No, en Cataluña no se vota un líder más o menos asentado. No se vota tampoco los fallos o errores de esos líderes.

Y el mejor ejemplo es Illa.



En Cataluña se vota un discurso coherente “de seny” un discurso adecuado para con las necesidades de la sociedad catalana.

En Cataluña no se vota la indecisión, la desidia y la falta de compromiso.



No se vota en Cataluña el discurso de Casado -su posicionamiento en estas elecciones- en el que casi “parla en catalán en la intimidad” y en el que traiciona a aquellos que se jugaron el tipo en unos días en los que España se jugaba su propia existencia tal y como la conocemos y de todo ello, es buen ejemplo los resultados del PP en estas elecciones catalanas.

Por lo que me toca, llaman ahora a filas a los políticos de Ciudadanos y el PP para unirse en una única lista, en un solo partido pero, para llegar a ello, alguien debe dejar a un lado sus colores, su discurso e ideales políticos, y en Castilla y León hace tiempo que Ciudadanos dejó lo uno y lo otro en los escaños del PP de las Cortes regionales como señal de un préstamo a futuro, un sitio, lugar y espacio en o dentro del PP, y créanme, nunca se llevará a cabo. ¡Ingenuos!

Siempre he creído que Ciudadanos nada tiene que ver con el PP, nacimos para ser útiles y aceptar las propuestas, si son buenas, viniesen de donde viniesen nacimos para hacer política a favor de y no en contra de.



Y como ejemplo de lo dicho, los votos emitidos por Ciudadanos en Cortes regionales días atrás por el asunto del hospital de Béjar y la ambulancia medicalizada de Vitigudino.

¿Es esto indecisión, desidia y falta de compromiso?

El PP no es el PSOE en eso de arropar bajo sus alas a sus ocasionales aliados. Recordamos a la corriente política dentro de IU, el PDNI de Diego López Garrido que acabó siendo políticos relevante dentro del PSOE junto a Cristina Almeida a la postre Senadora del PSOE por designio autonómico.

El PP,al contrario, es como el ogro que todo lo engulle en una insaciable bacanal en el que ningún bocado le parece suficiente para saciar su hambre y hoy más necesitado de poder.

¿Es tarde? Puede, quedan dos años para saberlo. Pero vuelvo a recordar lo que escribí en un artículo anterior cuando Ines Arrimadas asumió el liderazgo de Ciudadanos: debemos volver a ser nosotros mismos y recuperar, sin ambages, rodeos o circunloquios, el discurso político del 2015 y dejar las encuestas donde corresponde, en un futurible incierto.

Debemos o deberíamos pensar más en el presente de los ciudadanos.