Aún falta mucho para que los ciudadanos acudamos a las urnas; por tanto es difícil hacer una previsión sobre cómo los electores juzgarán la nueva estrategia política de Ciudadanos.
Desde que Inés Arrimadas se ha hecho con el santo y seña de Ciudadanos, este partido ha vuelto a deslizarse hacia posiciones de "centro", las que, en mi opinión, nunca debió abandonar.
Cuando Ciudadanos nació parecía que iba a ocupar un papel "central" en la política española. Se preveía que se convirtiera en ese ansiado partido bisagra que permitiría conformar mayorías a derecha e izquierda, sin que PP o PSOE tuvieran que depender de los partidos nacionalistas.
Pero de repente Albert Rivera decidió que Ciudadanos podía sustituir al PP y seguramente acaricio la idea de verse convertido en Presidente de Gobierno. Se confundió o le confundieron pero el caso es que sus errores llevaron a su partido casi a la irrelevancia. Y es de esa irrelevancia de donde Inés Arrimadas intenta sacarlo.
El liderazgo de Arrimadas aún está por consolidar y la prueba es que muchos de los que formaron parte de Ciudadanos han dado un paso atrás, amén de que algunas de sus decisiones son abiertamente contestadas por miembros de su partido.
La estrategia de Arrimadas parece clara: demostrar la utilidad de Ciudadanos. De ahí que el Partido Naranja haya pactado con el PP en algunas Comunidades Autónomas y, al mismo tiempo, esté siendo capaz de llegar a acuerdos puntuales con el Gobierno de Pedro Sánchez, tal y como ha demostrado durante la pandemia o ahora cuando están en juego los futuros Presupuestos Generales del Estado.
Inés Arrimadas está demostrando ser una política pragmática negociando y pactando a derecha e izquierda que es lo que, como digo, muchos pensaron que era el papel de Ciudadanos.
Pero vuelvo al principio y es que, al menos yo, soy incapaz de prever si la política que está poniendo en práctica la señora Arrimadas va a rendir frutos electorales a Ciudadanos.
En mi opinión, Arrimadas acierta pero está por ver lo que digan los electores cuando tengan que votar en unas elecciones generales. No hay mas hora de la verdad que la de votar. Mientras tanto, la líder de Ciudadanos se tendrá que enfrentar a un previsible fracaso en Cataluña, porque en esa Comunidad es donde Ciudadanos empezó a perder pie después de haber casi ganado, y se equivocó la propia Arrimadas cuando no fue capaz de presentarse a la investidura por mas que supiera que la tenía perdida.
En fin lo que tenga que ser de Ciudadanos lo dirán las urnas.