Visión pormenorizada de la Sanidad
Durante muchísimos años los sucesivos gobiernos han estado haciendo El Tancredo en cuestión sanitaria.
Tal vez porque los profesionales médicos no han tenido representación política, al tener que dedicar prácticamente la mitad de su vida en estudiar un bachillerato brillante dedicado a obtener una calificación alta en selectividad que le permitiera acceder a la carrera de Medicina y seguidamente, tras seis largos años de carrera, preparar unas duras oposiciones al MIR que,de aprobarlas, le dieran opción a otros tantos años de especialidad.
Vida sanitaria que, de ir todo “viento en popa” representaría unos quince años de preparación que finalmente le llevaría a empezar a trabajar, con cerca de los cuarenta años ( la mitad del promedio de vida) en su plaza de especialista en cualquier hospital de la geografía española.
No figuraron en el Congreso de los Diputados para desde allí reivindicar derechos y mejoras en su profesión como única medida para ser oídos como lo hacen los grupos minoritarios, independentistas y demás vividores del erario público al entrar a formar parte del “carro de la farsa”.
El Hospital al que son destinados generalmente no está dirigido por un colega de profesión, sino por el político de turno que, sin conocimiento alguno en cuestiones médicas, con sus decisiones disparatadas acaban aburriéndoles y obligarles por, falta de remuneración digna y órdenes dictatoriales, a tomar los derroteros de la sanidad privada que, por lo menos le proporciona libertad en sus actuaciones médicas.
La verdad es que una vez que lleva varios años de actuación profesional ¡si destaca!, no tiene necesidad de refugiarse en la política para ganar un sueldo más que decente sin colaborar en el desmantelamiento de la Nación.
Estos profesionales han tenido que pasar por agravios comparativos tales como el más reciente de ganar menos que los auxiliares de playa quienes con un sueldo neto de 1900 euros al mes y requerimientos de Educación Primaria se encargan de “prevenir aglomeraciones de bañistas en playas”.
El Covid 19, nos ha puesto en aviso sobre determinados puntos sanitarios de vital importancia:
-Sería absolutamente necesario poner la dirección de la Sanidad, desde el mismo Ministro hasta las direcciones de los Hospitales, en manos expertas (médicos auxiliados por economistas) prescindiendo absolutamente de políticos.
-Se ha de aplicar de manera categórica el refrán popular de: “Zapatero a tus zapatos” pues el director ha de conocer perfectamente el tema, habiéndole vivido y no basarse en expertos que, en la mayoría de las ocasiones, son políticos amigos de acceso por “puertas giratorias” sin capacitación alguna.
Parece ser que el coronavirus que había remitido su letalidad gracias a las medidas de confinamiento, ha vuelto a reactivarse por no dar prioridad a la Sanidad sobre todos los demás problemas derivados al no tener en cuenta que: “si uno se muere, el negocio se va al traste” que traducido al español popular viene a decir: ”a burro muerto la cebadera al rabo”
Con anterioridad a la pandemia, hubo demasiados negocios encubiertos en torno a la sanidad:
-No se vigiló convenientemente el gasto medicamentoso.
-Muchos emigrantes sacaban, amparados en recetas médicas, grandes cantidades de medicamentos de las farmacias con los que negociaban en sus países de origen.
Y estos son los que, junto con los 386.320 extranjeros que se han afincado aquí, quienes valoran a la Sanidad Española colocándola en la segunda posición mundial solo por detrás de Taiwan y que, como aquí viven como el “más rico de Béjar” colocan a su país de acogida (nuestra España) en el quinto lugar en cuanto a bienestar familiar, y en el noveno en cuanto a coste de vida al no tener (me refiero a los emigrantes) que preocuparse de ganar el sueldo porque nuestra Estado se le proporciona de manera gratuita junto con la sanidad, la vivienda, la enseñanza y el comedor escolar. ¡Así cualquiera!
-Sería conveniente circunscribir la emisión de receta médica al especialista, al tiempo que realizar una vigilancia exhaustiva del gasto medicamentoso, prescribiendo las dosis necesarias para tratar la enfermedad, y no todo el envase.
-También hay que vigilar la compra de material sanitario tanto quirúrgico, como de diagnóstico, de curas y de utilización, protección y uso por parte del personal sanitarios, de ahí la necesidad de la colaboración de Licenciados en Ciencias Económicas en Dirección de Hospitales con el fin de regular los dispendios de compras y uso de materiales de todo tipo que, acabara con el desbarajuste que hemos venido padeciendo durante décadas.
¡Dejemos de desviar la atención sobre los problemas que aquejan a nuestra Nación!
Vamos a dejar de abrir portadas de periódicos hablando de los 125.000 muertos por coronavirus en Estados Unidos donde la población es de 320.000.000 de habitantes, lo que representa un 6,8 % más que España donde con 47.400.000 habitantes (extranjeros aparte) han muerto 44.000 españoles, y no sumemos las cifras de fallecidos ocurridas en Hispano América que no forman parte de los EEUU.
Vamos a dejar de atacar a Donald Trump con la muletilla de: “se ha reído de la epidemia del coronavirus oponiéndose al confinamiento con el fin de reactivar la economía” cuando la realidad ha sido que todo iba transcurriendo con normalidad, porque confió en la responsabilidad de sus compatriotas hasta que una serie de manifestaciones masivas a causa de la muerte a manos del policía del afroamericano George Floyd reactivan la pandemia de forma accidental y contraria a lo que ocurrió en nuestra patria donde la manifestación feminista del 8 de marzo del 2019 fue promovida y autorizada por nuestro gobierno y que ahora con la colaboración de la comprada prensa afín, trata de desviar.
Ahora, viendo que económicamente España se va al traste, entran las prisas de sacarnos del confinamiento a toda prisa, de olvidarnos de la primacía sanitaria y de propiciar el desmadre derivado del estado de ansiedad del confinamiento que nos llevará sin remedio al rebrote de la pandemia, mientras el tiempo va pasando y jugando a favor de quitar hierro a la gestión nefasta del gobierno que aún seguimos padeciendo.
Se prioriza al turismo sobre todo lo demás cuando de siempre España fue una nación agrícola y ganadera. Sectores que han sido quienes nos han protegido durante el estado de confinamiento, pero que ahora se les ha vuelto a arrinconar sumiéndoles en el olvido.