Cada día tiene su afán, se suele decir. Y es verdad, aunque ahora se repita con inquietante rutina. Pero es lo que hay, como también suele decirse. No obstante, como también alguien ha señalado (Rosa Montero), cada día hay que esforzarse en hacer una obra de arte, porque como los toreros, si cada toro-día tiene su lidia, el ansia o valor por afrontarlo con dignidad y decoro nos deben estimular para lidiar cada reto diario con la máxima brillantez posible.
Ahora se habla de la milagrosa o milagrosas vacunas, porque hay más de una, que prevengan o inmunicen contra el virus del Covid, y que está o están a la vuelta de la esquina, se llaman Pfizer y Oxford, que de todo hailas lo cual, dicho sea de paso, tiene lejanos antecedentes como el bálsamo de Fierabrás o panacea, del que habla nuestro inmortal Quijote. Estoy seguro de que el poder mágico de este bálsamo que, por cierto, se tomaba con abundantes rezos, será recordado ahora con motivo de las no menos mágicas vacunas.
Pero mientras llegan estas, esperemos que pronto, y que deseemos rematen la faena con un estoconazo al virus, tenemos que seguir lidiando, día a día y hora a hora para que no nos den los tres avisos y nos echen el toro al corral. Y si no que se lo pregunten a tantos empresarios y trabajadores, todos de ambos sexos, en su denodada lucha por sacar adelante sus empresas, en una tarea que se está convirtiendo en heroica o incluso titánica y que esperemos tenga resultados, al menos de continuidad, para sus negocios y afanes.
Las previsiones no son nada halagüeñas y los pronósticos por pesimistas no vale la pena reiterarlos, sean de la OCDE, del FMI, de la Unión Europea o incluso de nuestro Banco de España, que de todo hay, que pronostican que hasta el 2023, si este es vigoroso en lo económico, no volveremos al punto de partida. O sea, casi tres años perdidos, junto con tanto sufrimiento de los que se fueron definitivamente y de los que se quedan con el corazón encogido.
Entre los innumerables chistes y chirigotas de estos días, a pesar de la tragedia el humor no falta en nuestro quijotesco país, hay uno que me ha hecho especial gracia: “Ahora dicen que en Nochebuena podrán reunirse diez personas sin problemas, y ¿de dónde saco yo diez personas sin problemas?”. Pues eso, no nos queda más que tirar p'alante, como nuestra canción de Eurovisión Junior, pero ¡que fácil es decirlo y qué difícil hacerlo!
En fin, mientras llegan las soluciones, ya sean vacunas o remedios económico-sociales, nos tendremos que conformar con el bálsamo de Fierabrás de la lucha o faena diaria, que no es poco, todo menos ver los toros desde la barrera.