La RAE define en su tercera acepción los presupuestos como el cómputo anticipado… de los gastos y rentas de una corporación y en la cuarta, como la cantidad de dinero calculado para hacer frente a los gastos generales de la vida cotidiana… En el mundo financiero se suele definir al presupuesto como el cálculo, planificación y formulación anticipada de los gastos e ingresos una actividad económica, encaminados al logro de un objetivo previsto. Y en el mundo de la política se suele decir que el debate de los presupuestos es el más importante del año, pero debo confesarles que he asistido a casi cuarenta debates presupuestarios y en todos ellos me he aburrido soberanamente.
En definitiva, un presupuesto es algo, o debería de ser, común en cualquier familia, empresa o Institución. A nivel familiar, ningún cabeza de familia sensato planifica la economía familiar con unos gastos previstos muy superiores a los ingresos razonables, salvo que por circunstancias especiales recurra a un crédito bancario, incurriendo en un déficit que tendrá que resolver en ejercicios posteriores y que habrá que cubrir con el superávit de años sucesivos. Esto, que parece razonable a nivel familiar, se reproduce a nivel empresarial y especialmente en la pequeña empresa: se fijan los objetivos a lograr, se estiman los ingresos que se espera obtener, y en función de ellos se planifican los gastos. Si estos no se controlan o se recurre en exceso al crédito, la empresa estará condenada a la quiebra antes o después.
Pero si del ámbito familiar o empresarial pasamos al de las administraciones, ( y es válido para la local, la autonómica y la central) la elaboración del presupuesto se hace justamente al revés: primero se fijan los objetivos por parte del grupo de gobierno, que en principio deberían ajustarse a lo expuesto en el programa electoral. Si el grupo de gobierno tiene mayoría absoluta no suele haber problemas y el proyecto sale adelante. Otra cosa es que después su ejecución se ajuste a lo prometido y que sea ejecutado en un porcentaje próximo al 100%. Y este año, el gobierno sanchezstein se inventa un nuevo Plan E, regando con 100 millones las sedes de los sindicatos en premio a su silencio cómplice y otra partida millonaria para proteger a las aves de su colisión con los tendidos eléctricos de alta tensión, y lo que venga…
Si el grupo de gobierno no tiene mayoría suficiente, se ve obligado a pactar con quienes le permitan llegar a esa mayoría. Unas veces a cambio de incorporar al programa de gobierno parte de las exigencias del grupo de apoyo, y otras incorporando a miembros de este grupo al equipo de gobierno. Y aquí se evidencian las mentiras de quienes prometieron en la campaña electoral lo contrario de que después hacen. Pedro Sánchez, Mentiroso Mayor del Reino, afirmaba que “no podría dormir teniendo a Pablo Iglesias en el Gobierno” y a las 24 horas sellaba con un abrazo con Pablo Iglesias el Gobierno de coalición, o “nunca pactaré con Bildu, si quiere se lo repito 20 veces..” y aquí le tenemos abrazado a los filoetarras y cediendo a todas las exigencias de los que le mantienen en la Moncloa.
Pero es que además, como los responsables de las administraciones públicas manejan dineros que no son suyos, (los “dineros públicos no son de nadie”, Carmen Calvo dixit), lo primero que preparan es el capítulo de gastos, para después, cuadrar a capón el capítulo de ingresos, aunque para ello tengan que imaginar ingresos imposibles y en esto nuestra ministra de Hacienda es única, aunque todos los organismos internacionales y nacionales, han corregido a la baja y en reiteradas ocasiones las previsiones de crecimiento expuestas por el Gobierno, con lo que se caen por su base todos los ingresos previstos. A buen seguro que intentarán compensarlo con una nueva subida de impuestos. Y si no, es igual, seguiremos incrementando el déficit y la deuda pública, que en eso sí somos líderes en Europa, que ya vendrán otros, como siempre a arreglarlo. Y mientras el Gobierno califica a estos presupuestos de expansionistas, Europa lo hace de contractivos.
Desde luego, donde no se experimentan recortes es en el capítulo de los gastos, manteniendo un gabinete de 22 ministros, aumentando el de asesores, subiendo el sueldo de ambos colectivos, e incrementando de forma importante el presupuesto de dos de los ministerios más inútiles del Gobierno, el de Igualdad y el de Consumo, que no han hecho nada en estos años. Por supuesto, en el capítulo de gastos se incluyen todas las concesiones que han tenido que hacer para comprar el voto de separatistas y filoterroristas… y las que se vayan incorporando con las enmiendas de estos: 10,5 millones para un fondo audiovisual para emitir series en catalán, eusquera y gallego, trasferencia de la gestión de los ingresos mínimos de inserción a catalanes y vascos,
El pasado martes, “farruquita” Montero, nuestra locuaz ministra de Hacienda que de economía sabe menos que yo, anunció a bombo y platillo que la aprobación de los presupuestos estaba asegurada tras el anuncio de ERC de apoyarlos tras una nueva humillación en relación con la lengua catalana, el desalojo del edificio que alberga en Vía Layetana la jefatura superior de policía obligando a retirar la partida presupuestaria prevista para su remodelación o la aproximación y progresiva aproximación y posterior liberación de los asesinos etarras.
Y es que lo más grave de estos presupuestos en relación con los partidos antiespañoles no son, con serlo mucho, las concesiones económicas, sino aquellas ligadas al abandono progresivo por parte del Estado de los territorios catalanes y vascos, que en su última actitud chulesca ya han anunciado que no acatarán la sentencia del Tribunal Supremo que les obliga a impartir en castellano el 25% de las enseñanzas en los centros públicos. Y el Gobierno Sanchista ya ha anunciado que se inhibe en este tema.
Sí, ya sé que en su día todos los presidentes de gobierno hicieron concesiones a Convergencia y al PNV, que por entonces eran partidos nacionalistas y no independentistas, pero nunca del calibre y de la gravedad de lo que estamos viviendo con este gobierno social comunista, renunciado a ese lazo común que es nuestro idioma.
Por fin, ayer a primera hora de la tarde se aprobaron los presupuestos con 188 votos a favor, (PSOE, Unidas Podemos, ERC, PNV, EH-Bildu, PDeCAT, Más País-Equo, Compromís, Nueva Canarias, Teruel Existe y PRC. Por supuesto ninguno de estos grupos ha dado su voto de forma desinteresada. Ahora al Senado, se pasa el rodillo, con lo que los presupuestos, que se presentaron tarde se aprueban en tiempo.
Para terminar, y aunque no soy aficionado a las apuestas, ahí va una: cualquier parecido entre lo que aprueben las Cortes y la ejecución presupuestaria por parte del Gobierno será pura coincidencia. Tiempo al tiempo.
Hasta el viernes que viene.