Ciertamente hay dos temas que en estos momentos se disputan la actualidad en España: la desvergüenza de los indultos y el atraco de las eléctricas. Dedicaremos los comentarios de hoy a los indultos... y hablaremos de la factura eléctrica la próxima semana.
El indulto, prerrogativa por la que el jefe del Estado ejerce el derecho de gracia, se incorporó a la legislación española hace ahora 151 años. Ciertamente es una figura que existe en muchos países en virtud de la cual el jefe del Estado puede conmutar total o parcialmente la pena impuesta por los Tribunales que administran la Justicia. Figura hoy obsoleta, a pesar de que los legisladores españoles han introducido diversas modificaciones a la legislación decimonónica para adaptar al momento actual.
Con el advenimiento de la democracia se ha regulado el ejercicio de este derecho por parte de los gobiernos para que no sea el ejercicio absolutista real del Siglo XIX, sino que sea regulado por las leyes emanadas del Parlamento. Y esto ocurre también en el derecho español que condiciona su concesión, y que debe “aplicarse de una manera excepcional, prudente, rigurosa, meditada y motivada”, y prohíbe expresamente los indultos generales, algo a lo que los indultos que comentamos hoy se parecen bastante.
Pues bien, el impresentable Presimiente Pedro Sanchez, el mismo que el 14-X-19 aseguraba que “el acatamiento de la sentencia significa su cumplimiento, reitero, su íntegro cumplimiento” y que “nadie está por encima de la ley “, una vez más, está dispuesto a engañar al pueblo español para el que su palabra carece de la más mínima credibilidad, y de la mano de su ministro de Justicia, que en 2016 se oponía a la concesión del indulto a los malversadores, hoy está dispuesto contra viento y marea a indultar a los golpistas catalanes. Como se ha señalado por parte del Tribunal Supremo se trata de un “auto indulto”, pues a quienes intenta indultar Sánchez es a quienes le mantienen en la Moncloa, y así lo ha manifestado el propio Tribunal en su espléndido informe en el que se opone a la concesión del indulto, asegurando que no se reúnen las condiciones exigidas para ello. En el mismo sentido se ha manifestado la Fiscalía del Tribunal Supremo y la Abogacía del Estado, actuando como abogacía del Gobierno, critica su concesión... pero se abstiene.
El derecho de gracia pretende redimir penas que pueden resultar excesivas, o cuyos autores muestren arrepentimiento por los delitos cometidos, algo que evidentemente no reúnen los condenados por el “procés”, que reiteradamente manifiestan que su exigencia es la amnistía y no el indulto, y en cualquier caso declaran su voluntad de volverlo a hacer, con lo que hacen inviable el indulto.
Políticamente, PP, Cs y Vox han expresado su rotunda oposición a la concesión del indulto, y son muchos los socialistas que han expresado su oposición al mismo: Felipe González (yo no concedería el indulto en las actuales circunstancias), Alfonso Guerra, (es políticamente indeseable y jurídicamente ilegal), Joaquín Leguina, Paco Vázquez, Rodriguez Ibarra, y varios de los barones socialistas han manifestado públicamente la inoportunidad cuando no la ilegalidad de su concesión, afirmando que de salir adelante “no sería derecho de gracia sino una desgracia”.
Sin embargo, Pedro Sánchez y varios de sus ministros se han reafirmado en su voluntad de conceder el indulto, a pesar de las advertencias del Tribunal Supremo, constituyéndose en una instancia judicial más, contraponiendo el diálogo que ellos defienden, con la “venganza y revancha” que atribuyen a la Sentencia del Tribunal Supremo.
La realidad es que el indulto es, como la aproximación de los etarras al País Vasco o la transferencia de las competencias de prisiones al gobierno vasco, una de las letras que Su Sanchidad tiene que pagar para mantenerse en la Moncloa, algo para lo que está dispuesto a todo.
Las encuestas demuestran que más del 67% de los españoles son contrarios a la concesión del indulto y la manifestación convocada en la Plaza de Colón demostrará la realidad de estas encuestas y que, efectivamente, el presimiente y su valido van derechos al barranco.
Una vez más, Pedro Sánchez demuestra que es la personificación de la mentira, y que de lo prometido en campaña electoral... si te he visto no me acuerdo. Es difícil, más bien imposible, encontrar un personaje más miserable y mentiroso que el inquilino de la Moncloa.
¿Es posible que alguien le siga votando?
En fin, esperemos que el Tribunal Supremo, rectifique nuevamente al Gobierno, que últimamente no da una.
Hasta la semana que viene.