Entre todos tenemos que salir
En estos días, tenemos varias facetas importantes que valorar; una, la técnica sanitaria, en la que además de apoyar a los profesionales, hemos de ofrecerles todo el apoyo y cariño preciso, son la actividad y preocupación prioritaria y vital.
Otra la faceta de gestión sanitaria, poner de relieve que ni antes de la crisis había buenos gestores, ni con la crisis la gestión ha sido medianamente decente, sencillamente han demostrado que estamos gestionados por medusas intelectuales.
La reacción a la crisis que ha tenido la sociedad, sus empresas, sus profesionales, ha sido modélica y digna de elogio, cuando no identificable como heroica. Las empresas se han puesto a desarrollar todo tipo de productos y medios sanitarios de forma gratuita y desinteresada. Los profesionales han puesto sus capacidades de forma solidaria y generosa, se han desarrollado modelos de negocio, de creación de hospitales, de material sanitario, de una manera absolutamente grandiosa. Mientras, los dirigentes políticos se quedaban paralizados sin adoptar medidas o poniéndose en manos de gestores incompetentes para, finalmente, hacer uso de la angustia para aprovechar la situación y realizar cambios legislativos del indulto o cambios y legislaciones innecesarias y que en nada ayudan a los ciudadanos.
Otro aspecto grave, al que sin perder de vista el sanitario, no debemos de dar la espalda, es el económico y social, pues la parálisis y perjuicio que se está produciendo impedirá una reactivación sin pérdidas, es evidente que los quebrantos serán muy elevados.
Mientras el gobierno improvisa medidas, sin ton ni son, sin claridad, con un impacto limitado, no adopta aquellas que realmente precisan los autónomos, las empresas, el tejido productivo del país, de forma que se suspendan y aplacen los pagos de impuestos, que se paralicen los pagos de seguros sociales y cuotas empresariales, que, igual que se suspende la actividad, se demore el pago impositivo y de seguridad social, para que con esos fondos las empresas, al momento de reabrir, puedan tener la liquidez sin necesidad de endeudamiento con la banca para poder reaccionar, o con un endeudamiento limitado. Luego, este gobierno, de izquierdas, se dedica a criticar a la banca, pero, son ellos los que nos echan en sus brazos con un simple aval o con promesas de liquidez, en lugar de dejarnos el dinero en nuestras manos para poder resurgir. La culpa no es del tiburón que precisa comer, es del que te empuja a él, consciente y deliberadamente, para darle de comer.
Es evidente que España necesita una reestructuración de su Administración y una reducción máxima de la carga política que soportan los ciudadanos, un ajuste de esa administración que impida duplicidades y desgastes innecesarios y pérdidas superfluas evitables. Pues ahora, más que nunca, incluso más que en la crisis de 2008, en la que ya se planteó la necesidad de redefinir el modelo de gestión del país, ahora no tenemos posibilidad de salir adelante si nos lastramos con cargas que impiden nuestro progreso.
Nuestro gobierno, en lugar de aplicar medidas de socorro a nuestra economía, pretende y busca la mutualización de la deuda europea, que incluso puede ser una medida a estudiar, pero lógicamente Europa pedirá que antes de todo ello, cada uno haga sus deberes, no podemos pedir un aprobado sin el esfuerzo, el trabajo individual y la superación de las pruebas oportunas.
Seamos serios, apliquemos medidas que permitan salir de la crisis y no lastrar la vida del futuro y, luego, trabajemos para que, desde Europa, desde el mundo, poniendo al ser humano en el centro de nuestro desarrollo, buscar fórmulas de compensación, apoyo y desarrollo adecuado a un escenario de ruina absoluta.