Aunque parezca una locura, no lo es, porque la realidad supera a la ficción. El presidente Pedro Sánchez no sólo cede reiteradamente a las exigencias de los enemigos de la nación española como lo han hecho otros gobiernos nacionales, algo que no ocurriría en otros países de nuestro entorno, sino que ha dado un paso más allá comprando y blanqueado su lenguaje antiespañol, llegando a llamar incluso 'piolines' a los policías nacionales y guardias civiles que fueron destinados a Cataluña en la operación Copérnico. Una actuación que se llevó a término en unas condiciones muy pésimas para los agentes del orden. Además de todos los ataques que recibieron también por parte de los violentos separatistas.
Desde luego, queda claro que este gobierno socialcomunista está agotado y da la sensación que hace lo que sea con tal de mantenerse un día más. Pero no todo vale, ya se han pasado demasiadas líneas rojas y eso es muy peligroso para la seguridad nacional, por eso es normal que muy pronto los policías hagan nuevas movilizaciones contra el ejecutivo por desprestigiarles y no darles ni la equiparación salarial con las policías autonómicas ni las dotaciones y recursos que necesitan para frenar el incremento de la inseguridad en España.
Además, recordemos que no hace mucho tiempo el gobierno de Sánchez terminó de manchar la imagen del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) tanto a nivel nacional como internacional con el escándalo Pegasus. Algo histórico y que afecta sin la menor duda de forma directa e indirecta a nuestra nación.
Pero en definitiva, hay que asumir que estamos ante un desgobierno que trata de manera vergonzosa a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y no rinde cuentas por ello, los hechos así los demuestran hasta la fecha.