Sanchismo o libertad
Coincidirán conmigo en que la decisión de Isabel Díaz Ayuso, de disolver la Asamblea de Madrid y convocar elecciones ha provocado una auténtica conmoción en el tablero político español. Todo comenzó con la conspiración de Sánchez y Arrimadas en la Moncloa para presentar sendas mociones de censura en la Comunidad y el Ayuntamiento de Murcia, donde Cs gobernaba en coalición con el PP, para hacerse con el control de ambas instituciones de la mano del PSOE. La urgente intervención de Teodoro García Egea consiguió abortar la operación en la comunidad, no así en el ayuntamiento, donde Cs votó de la mano de Podemos.
Al mismo tiempo se anunciaba una moción similar en Castilla y León, que se presentó y fracasó, y los desencuentros entre Aguado y Díaz Ayuso y la recogida de firmas entre los diputados de Cs en la Asamblea de Madrid destapó la operación que se fraguaba en aquella comunidad, e Isabel Díaz Ayuso anunció la convocatoria de elecciones, lo que pilló con el pie cambiado al resto de partidos madrileños, e hizo público que su lema de campaña sería “SOCIALISMO O LIBERTAD”.
Pablo Iglesias, al conocer que las encuestas dejaban a su partido fuera de la Asamblea, decidió dimitir del Gobierno de España para encabezar la lista, por supuesto sin primarias y desplazando a la candidata natural, (en una actitud claramente machista, pues la candidatura prevista la encabezaba una mujer) e intentando sumar a su candidatura a Más Madrid, que inmediatamente rechazó la oferta. La dimisión de Iglesias se publicó en el BOE como cese, para así justificar la indemnización que reclamó inmediatamente, olvidando lo que decían en sus panfletos electorales sobre estas indemnizaciones. Díaz Ayuso respondió diciendo: “España me debe una” y cambió el lema electoral por “COMUNISMO O LIBERTAD”.
El PSOE intentó convencer a la ministra de Defensa y al ministro de Interior para encabezar su lista, pero ambos declinaron el ofrecimiento, conscientes del batacazo electoral que se avecinaba, con lo que hubo que recurrir nuevamente a Gabilondo cuya aspiración era ser nombrado Defensor de Pueblo.
Consciente de la debilidad del candidato, que además anunciaba la no subida de impuestos, siendo desautorizado inmediatamente por la ministra de Hacienda, que anunciaba justo lo contrario y por el número tres del PSOE que decía que eso “eran propuestas del candidato”, el presimiente Sánchez decidió asumir en primera persona la dirección de la campaña electoral como si él mismo fuera el candidato.
A partir de ese momento comenzó a utilizar todos los resortes institucionales y del poder para intentar descalificar a Ayuso, llegando a afirmar que los datos de la pandemia en Madrid estaban falseados, algo no ratificado por la ministra de Sanidad y desmentido por el propio Fernando Simón, prohibiendo la visita al Hospital Zendal de un alto representante de la Comisión Europea al que envió al hospital de Toledo, y utilizando sus múltiples “aló, presidente” para hacer campaña electoral y desacreditar a Díaz Ayuso. Vamos, que hemos sustituido los antiguos “viernes electorales” por los nuevos “martes electorales” con comparecencias del fraudillo después de cada consejo de Ministros, eso sí, limitando a cuatro el número de preguntas y por supuesto, sin derecho a repreguntar. Y hablaban del plasma de Rajoy...A la vista de todo esto, Díaz Ayuso volvió a cambiar el lema electoral que pasó a ser “SANCHISMO O LIBERTAD”.
Mientras tanto, Cs, -como la Zarzamora, llora que llora por los rincones- presagiando su debacle, Vox intenta salvar los muebles ante la fuga de sus votantes hacia la candidatura del PP, Más Madrid mantiene sus escaños que, en todo caso, superarán a los de Unidas Podemos.
Al final, los madrileños tienen la última palabra que era lo que buscaba Isabel Díaz Ayuso, y mientras ella es aclamada cuando pasea por los distintos barrios madrileños, y los bares y el pequeño comercio lucen carteles mostrando su agradecimiento y apoyo a la presidenta, otros candidatos son abucheados y algunos incluso apedreados en sus recorridos madrileños, y mientras son muchos los sorprendidos por la presencia del “portavoz del sindicato de manteros” en una lista podemita, otros impugnan la presencia de Toni Cantó en las listas del PP.
La Junta Electoral, en la que hay cinco jueces, la dio por buena. Después un juez unipersonal, curiosamente activista de Jueces por la Democracia, la denegó. Finalmente, el Tribunal Constitucional, ratifica la sentencia del juzgado y excluye al candidato valenciano. La decisión del Tribunal, discutida y discutible, se aprobó con tres votos a favor y tres en contra, ejerciendo el presidente el voto de calidad. Cuando veamos qué votó cada uno y leamos los votos particulares entenderemos el interés del presimiente Sánchez en controlar los Tribunales. Sentencia que a buen seguro aporta unos cuantos de miles de votos a la candidatura de Díaz Ayuso. Tiempo al tiempo.
Como veis, el circo de la política continúa, y en cualquier momento las fieras entrarán en escena. Esperemos que el ministro del Interior cumpla con su obligación y garantice la libertad de expresión y movimiento de los candidatos... aunque esperar alguna medida valiente por parte de Marlaska sea mucho esperar.
Hasta la semana que viene.