El 7 de febrero a raíz de las agresiones a militantes de VOX en los mítines que celebraba esta organización política en las elecciones de la comunidad de Cataluña escribía lo siguiente:
“La Ley y solo la Ley debe ser la que ordene, la regla que mida o la báscula que pese la calidad democrática del ejercicio legítimo de la actividad política. Y luego, posteriormente, tras el juego democrático, el debate en libertad y el voto en la misma condición, la representación adquirida pondrá a cada una de las propuestas en el sitio correcto”.
Aquel artículo tenía su causa y razón, como lo tiene hoy, a la contra de los intereses de Vox, este.
El pasado miércoles la revista El Jueves saca en portada unas imágenes de miembros relevantes de VOX “el gore nunca me ha gustado” y, aun así, trato de llegar a encontrar -sin conseguirlo- el porqué de tanta controversia sin más alcance que el mal gusto de cada una de esas imágenes. Ya sabemos que para tener libertad de calificar algo alguien debe tener la misma libertad de exponerlo.
Y así lo hizo El Jueves con esas imágenes; la respuesta de VOX no solo es desproporcionada, es inadecuada, anti democrática y posible de estar contenida en un tipo penal como son las amenazas.
Y digo bien amenazas, porque, avisar de utilizar las vías que la ley permite es una advertencia lo que no han hecho y lo que ha hecho VOX es una amenaza. “Delito consistente en intimidar a alguien con el anuncio de la provocación de un mal grave para él o su familia”
Y es que, envalentonados como están, por las múltiples agresiones recibidas y que les dota de una cierta pero remota condición de víctimas, no se les ocurre hacer otra cosa que copiar determinadas actitudes ilegales por ellos recibidas y encontrar en la amenaza -en diferido quizás promovida para otros- una respuesta al malestar generado por esas viñetas. Una amenaza, sin duda, injustificable a la privacidad y seguridad del editor de la revista El Jueves. Qué ironía, copian aquello de lo que se acusaba al diario Deia, en los peores años de plomo terrorista que este país ha sufrido ¿se acuerdan de esta frase?
“unos indican el objetivo y otros ejecutan”.
Vox tiene -en un país democrático como es España- las vías, acciones para conseguir que se les reconozca derechos violentados o ultrajados y no más ni menos que el derecho de otros a emitir una opinión, sea la que sea. Luego viene la Ley.
El problema se encuentra en que, haciendo un análisis de las sentencias emitidas por los tribunales, el derecho a emitir una opinión está más garantizada; opiniones mucho más “denigrantes o insultantes” me viene a la cabeza, ejemplo: el caso “Casandra” y los chistes sobre Carrero Blanco derecho de opinión que fue defendido por el abogado Cristobal Gasquez, derecho de opinión que ha conseguido sobrevivir a una reclamación judicial.
Cuando se defiende un derecho de opinión sea de quien sea, no se defiende el contenido de esa opinión, se defiende el continente, el derecho de todos para ejercer ese derecho.
Vox sabe que esas imágenes -como he dicho- de lo único que adolecen es de mal gusto que siempre es utilizado para exacerbar instintos muy bajos.
¿Vamos aprendiendo?