Castilla y León

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Opinión

Continúa el acoso y derribo a la Monarquía

8 agosto, 2020 12:24

El comunismo es obsesivo al máximo. Es como el mal cazador que persigue con ojos inyectados en sangre a su pieza hasta exterminarla sin piedad, cuando no ha sido certero en su disparo.

Pablo Iglesias es experto en algaradas callejeras y en movilizar a macarras. Pero esta función la realizaba antes, cuando no estaba en el poder, de forma clandestina y en los mítines. Cuidándose muy mucho de la intervención directa que podía llevarle con la cara partida a la cárcel.

Ahora, como tiene información privilegiada a través de su puesto en el CNI, va directamente y seguro a por la pieza elegida, y como enardecido comunista no parará hasta conseguir su objetivo.

Por ello, aún con la pieza abatida, en este caso D. Juan Carlos I, le perseguirá allí donde se encuentre, -desconocido el lugar de momento- (según palabras de su confidente y socio Pedro Sánchez), hasta abatirle inmisericorde, como norma seguida con todos sus enemigos.

Motivos del odio de Iglesias a D. Juan Carlos I, difíciles de definir pues vean:

No creo que sea por motivos “de bragueta”, pues el macho alfa Iglesias le ha superado en repudios.

Tampoco creo por motivos de dineros recibidos por regalos o comisiones no declarados a Hacienda, pues Iglesias también ha recibido dineros de organizaciones comunistas ubicadas en Venezuela y otros países sudamericanos.

Tampoco creo sea como factura a pagar por la caza de elefantes, denostada en su día por los animalistas con usted a la cabeza que, comparado con su afición de caza personas y de la que, de momento, se está “yendo de rositas”.

¡Qué lo acabará pagando! No tengo la menor duda. Además, no con una salida de España, no momentánea y temporal, cómo será la de D. Juan Carlos I, sino “de por vida”.

Soy consciente que cuando haya de salir huyendo, para usted  no representará dolor alguno al no tener el más mínimo amor por España, al ser un macho alfa apátrida y con deseos de destrucción marcada por su doctrina comunista.

Creo que el motivo es seguir las directrices del Comunismo en derribar la monarquía española que es la única que, de momento, garantiza el Estado de Derecho en España a través de la Constitución. Muralla que hay que derribar lo más pronto posible, antes de que el pueblo español reaccione en septiembre, cuando la ruina económica tome forma, tras la imposibilidad de poder pagar los ERTES prometidos.

Sr. Iglesias, a usted también le están creciendo ahora demasiado deprisa los enanos consecuentes de sus desbarres y estoy deseando ver en qué desembocan los Presupuestos Generales del Estado cuando no se cuenten con todos sus socios de izquierdas radical, por motivos de no ser aceptados por los que han de repartir los dineros de la CEE.

Porque, tanto usted como el Gobierno del que forma parte, han dejado arrinconado el trabajo de la necesaria recuperación económica para dar prioridad a la reforma constitucional y guerra cultural bajo la coordinación de Iván Redondo, a pesar de anunciarla a bombo y platillo su Presidente de Gobierno, que se ha “saltado a la torera la función prioritaria del Gobierno de mejorar la sociedad.

La recuperación económica no puede llevarse a efecto por decreto, y los 140.000 millones de euros no se empezarán a recibir hasta  el año 2021, de ahí que hayan tenido que pedir un anticipo de 20.000 euros para para pagar los ERTES prometidos a pesar de propaganda milonguera que el Gobierno nos vende un día sí y otro también.

También han intervenido en el ojeo y caza, tanto del rey emérito cómo de su hijo, secundando a Pablo Iglesias, personajes tan depravados como: Torra, Rufián, Colau, el golpista, condenado y de momento preso, Jordi Couxart y el colmo de los colmos, el sanguinario Otegui.

Todos estos elementos que piden cortar el cuello al emérito son los anti España: ERC, JxCat, Podemos y Bildu con limitaciones culturales (Rufián), el conocimiento de la Historia de Puigdemón, los 800 muertos de Otegui y la rabia y soberbia, tanto de Iglesias como de su compañera Montero que, echando más leña al fuego y siguiendo la voz de su amo (el macho alfa), dice:


En España la Justicia no es igual para todos, la gente con mucho poder consigue cosas que el ciudadano de a pie no podría conseguir”(que se lo pregunten a los que le escrachean ante su chalet) y continúa: “lo lógico es que en el siglo XXI quien haya cometido actos de corrupción rinda cuentas”.(Adelante ¡comiencen por ustedes!). Ya no engañan a nadie con la patraña de diferencias de criterio entre los vicepresidentes Carmen Calvo y Pablo Iglesias respecto al rey emérito, pues Iván Redondo siempre encuentra soluciones para proteger a Pedro Sánchez.

La segunda fase de derribo de la monarquía ya ha comenzado con la movilización de las bases podemitas para quitar todo lo relacionado con D. Juan Carlos I, que es bastante, tras cuarenta años de reinado (Universidad Juan Carlos I, Avenida Juan Carlos de Oviedo, Parques con el nombre del Monarca, etc, etc). Luego, estos impresentables siguiendo las directrices del Ministerio de Igualdad, quitarán el nombre de Pablo Iglesias que da nominación a la avenida principal de Alcázar de San Juan.

La monarquía en el siglo XXI es una jefatura de Estado neutral y apolítica beneficiosa para España como lo ha demostrado desde que se instauró.

¿Creen ustedes, ignotos republicanos, que es mejor una República? Señálenos tipo: alemana, italiana, francesa, estadounidense, o la de Cuba o Venezuela preconizada por Pablo Iglesias?

El rey D. Juan Carlos, de momento, no sabemos dónde se encuentra, pero si sabemos dónde -con la que está cayendo- está nuestro presidente del Gobierno. Concretamente en la residencia real de La Mareta (Lanzarote) regalo del rey Husein de Jordania al emérito en el año 1989 y que cedió al Patrimonio Nacional. Para el desplazamiento ha utilizado dos aviones Falcon del Ejército del Aire. Uno de ellos salió el pasado viernes. Permanecerá allí hasta el día 11 de agosto, descansando y con la mente en blanco, pues imaginamos que no se habrá llevado a Iván Redondo.