El Gobierno corre y vuela para dotarse urgentemente –Europa viene apretando- de una caja suficiente para cubrir las extraordinarias “NO” necesidades de una gran mayoría de los españoles, léase chiringuitos varios, Vicepresidentes dimitidos que siguen finiquitando un sueldo de 4 cifras al final de cada mes, Ministerios, Ministros y Ministras innecesarias, asesores de variado pelaje y cornamenta y, por qué no decirlo, un Presidente inútil, casi amortizado con más dudas sobre su capacidad de liderazgo tras las elecciones de la CAM del martes pasado.
Un Presidente que propone un proyecto de país anclado en el contexto político de comienzos del XX, con una división social evidente y que es dañino ya, para su propio partido, que dilapida la poca historia democrática que tiene el PSOE, desde Suresnes, que malgasta el patrimonio humano del mismo exigiendo baja de militancia a Redondo Terreros si no se ha dado él mismo de baja, Leguina el último Presidente socialista que tuvo la CAM y aplicando la guillotina sobre Gabilondo y Franco por errores del propio Sánchez que se las prometía felices asistiendo a los primeros actos de campaña para desaparecer, poco después, tras la penumbra de unos datos electorales adversos y que culminarían en el actual desastre, “en el crack del 4 de mayo”. En definitiva, una responsabilidad que no quiere asumir Sánchez, y que en absoluto creo se debe cargar en el débito del PSOE como entidad política, al menos, en su mayoría ¿veremos a la vieja guardia del PSOE regresar a Suresnes?
Bien supo leer Ayuso que la presencia de líderes nacionales en su campaña lo único que podría hacer es enturbiarla y reivindicó para sí misma el diseño, tiempo y modo de la misma, con autoridad aviso que esta era su campaña y ella la que manda.
A pesar de todo, que el PSOE no reconozca que hay desafecto entre sus votantes complica la gobernabilidad, porque suele pasar, que si no se reacciona a tiempo la desafección se agiganta con el tiempo y este gobierno quiere, se empeña obstinadamente en acelerarlo por la vía de impuestos la subida generalizada de la electricidad, gas y combustibles, y las tasas, en este caso, las que se cargan sobre al tráfico rodado; imponer una por kilómetro recorrido, 9 céntimos, no está muy claro el importe. Primero en autovías para trasladarlo, poco después, a toda la red viaria.
Llegados a este punto, deberían saber, que el impuesto aplicado a toda la red por extenso limita el ejercicio fundamental de libre tránsito recogido en el art. 19 de la Constitución que, por ser un derecho fundamental, de moda, en boca de todos y en las manos de unos irresponsables, requiere de una ley orgánica que muy difícilmente pasaría el filtro del asesoramiento jurídico si es que les hacen caso y del Tribunal Constitucional si se cumplimentase tal temeridad legislativa.
Pero si se llegase a imponer una tasa a la circulación de vehículos por las autovías, de forma cierta volveríamos -en lo que a seguridad del tráfico se refiere -a ansiados por unos pocos- tiempos pretéritos ¡no seamos exagerados!, no hay que irse muy atrás en el tiempo, tan solo al comienzos de los 80s, con una más que probable alta incidencia circulatoria por vías nacionales para evitar el pago por el uso de autovías; si al final, la toma de fuerza impositiva se queda en eso, la de cargar la circulación por autovías.
No olvidemos que las infraestructuras, algunas ya están pagadas vía impuestos, por lo que el pago por circular debería denominarse “repago” recordar que en esos años -los 80s- no existían, ni siquiera, el 80% de las actuales autovías. En Salamanca no había ni un kilómetro. Y todo el tráfico rodado se producía por las nacionales, comarcales y locales.
Este aumento del tráfico en esas vías surtiría el efecto evidente, más de todo. Algunos dirán: ¡pero las carreteras en general ya no son lo que eran! Cierto, pero tampoco lo es el actual parque automovilístico, por lo que una simple valoración estadística le lleva a uno a lo que le lleva, un aumento de los accidentes por el consiguiente aumento de tráfico sobre esas vias.
Con la actual legislación de seguros todos los gastos sanitarios que se produjesen en un accidente de tráfico correría a cargo de las compañías de seguros por lo que, incluso la seguridad social, ganaría dinero por esa vía. ¡Vamos! que a este gobierno le saldría gratis. Y al ciudadano no tanto, es doblemente oneroso, “repago” y....
¿O creen que el exceso de gasto sanitario e indemnizatorio de las compañías de seguros no será rebotado al usuario final? Lo mismo pasa con el coste del transporte que los sobrecostes serán convenientemente redirigido al usuario final.
Esta nueva tasa para Castilla y León es perjudicial por dos motivos, una simple, por extensión, y la otra por su situación, en el interior de España. Lógico pensar que estos gastos de transporte repercutirán en los de producción y por tanto será más rentable establecer polos productivos más cerca de puertos o más cerca de las fronteras salida al mercado exterior. En términos generales este impuesto perjudica y mucho a todos los españoles.
Sobre este aspecto, la del transporte, tiempo hace que España debería haber diseñado una tasa similar a la eurovignette para todo vehículo extranjero de más de 3.500 k, es una tasa que no se paga por kilómetros sino por día utilizado. Llegamos tarde y a destiempo, la cantidad de vehículos de transporte extranjeros que podrían haber ayudado a mantener las carretas -Portugal desde hace unos años carga el uso de las autovías a todos los vehículos- ahora todo lo que se haga será obligado y a trompicones que es justo lo que más enardece los ánimos de los ciudadanos.