Domando curvas
Las curvas suelen ser uno de los elemento mas peligrosos a la hora de guiarnos por las carreteras de la vida, no digamos de la política.
Pero últimamente no hacen más que, para crear una infundada seguridad, intentar doblar o aplanar una curva.
Como domadores de fieras, los expertos dedicados a contarnos el limite infinito que parece tener la dichosa curva, intentan adecuar su carácter doloso, su erguida figura mortífera a las cabezas y pensamientos no demasiados confiados de los españoles. Y es que excusas nos han dado, la última: 650.000 pruebas, las de los test ineficaces comprados en la ganga.
Parece que fuese el único objetivo, domar, aplanar la tenebrosa curva ascendiente del coronavirus, en la creencia de que con ese objetivo alcanzado, todo volverá a la normalidad.
Pero la curva tiene en su inflamada protuberancia un elemento ardiente que no es la capacidad del virus para propagarse, que también, no es la falta de compromiso de la ciudadanía para mantenerse a salvo en sus casas no, no son estos elementos los únicos que determinan la persistencia del "chichon" que tiene la sociedad en la frente de su gobierno.
Esta protuberancia este "chichon" se mantiene dolorosamente caliente, erguido, indomable por la tozuda manía de Pedro Sanchez de seguir dándose cabezazos contra su indolente negligencia, en la que persiste a pesar de las evidencias, es por querer seguir manteniendo su puesto a la orden de sus socios los comunistas de podemos y, en la retaguardia de estos, a los independentistas.
El problema es que el chichón, la dichosa curva, la exhibe orgulloso el gobierno, pero el dolor de cabeza lo están sufriendo todos aquellos que luchan a pecho descubierto, los que en la practica tiran de la cuerda para domar la dichosa curva sufriendo bajas que poco a poco va socavando sus titánicos esfuerzos. Sanitarios, personal laboral de la sanidad, personal de supermercado, transportistas, FCSE, bomberos, basureros, perdón si me dejo alguno.
La negligente actitud del Presidente y su gobierno no ayudan, más bien favorece a ese descalabro con actuaciones impropias de gente supuestamente preparada, no, no favorecen, mas bien, acentúan la curva, la protuberancia y ya sabemos que pasa con la desesperación, las prisas.
Si queremos domar la curva con excesiva velocidad y sin tener un buen agarre al suelo y unas expertas manos que dirijan la conducción, nos vamos a dar una, perdón por la expresión pero es de suyo, una "hostia" de muy difícil y costosa solución.
Aun estamos a tiempo de parar, aminorar la marcha, poner buenos neumáticos y colocar al mando a alguien más capacitado.