobierno de la nación de distinto signo no va a ir contra de algo que le ha beneficiado consigue con ellos poder municipal la base de su poder a otros niveles y lo que es más grave le sigue beneficiando.
El problema, la despoblación, por ser viejo, ya hubiese tenido solución o se hubiese atacado con más prontitud, si se hubiese puesto sobre la mesa, que la población real o habitual del mundo rural es entre un 40 y un 60% menor de lo que marca el censo poblacional. Y que, como consecuencia, ha traído un menor poder económico y estructural que es a la postre la guillotina, el vil garrote de la despoblación.
Y si a la hora de hacer la futura política sobre el problema que nos atañe no se tiene en cuenta estos datos estaremos poniendo simplemente un parche que saltará años después, y entonces, donde aún hay solución, ya no la habrá.
La solución está en hacer aún más atractiva la vivencia rural para aumentar población, no reducir servicios, ampliar otros que hoy están bajo mínimos como el transporte o comunicaciones de diversos tipos, los sanitarios y sociales, potenciar los servicios que nacen de la microeconomía comercio, bares porque, si al final, no se soluciona el problema de la despoblación, si no se controla más contundentemente el censo estaremos dando carta de naturaleza a los fantasmas del pueblo, a todos a los que se fueron para no volver y a los que no están pero sí figuran.