La salida del Gobierno de los ministros taurinos, Carmen Calvo y José Luis Ábalos, ha propiciado que los 'antis' desenvainen sus armas y comiencen a atacar a lo que ellos creen parte más indefensa de la tauromaquia como son las charlotadas protagonizadas por los enanitos toreros. ¡Qué valientes!
No saben ni entienden nada, e invocando que denigran a las personas con discapacidad le niegan sus derechos a estas personas que se consideran, y lo son, artistas-taurinos. Es como si a los deportistas paralimpicos se les considerara incapacitados para competir por su discapacidad.
No saben que los "enanitos toreros" tienen también su derecho fundamental al trabajo según la Constitución como toda persona y que como ellos dicen, con toda razón, ejercen una profesión totalmente legal con su carnet profesional, cotización a la Seguridad Social y sobre todo con su ambición de torear como su verdadera profesion que además es manifestación artística.
En contra se argumenta por el señor Martín Blanco, director general de Derechos de las Personas con Discapacidad que es como si se hiciera "un espectáculo con gente con síndrome Down" olvidando que ello ya se ha hecho como la exitosa película 'Campeones' de Javier Fesser y hay más como 'León y Olvido' de Xavier Bermúdez, etc. Dicho señor ignora que en ningún momento se denigra a nadie sino todo lo contrario.
Pero claro, no se trata solo de defender unos derechos de discapacitados, que en nada se vulneran ya que nadie esta obligado a asistir a estos espectáculos, sino de dar un golpe bajo a la Tauromaquia llevándose por delante estos espectáculos cómico-musicales en cuya llamada parte seria actuaban toreros becerristas que llegaron a ser figuras del toreo.
La ignorancia y la mala fe se han aliado en esta insólita iniciativa a la que los aficionados tenemos que oponernos tajantemente y defender de verdad los derechos y la libertad de estos profesionales que se ganan la vida honradamente derrochando valor, arte e ingenio de los que sin duda carecen quienes quieren eliminarlos alevosamente.
Ojalá no lo consigan y los cientos de charlotadas sigan celebrándose en nuestro pais, para quienes quieran disfrutarlas.