Informe policial que es noticia en sí mismo
Qué poco valor le dan a la profesión periodística, yo no lo soy, pero trato de ponerla en el pedestal que le corresponde dentro de cualquier democracia, tan necesaria una de la otra.
Es sin ninguna duda, el contrapoder al poder pero no porque sea un poder en sí mismo, eso sería contradictorio con su función, es el elemento que nace de ese ejercicio del poder (información veraz) el que le da fuerza y que transmite (eh aquí ese poder) en distintos medios de información que llegarán a los ciudadanos para valorarla, interpretarla y reubicarla dentro de su imaginario personal y que a la postre, servirá para crearse una opinión, su opinión. Precioso elemento que corona el ejercicio máximo de una democracia, el derecho al votoque un buen ciudadano efectúa en base a esa veraz información recibida.
Pero no solo vale para ejercer el voto. No hace mucho en un artículo anterior expuse que la Constitución, cuando reconoce el Derecho a los ciudadanos a emitir y recibir información veraz, es porque (como dije antes) esa información asienta una opinión, un conocimiento que facilita que se guíe en sociedad de una forma adecuada, correcta y acorde con la Ley, o la buena costumbre, lo que en derecho romano se conocía con las expresiones: mos, mores maiorum, mores civitatis, boni mores, consuetudo.
En ese informe denigrado por contener muchos “recortes de periódicos” se encuentra incrustado -y pesa como una losa- un elemento que en primera mano no es subjetivo, es, entre otras cosas, la declaración de los miembros de la fe evangélica a los que, sin casi dejar decir nada y de prisita, así con prepotencia e imperatividad, se les obligó a anular la congregación que se iba a celebrar en Madrid el 19, 20 y 21 de marzo, atentos a esta fecha.
No fue una única reunión, se necesitó de más de una para que las reticencias que este grupo tenía en anular dicho evento desapareciesen y ello se produce al más alto nivel con la presencia del Ministro de Sanidad, Salvador Illa, el director del centro de emergencias Fernando Simón un secretario del Ministerio y uno más que se sepa que atrae mi atención por no ser hoy un elemento que aglutinemás bien al contrario, el gobierno del PP y de Ciudadanos en la Comunidad de Madrid, este es, el Consejero de Sanidad de Madrid Enrique Ruiz Escudero.
Y de la presencia de este consejero en esa contundente reunión nacen varias preguntas, pero antes una última observación: la Juez Medel ahora mismo, mientras escribo esto ha solicitado a la Comunidad de Madrid y al Ayto. de esa misma ciudad toda la documentación que verse sobre los actos multitudinarios celebrados el 8 de marzo. Esto se hincha....
En esa reunión celebrada, siguiendo con el asunto que me interesa, en el Ministerio de Sanidad asiste un político, como he dicho, el Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid.Ahí “parece ser” y digo bien “parece ser” que este consejero tiene conocimiento, por los argumentos esgrimidos por Illa y Simón ante los representantes evangelistas para no autorizar la celebración del evento, de la especial gravedad de la situación creada por “el bicho”.
Pregunto señor Consejero
¿Tenía usted el 5 de abril tras esa reunión, esa información: la gravedad de la situación en España creada por “el bicho”?
¿La puso en conocimiento de la Comunidad de Madrid?
¿Se entero usted de la existencia de esos datos, que Fernando Simón comunica por Correo electrónico a los evangelistas, y que decía, eran confidenciales?
¿De conocerlo, los puso en conocimiento de la comunidad?
Y de conocerlos la comunidad de Madrid ¿por qué no fueron puestos en conocimiento de los ciudadanos?
Porque, vamos a ver, para qué se necesita una reunión el día 5 de marzo para anular un evento que se va a celebrar los días 19,20 y 21, cuando se supone, que el día 9 una vez celebrada la manifestación del 8M se anularían todos los eventos de masas subsiguientes. ¿Realmente se iba a hacer eso o no lo tenían previsto, pero alguien ha sabido manejar esta situación en algún momento?
Es que igual, no nos encontramos solo ante la negligencia de un gobierno, si no de varios, estaríamos pues (y esto es muy grave) ante la evidente realidad de que el Estado de las Autonomías, y esto si es parte del espíritu de la Transición, no sirven a los ciudadanos absolutamente para nada beneficioso y sí mucho a los partidos políticos.