En el debate del Estado de la Nación se ha hablado mucho de como frenar la inflación que nos acecha con distintos tipos de medidas, entre otras y de las que más se ha hablado ha sido de subir los impuestos a las eléctricas y a las entidades financieras, que supondrían recaudar más de 7.000 millones de euros al año.
ESG
Quizás sería un buen momento para repensar el modelo de Estado y hacerlo con criterios que están muy presentes en el ámbito de las compañías privadas y que podrían llevarse al ámbito público. Me estoy refiriendo a los criterios ESG, que son las siglas en inglés de los factores ambientales sociales y de buen gobierno. Este es un modelo holístico, que tiene un carácter integral, que debe de estar presente en todas las acciones y no se pueden descuidar los aspectos financieros.
Digitalización
Me parece que sería muy recomendable para el Estado, que ya está aplicando las recomendaciones ambientales y transitando hacia la energía verde. Ha impuesto modelos de transparencia, porque no profundizar en los aspectos sociales y realizar un análisis más exhaustivo de la raíz de uno de los problemas que más afecta al gasto del Estado, como es el sistema de pensiones en nuestro país. Disponemos de herramientas y conceptos nuevos que la era de la digitalización ha puesto a nuestro servicio.
Algoritmo de edad biológica
Hace unos días en un evento organizado por El Español en Valladolid comentaba con un buen y admirado amigo de la UVA que seguía en activo porque gracias a su posición de profesor podía seguir haciéndolo, a pesar de que por su edad tendría que estar ya jubilado si hubiera trabajado en cualquier otro sector. Hablamos de la existencia de un estudio desarrollado por una importante entidad aseguradora de nuestro país que opera sin ánimo de lucro y que ha sido realizado en colaboración con dos universidades. Este estudio realizado con rigor técnico y basado en las posibilidades que actualmente brinda la Inteligencia Artificial ha desarrollado un algoritmo que permite fijar la edad biológica de las personas, diferenciándola de la edad cronológica o podríamos decir de la que figura en su DNI. Esta edad biológica sería realmente el indicador del envejecimiento.
Hay muchas personas en las que su edad cronológica no se corresponde con la edad biológica, me explico, esta edad biológica se refiere a la situación en la que se encuentra una persona y que podríamos definirlo como el desgaste real de las energías producto del paso de los años. Tiene en cuenta los cambios físicos y biológicos que se van produciendo en las estructuras celulares, de tejidos, órganos y sistemas. La edad biológica es la que se corresponde con el estado funcional de nuestros órganos comparados con patrones estándar para una edad. La literatura científica nos dice que la diferencia observada entre la edad cronológica y biológica puede variar hasta en más menos 12 años. Podríamos encontrarnos con una situación óptima en la que un individuo de 70 años cronológicos tenga una edad biológica de 58 años o por el contrario que ese mismo individuo de 70 años cronológicos tenga una edad biológica de 82 años.
Más capacidad laboral
Este magnífico trabajo, nos permite disponer de una herramienta novedosa, con la que se podría abordar un replanteamiento de la vida laboral de todos y cada uno de los españoles en edad de jubilación haciéndolo de forma personalizada ¿por qué no utilizarlo? Se podría dar respuesta a uno de los grandes problemas que tiene nuestro país y que es la sostenibilidad del sistema de pensiones. Quiero recordar que representa el mayor volumen de gasto de los presupuestos del Estado, un 40% del mismo, con 180.000 millones de euros anuales.
En 2023, la revalorización de las pensiones con el aumento de la inflación y la subida del IPC representa el mayor desembolso que tiene que realizar el Estado y que se calcula en aproximadamente 10.000 millones de euros.
Sostenibilidad del sistema
Por qué no abordar la reducción del gasto del Estado consiguiendo la sostenibilidad del tan traído y llevado sistema de pensiones con una herramienta que la era de la digitalización nos brinda, como es un algoritmo para fijar la edad real de las personas en cuanto a su capacidad laboral. Permitir que personas que tienen una edad biológica inferior a los 65 años continúen trabajando.
Conseguir un ahorro importantísimo en las arcas del Estado, como el que representa el pago de las pensiones, supondría no tener que plantearse implantar nuevos impuestos para afrontar los gastos que tiene el Estado.
Por otra parte, abordar esta cuestión con seriedad, profundidad y de manera personalizada permitiría adelantarse a algo que ya viene anunciando la UE hace tiempo y es que en 2060 uno de cada tres europeos tendrá más de 65 años, el 29,5% de la población, cuando hoy está en el 18%.