Llevo algunos días sin escribir mi periódico artículo y la verdad temas no faltan para hacerlo: En el ámbito nacional la pandemia del Covid-19 sigue con su sexta ola, parece que bajando de su cresta pero con las incertidumbres ya conocidas de si reducir o no las restricciones. Y como compaginarlo con una deseada y progresiva normalización.
Y en el mundo internacional, el lío de Ucrania con Rusia del que todo el mundo habla, pero del que nadie sabe el verdadero por qué y su intrincado desenlace con amagos continuos de movimientos de tropas sobre las heladas estepas y conversaciones o diálogos siempre invocados en la mullidas y calurosas alfombras diplomáticas.
Y claro, como no, la campaña electoral en Castilla y León en clave nacional, incluso retrospectiva como lo prueba la participación de jarrones chinos como Aznar y Zapatero. Y, además, edulcoradas con las encuestas de las que se lleva la mejor parte la del CIS de Tezanos, experto cocinero en su elaboración.
Pero bueno, ya se sabe que la encuesta que importa es la del 13 de febrero, en los que no hay cocina que valga y la cena está servida.
Y, también, un tema de actualidad es, igualmente, el carnaval que ya está a las puertas, con uno que en nuestra tierra castellana leonesa es único como es el Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo. Un Carnaval, este, con más de 300 años de historia y que conjuga lo profesional o más serio (El Juli, Manzanares, etc.) con lo popular o desenfadado. Y, además, este año, con la propina del añadido del miércoles de Ceniza. O sea, un festejo prolongado e intenso.
“Y, de qué más puedo escribir que no sea lo dicho”. Gabriel García Márquez, de quien he copiado la idea, terminaba así su artículo.