Morante de la Puebla
No cabe duda que el marketing de Morante ha cambiado, ¡y mucho!, en los últimos tiempos. Su manera de vestir es completamente distinta, casi esperpéntica diría yo, tanto en su traje como en su abrigo o en el calzado.
También su coche es una antigualla, pero este tipo de coche le da paz y torería, aunque al arrancar suene como un cascajo y deje, al que está cerca del tubo de escape, embetunado. Ahora se fuma unos vegueros impresionantes en cualquier momento, salvo cuando está delante del toro.
¿Reminiscencias de su trato con “El Pana”? ¿Marketing perfectamente estructurado? ¡Cualquiera sabe lo que se cuece en la cabeza de Morante o de sus mentores!
A estas extravagancias, algunos las llaman elegancia y otros las definen tan incomprensiblemente como que: “dentro del torero de La Puebla hay un misterio donde chocan las cuatro esquinas del extravío”. Y Morante, con estas y otras cosas, se siente ahora tan importante en esto del toro que, sin pizca de humildad y en contradicción permanente, llega a decir: “Me encuentro en un momento importante. No digo en el mejor de mi vida porque no me gusta afirmar estas cosas, pero si creo que…No sé…Yo no soy de los que van por ahí contando grandezas. Me da vergüenza ajena cuando escucho a algunos de mis compañeros hablar de sí mismos como desde la cumbre”.
Y por eso ahora también cambia su atuendo torero de antes por uno revolucionario, un traje de Fermín distinto del todo a lo acostumbrado por aquello de que los toreros artistas han de vestir así, cuando en realidad él no lo necesita pues sus palabras lo coligen: “Nací siendo torero. Lo dice mi madre y luego Espartaco lo confirmó cuando me vio torear y bajándose del coche me dio 100 pesetas porque no había visto a nadie que con cinco años toreara como yo”
Morante es un torero que como él mismo dice: “se mueve por pulsaciones interiores y muchas veces vive en pensamiento”, frase que da la dimensión trágica de su vida y tauromaquia al vivir por encima, pero muy cerca del abismo, el miedo y lo inexplicable.
Frases suyas son las que siguen:
· “Un torero para ser diferente ha de tener torería que como concepto crea belleza en la plaza.”
· “Me gusta la expresión añeja del toreo antiguo” ”El arte nace de la naturalidad, de lo espontáneo, de la verdad y hoy todo está muy preparado. Uno se tiene que sentir en su tiempo, y yo lo estoy pero desde lo clásico, conservando también ese celo entre artistas que había entonces…porque ahora to er mundo nos queremos llevar bien…y eso no puede ser”
· “Me gusta mucho estar solo, pero no sentirme solo, Eso es muy malo”
· “El miedo es algo que no existe, pero te perjudica. Yo hablo con él, le doy confianza, le ayudo incluso. Nunca maltrato a mis miedos”
· “El vacío lo ha sentido mucho y es lo más amargo de la vida” “Le ha llegado porque la cabeza de uno a veces le hace pasar malos tragos y…
· “Me da morbo el público de Madrid por su personalidad, si bien el de Sevilla es más artístico”.
· “Delante del toro no se puede pensar como un ser normal…se pasa mucho miedo, pero si quieres crear tienes que sentirte de manera muy espiritual dentro que salta automáticamente cuando uno se acopla con el toro”
· “La fusión es muy difícil pero a veces llega, haciendo que tu fuerza espiritual interior haga el toro parte de ti. Es tal la fusión que da la sensación que no existe peligro. Ahí es cuando realmente nace el toreo, cuando te olvidas de todo, abandonas tu cuerpo y solo eres un alma con el toro”.
Opina que el torero es un hombre con valor para jugarse la vida delante de un toro, pero que luego en la vida es una persona indecisa, un hombre con un montón de dudas. Para él, el arte es “la colocación, las formas, la expresión” “El arte tiene una vejez muy bonita”. En cierta ocasión le preguntaron: ¿La tuya es una profesión con respeto o vivida en la envidia? Y contestó: “respeto y buen trato, siempre. Eso es lo que yo he percibido entre los toreros desde siempre. Veo otras envidias más amargas en otras profesiones, envidias muy vulgares. En el toreo hay envidias sanas, no vulgares. La envidia es algo muy vulgar”.
Ahora, recientemente, han venido sus declaraciones con motivo de la entrega de la Medalla de Oro de las Bellas Artes, así que dejo en manos de todos ustedes, lectores de este artículo, el apartado psicológico en que colocarán a Morante de la Puebla. Un gran torero como hay tantos y tantos en el panorama taurino español, aunque naturalmente con las diferentes particularidades propias de su entidad humana.