Sí señor, le dieron en el morro con la propuesta de la Sra. Calviño y los “austericidas”, ahora denominados “frugales” y que resulta curioso son mayoría de socialdemócratas. Le ganaron la partida a Merkel, la derecha, que se negaron a regalar dinero a los que lo precisamos, pero ha sido capaz de conseguir el dinero que precisa España. Por tanto, en lugar de criticarle, de minorar el logro, le reconozco su triunfo.
Reconocido su logro y ahondando en el acuerdo, lo cierto es que los frugales-austeros han ganado otra vez, pues aún cuando efectivamente nos lloverá dinero, que precisamos, se han reservado un mecanismo por el cuál si ese dinero no lleva aparejadas “reformas”, dicen ellos, y comenzará a decir el gobierno actual, pero que los ciudadanos y los que ahora forman el gobierno, en su día, denominamos “recortes”.
Como con Rajoy, ahora con Sánchez, lo que pide Europa es que apliquemos sistemas de austeridad al magma político en el que vivimos y que apliquemos un ERE a nuestros políticos para acomodarlos a un número mucho más reducido, con una reducción sistémica de todo lo que cuelga de ellos (asesores, gabinetes, contratados, etc.), para evitar no sólo una supraestructura (terminología comunista), sino también un despilfarro de dinero por la vía de la multiplicidad administrativa.
Como Rajoy no lo cumplió, las medidas a Sánchez son más duras, con sistemas casi automáticos de aplicación y que no precisa “hombres de negro”, sino que el holandés apriete el botón. Ya veremos si a este también le engañamos como hasta ahora con el resto.
Cuando Europa, los grandes economistas, el sentido común, nos obliga a recortar duplicidades políticas, distorsiones administrativas y, finalmente políticos, estos últimos, que han actuado eliminando las autonomías para asumir el poder único el Estado, entre otras razones por la ineficacia e incapacidad de las autonomías para gestionar la epidemia demostrando que sobran muchas fases o instituciones intermedias, son lo defensores de mantener el edificio sin aplicarle reformas, para a la par pedir reformas constitucionales para eliminar la Jefatura del Estado, para modificar la judicatura y se sienten todopoderosos, y resulta “inimaginable” que a ellos les pueda investigar un juez. Apliquemos criterios lógicos y reduzcamos gastos y fortalezcamos la democracia, y no al revés como quieren algunos desagarramantas mal encarados.
En fin, muchas felicidades Sr. Sánchez, España necesita ese dinero, pero ahora cumpla su obligación y aplique la austeridad política y administrativa, realice el cambio de las estructuras para hacerlas más ágiles y eficaces, fortalezca las estructuras básicas del Estado y de la democracia, reforzando los sistemas de control al poder y, una vez cumplidos estos criterios, comience por hacer una reforma fiscal seria y equilibrada en la que la Administración sea un instrumento de servicio al ciudadano y no un “censo al mismo” y, mucho menos, un “vampiro succionador”; potencie la creación de empresas como único sistema eficaz de creación de empleo, déjese de políticas del pasado o generadoras de confrontación social para aplicar modelos de economía colaborativa, de solidaridad social y de respeto al disidente.
Potencie los valores del esfuerzo, la colaboración, el trabajo en equipo y la humildad profesional, así como la investigación y desarrollo real y sancione la mentira, el engaño, de forma que, en política, el aranero sea expulsado y en la sociedad apartado, que la honradez sea una obligación en política y un valor en la sociedad.
No tenemos más remedio que reconstruir nuestra economía y nuestra forma de vivir, pues hagamos que el futuro sea más digno, más agradable y mejor, desterrando todo aquello que nos ha hecho mal hasta el presente, este puede ser nuestro último tren para recuperar una España Grande y Fuerte que ocupe su lugar en el mundo, aquel que ya tuvo durante siglos en la historia.