Algunos analistas políticos, de esos que se pasan el día en las televisiones, opinan que este desgobierno que sufrimos ha llegado a su fin por lo que estamos ante unas nuevas elecciones generales.
¡Me parece de perlas! Aunque estoy más que convencido que nada arreglarán porque España, en la mayoría de sus votantes, carece de conciencia política por falta de cultura, civismo y concienciación de la importancia del voto.
Muchos de los votantes son fanáticos del partido en el poder, acérrimos y chauvinistas radicales.
Les voy a contar una anécdota que viví en las pasadas elecciones municipales en la población donde resido y susceptible de extrapolar a unas generales.
Cuando el día de las elecciones iba en paseo diario en busca del periódico, justo enfrente de mi domicilio donde un Colegio Público hace de sede electoral, una fanática de una de las políticas que nada hizo por la ciudad (y sí por sus intereses particulares) en su anterior puesto en el Ayuntamiento, como comparsa del partido que luego las ganó, se expresaba en estos términos:
- ¡Hola hija! ¿A ver si tienes nuevamente suerte hoy? ¡Aquí está mi voto que, para ti, voy a echar ahora mismo!
Y lo expresaba a voz en grito, mientras enseñaba la lista electoral que sacaba del sobre, a la candidata, sin importarle lo más mínimo mi presencia a escasos metros del incidente, al tiempo que se encaminaba al colegio electoral. La candidata me hizo un gesto de asombro y justificación.
¿Dónde está el secreto lectoral?, que por otra parte para nada vale puesto que, en los pueblos todo el mundo sabe el partido que vota cualquier votante, sin tener que recurrir al ínclito y manipulador Tezanos.
Luego, se hablará de represalias, cuando los ganadores sepan quienes no estaban con ellos en las votaciones.
Desde nuestra privilegiada ventana, por eso de la ubicación con visión de la entrada al colegio electoral a una distancia de escasos 20 metros, pude ver desde tempranas horas de la mañana a los que “juegan a político” (si les comparamos con los poquísimos que lo fueron de verdad) moviéndose NERVIOSOS por los alrededores de este colegio electoral.
Muchos de ellos ilusionados a pesar de que, si hubieran hecho un análisis reflexivo sobre el puesto que ocupan en las listas electorales presentadas por su partido, se hubieran dado cuenta de sus nulas posibilidades, pero su preparación no les permitía esta consideración.
También vimos, más INQUIETOS de la cuenta, a los que estuvieron en la “pomada” pero que, ahora están apartados de toda función pública.
De igual manera aquellos que entraron en el Consistorio por las “las puertas giratorias” (como se denominan ahora (“puertas falsas” de toda la vida) y que, en estos momentos, tienen el “último y más bajo esfínter” de su cuerpo, APRETADO por aquello de la incertidumbre electoral y su influencia en el puesto de trabajo en su faceta política.
¡El pueblo, ese día, se movía a plena luz del día y no en la penumbra de los despachos!
Mientras unos confían en la legalidad electoral, otros basan su estrategia en el “pucherazo” (fraude electoral) que consistía a grandes rasgos en guardar las papeletas de votación en un puchero (de ahí el nombre) que se añadirían a la urna electoral a conveniencia del resultado electoral hacia un determinado partido o candidato.
La picaresca humana política no paraba llegando a hacer votar “a los muertos” en una resurrección de su carnet de identidad manipulado de ahí, el apelativo de “Lázaro”.
A veces incluso se llega a tratar de impedir que se vote mediante el emplazamiento de las urnas en lugares de imposible acceso o secuestrando todas las papeletas de un determinado partido político.
¡Hoy se puede “manipular todo”!
Se empieza con las encuestas amañadas que al dar las mayores posibilidades al candidato que las ha pedido, predispone a las masas lerdas que, carentes de imaginación y análisis, siguen borreguilmente a los medios que también han sido comprados de antemano.
Y si con esto no es suficiente, se recurre a la “trampa informática” que, con programas de recuento de votos manipulados decantan los resultados electorales hacia un determinado partido político.
¡Cómo puede colegirse: corrupción, corrupción y más corrupción por doquier!
Por otra parte el pueblo español huye de las obligaciones de todo tipo, optando por la anarquía ya que así se liberaliza del orden y de cumplir con las obligaciones ciudadanas en ese refrán tan verdadero de: “A río revuelto, ganancia de pescadores”.
¡El hacer lo que les viene en gana a los ciudadanos no cívicos, es lo mejor que un gobierno irresponsable, puede ofrecerles!
Por descontado que los gobernantes concienciados con el patriotismo no utilizarán estos artilugios fraudulentos, pero aquellos que hacen del poder su “modus vivendi” seguro que pondrán en marcha cualquier mecanismo para seguir en la poltrona.
¡Un gobierno en el poder, si pierde la honestidad, el decoro y la vergüenza, y se basa en la mentira como piedra filosofal, tiene todas las posibilidades de perpetuarse en el mismo pues cuenta con todos los resortes de manipulación para volver del revés cualquier calcetín electoral!
Así que, con estas perspectivas…lo tenemos claro.