El pasado día 2 dedicaba mis comentarios a la moción de censura que acababa de presentar Vox en el Congreso de los Diputados, a la que calificaba de “ tan justificada como inútil “, ateniéndome a lo que los constituyentes pretendían al introducir la moción de censura en nuestra Constitución. Hoy, pocas horas después de haberse substanciado la misma en el Pleno del Congreso, me ratifico en mi vaticinio.



Comenzó el pleno con la justificación de la moción por parte del diputado Garriga, próximo candidato de Vox a la Generalidad Catalana. En una larga, brillante y durísima intervención, el diputado catalán expuso la una y mil razones que justifican la presentación de la moción, algo que ningún ciudadano sensato puede dudar. Así estaba previsto, aunque no me duelen prendas en reconocer la brillantez de la intervención del orador, lo que le sitúa en la plataforma de salida a las elecciones catalanas en un puesto que debe preocupar al PP catalán. Cosa distinta es su utilidad cara al objetivo fundamental de la Moción de Censura prevista por la Constitución Española que no es otra que el cambio de Gobierno. Casi hora y media de debate bien aprovechada por el orador.

A continuación subió a la tribuna el protagonista de la sesión: el candidato a la presidencia del gobierno, candidato a la fuerza, recordémoslo, porque no encontró quien quisiera asumir este papel. Y pronunció un discurso previsible, con lo que el Presimiente Sánchez en su réplica se tuvo que limitar a leer lo que el todopoderoso Ivan Redondo le había preparado. Más de dos horas de un discurso monocorde, en el que Abascal se limitó a repetir anteriores intervenciones suyas criticando, y ahí sí, con toda la razón, la nefasta gestión en todos los órdenes del gobierno Sanchezstein. ( Rubalcaba dixit ), y agrupando las razones para la censura en seis bloques. De su programa de gobierno, que es la esencia de una moción de censura, nada de nada. Algún compromiso que podemos suscribir muchos: control y en su caso expulsión de los inmigrantes ilegales, retirada de la nacionalidad española a los “Echeniques”, control de los menas, revisión del estado autonómico y constitución de un gobierno de transición para convocar elecciones. Y entre sus errores, el elogio a los gobiernos de Franco y sus negativas referencias a Europa.

Subió a la tribuna el doctor Sánchez, para leer una larga intervención para contestar a las denuncias de Abascal, recordándole su pasado político y acusándolo como otras veces de alentar el odio entre españoles. Nada interesante en su réplica, como tampoco lo hubo en la dúplica del candidato y en la larguísima contradúplica del censurado, salvo sus reiteradas peticiones a Pablo Casado para que vote no a la moción.

En la sesión de la tarde realizaron su intervención los representantes de los grupos minoritarios, en los que absolutamente todos negaron su apoyo a la moción de censura. De estas intervenciones tan sólo me referiré a la repugnante intervención de la representante bilduetarra, con la mejor intervención del candidato, que en su réplica se limitó a dar lectura a una interminable lista de asesinados por ETA, que fue la mejor Intervencion que tuvo. Buena fue también su réplica a las cuatro feminazis que intervinieron.. Por su parte, Inés Arrimadas, en su habitual equidistancia, quiso aconsejar a modo de maestra de escuela, lo que debía de hacer Vox aclarando que no apoyaría su moción. Sin pena ni gloria el resto de los minoritarios, salvo los habituales insultos de los representantes catalanes. Una vez más Ana Oramás dio una lección de moderación y bien hablar.

En la sesión del jueves, Espinosa de los Monteros tuvo una buena y ordenada intervención, demostrando una vez más que está entre los mejores de su grupo.

Finalmente, llegó la intervención más esperada: la del líder del Partido Popular, quien despejó las dudas al comenzar su intervención afirmando que el PP iba a votar no a Abascal para Presidente del Gobierno, realizando la que fue, sin duda, la más brillante intervención de todo el debate. Propia de Cánovas del Castillo, la calificó Iglesias en su réplica. Intervención en la que se desmarcó claramente de Vox y muy especialmente de su líder, pero dejando claro que ello no supone el más mínimo reconocimiento a Pedro Sánchez, su gobierno y su gestión. Si por algo se puede criticar su exposición es por excesivamente dura con Vox, aunque mostró su respeto por sus votantes. Muy duro también cuando tuvo que replicar a Iglesias por los elogios que le dedicó en su réplica.

Y por el grupo socialista, Adriana Lastra leyendo una intervención que le habían preparado los chicos de Ivan Redondo, demostró, una vez más, por qué no fue capaz de aprobar el bachillerato. Sigue esperando el aprobado general que patrocina la ministra Celåa.

Intervino nuevamente el Presidente Fraudillo, que entre otra serie de tópicos, se permitió acusar a Abascal de falta de humildad. Dijo la sartén... Y por sorpresa, para cerrar el debate planteó al PP sentarse a negociar la renovación de los órganos institucionales, ocultando que se ve obligado a hacerlo por Europa. Esperemos que el PP no pique el anzuelo.

Nuevamente subió a la tribuna Abascal, para cerrar el debate con una faena de aliño. Y a continuación, votación nominal, con el resultado esperado. Tan sólo la apoyaron los diputados de Vox.

Como adelanté el pasado día 2, “ UNA MOCIÓN TAN JUSTIFICADA COMO INÚTIL “.