La imprevisible encrucijada de Ciudadanos
Quién lo iba a decir, y menos imaginarlo. Un partido nuevo, que llegó para «regenerar» y cerca estuvo de saborear las mieles del triunfo, digamos superar al PP en escaños, e incluso formar parte del Gobierno de España, en cuestión de siete meses se desmoronó como un castillo de naipes. De 57 escaños obtenidos en abril de 2019 se quedó en 10, es decir, una hecatombe en toda regla, de la que no ahondaremos más porque de la misma se ha escrito mucho. Solo decir que debería ser de estudio en las Facultades de Ciencias Políticas y Sociales este hecho casi histórico en la política. Y todo, por el egocentrismo, vanidad y egolatría de su ex líder.
En estos momentos Ciudadanos vive una situación un tanto paradójica. Si de una parte quiere ‘regenerarse’ en una mirada al liberalismo y al centro, como no cesa de repetir su ‘lideresa’ Inés Arrimadas, e, incluso el crítico Francisco Igea, los pasos que da la formación parece que no van por esa senda. Incluso, como dice un destacado dirigente a este periodista, «cómo puede hacer un anuncio de estas características una persona que no tiene poder alguno, aún, en el partido, siendo no más que la portavoz en el Congreso» -refiriéndose a Arrimadas-. Y todo ello lo que muchos sospechábamos, que la formación naranja ya no logra desdibujarse del PP.
Inés Arrimadas ha anunciado este viernes que ha trasladado a la dirección de Ciudadanos la petición de una «reunión extraordinaria para debatir y decidir sobre posibles acuerdos transversales con constitucionalistas en los tres territorios que en 2020 van a tener elecciones: Cataluña, País Vasco y Galicia». Esas alianzas electorales serían con el PP, aunque Arrimadas, a diferencia de los populares, no descarta buscar acuerdos con el PSOE. En ningún caso aceptarían, ha añadido, hacer listas conjuntas con miembros de Vox. Paradójico este anuncio. «Incluso con el PSOE»… ¿Dónde aceptarían los socialistas ir de la mano con PP y Cs después de todo lo escuchado antes, durante y después del Debate de Investidura? Increíble salvo que la señora Arrimadas busque lavar la imagen de su más que anhelado deseo de ir de la mano con el PP -ya van en múltiples ocasiones (Andalucía, Murcia, Castilla y León, Madrid…)-. Aunque en esta ocasión la situación ha cambiado.
Ha cambiado porque Ciudadanos en el Congreso ha quedado en la ‘nada’. Ni cuenta ni se le espera, cuando tuvo todo el ‘poder’ en su mano con 57 diputados. Porque las encuestas, sean de un medio o entidad o de otro, le siguen dando a la baja sin remontar y quedando, además, como partido residual. Incluso en Cataluña, donde Ciudadanos también certificó el hundimiento sufrido el partido en las elecciones generales de noviembre de 2019. El partido de Albert Rivera, que nació en Cataluña en 2006, creció en esa comunidad y tuvo su punto álgido con la victoria en las elecciones autonómicas de 2017, pero solo cosechó dos diputados en los pasados comicios (por los cinco de las elecciones de abril) y se sitúa como última fuerza en votos en las circunscripciones catalanas. ¿Y del País Vasco? Aún peor. Cero diputados.
Pero el PP es ‘sabio’ en estas lides políticas. Sí concurrir juntos en el País Vasco, donde ambas formaciones son residuales, en cuanto a representación política, también en Cataluña -paradoja la de Cs en el territorio que lo vio nacer- y cómo no, también pide la señora Arrimadas Galicia. Ahí ya saltó el PP, para la Xunta dice el político ‘zorro’ y viejo de Alberto Núñez Feijóo que nada de nada. Él solo se vale y no quiere a los naranjas.
Mal camino lleva Ciudadanos, a nuestro entender. Un partido que nació con miras más altas, de dialogar a derecha e izquierda. De ser el centro necesario para la estabilidad política y económica de este país. De ser el partido en que muchos creímos que llegaba para quedarse como partido liberal y centrista, alejado de extremismos y acorde con una nueva sociedad, visto lo visto, y confirmado con la propuesta de Inés Arrimadas, no se le ve más que como un apéndice del PP. Y en estos casos, recuérdese toda la historia e intrahistoria del CDS que nació con Adolfo Suárez tras la estampida de UCD, los populares son muy proclives a fagocitar a todos aquellos que se arriman. Y Arrimadas quiere arrimarse. Es, en resumen, el ser o no ser, esa primera línea de un soliloquio de la obra de William Shakespeare, Hamlet (escrita alrededor de 1600). Considerada y usada como síntesis de los procesos mentales de indecisión y duda.
Ser o no ser, esa es la pregunta. ¿Cuál es más digna acción del ánimo, sufrir los tiros penetrantes de la fortuna injusta, u oponer los brazos a este torrente de calamidades, y darlas fin con atrevida resistencia? Morir es dormir. ¿No más? ¿Y por un sueño, diremos, las aflicciones se acabaron y los dolores sin número, patrimonio de nuestra débil naturaleza?… Este es un término que deberíamos solicitar con ansia. Morir es dormir… y tal vez soñar.
V Asamblea, comenzó la ‘guerra’
A ello se suma que el 14 y 15 del próximo mes de marzo Cs celebrará su V Asamblea donde se elegirá a la persona que sustituya a Albert Rivera, quien dejó el partido hecho trizas. De esa situación llega ahora el estallido de la guerra en el mismo seno de Ciudadanos. Los críticos del partido dan un paso al frente esta tarde con la presentación en Barcelona de su plataforma de cara a la V Asamblea.
La plataforma ‘Ciudadanos Eres Tú’ se presenta esta tarde de viernes en el Centro Cívico Vila Florida de Barcelona, donde dará cuenta del manifiesto ‘CsEresTu’ -con la presencia de Francisco Igea– en el que sus integrantes detallan qué cambios quieren para el partido. Estos pasan, por ejemplo, por “profundizar en la democracia interna” de la formación naranja. Asimismo, reclaman mayor participación de afiliados y simpatizantes. “En definitiva, los afiliados quieren tener más voz y más capacidad de decisión”, afirman. Para ello proponen modificar los estatutos para que haya “más rendición de cuentas” y que sean esos mismos afiliados los que intervengan “decisivamente en los nombramientos de los cargos orgánicos territoriales más relevantes”. “No queremos baronías que son títulos otorgados por la ejecutiva”, defienden en este documento.
Por su parte, Inés Arrimadas ya ha lanzado un mensaje a Francisco Igea, que abandera esta corriente crítica en las filas de los naranjas. La portavoz de Ciudadanos en el Congreso ha retado a su compañero de partido a que “se presente” en esta V Asamblea. Quiere que anuncie ya su candidatura. Arrimadas, en un desayuno informativo del Fórum Europa, arremetió este jueves con dureza contra el “partido de baronías diseñado por Igea”. Este pulso se tensa cuando vuelve a escena la posibilidad de ir de la mano con el PP a las próximas elecciones catalanas, aún sin fecha, bajo las siglas de ‘Cataluña Suma’.
En resumen. Mucho, nos tememos, tiene que cambiar Cs en esta nueva disyuntiva política, ya con las elecciones catalanas a la vista, donde en los anteriores comicios obtuvo 36 diputados -la fuerza mayoritaria- y, ahora, las encuestas, siempre a la baja, no le dan más de 15, mientras al PP le otorgan entre 4 y 5. ¿Cataluña Suma?
¿Qué ha cambiado? El giro ideológico a la derecha. Pactos ‘contra natura’ cuando era el partido que llegaba para regenerar y contra la corrupción. Acuerdos para poder gobernar con el apoyo de la extrema derecha de Vox. El abandono de Cataluña y, sobre todo, la obcecación casi enfermiza de Arrimadas con Pedro Sánchez y el «sanchismo». Parece no aprender la lección que llevó al fracaso más absoluto a Albert Rivera, porque Inés, casi ‘arrimada’ ya al PP, va por el mismo camino, salvo que los críticos con Igea a la cabeza -esperamos que hable Garicano, que diga algo Toni Roldán…- la bajen del pedestal y le hagan ver la realidad por la que nació Cs y cuando a muchos nos parecía un acierto el alza política del partido naranja. Nos tememos que los derroteros no van por ese lado y el verbo fagocitar -absorber o neutralizar- más de uno deberá aprender a conjugar, ay!