Se demoniza a partidos que defienden la Constitución y la unidad de España mientras se lava la cara a bandidos y facinerosos. No es que haya cosas con las que no se esté o no de acuerdo pero, entre prohibiciones y decretazos, no deja de ser cuando menos sorprendente y comprensible el pensamiento único hacia el que nos encaminamos. Después de tantos años de mentiras, la clase política no debería engañar a nadie. La mayoría han perdido toda la credibilidad y muchos tienen los días contados y no es que hoy lo digan las encuestas, lo dicen sus hechos que no pueden tapar, no hay que ser ni muy listo ni un fuera de serie. Se ha hecho mucho daño a la democracia de este país, a su economía, a la educación y lo que es peor a la conciencia y a los modos sociales de los ciudadanos tolerando lo intolerable, mirando tan sólo los votos antes que el bien común.
Nos hablan de cosas chupi lerendi y soluciones mágicas y nos prometen el paraíso, por parte de conferenciantes, contertulios, ministros, gentes de moral distraída, entes recaudatorios pero como decía el poeta si lanzas palabras al viento ahí se quedan. Han acostumbrado a la gente a estar sujetados, a estar dirigidos y a tener miedo y carecer de iniciativa social. Es la historia del elefante del circo criado desde bebé amarrado por una pata con una cuerda muy fina que nunca se escapaba ya que no conocía su fuerza. Así ha ido pasando en Cuba, Venezuela, Chile, Perú y ahora en Europa, además de España. Nos venden la historia de que la tierra es plana, que en España estos días hace frío, que el vino no se sube a la cabeza, que Cuba es una democracia, que la Yoli es una estadista, que vamos soltando lastre y que las encuestas son la verdad. Seguimos con la ley trans pero los hombres no se pueden quedar embarazados, de la misma forma que si nos creyéramos que somos una Derby paleta seguiríamos siendo un hombre y no una moto. En España hay unas 2.000 personas trans que reciben ayudas, y tres millones con enfermedades raras que no reciben ninguna. Lo que no cambia tampoco es que en una boda es todo arroz y en el divorcio es todo paella.
La plandemia sigue con su no irás a ningún sitio y serás feliz. Tesla pide a los tejanos que eviten cargar sus vehículos eléctricos en las horas punta de calor ya que la red está al límite. Se nos oculta como arden los vehículos eléctricos y como los cuerpos de seguridad se quedan sin batería en las persecuciones, por el elevado consumo y las patrullas se quedan en comisaría y sin coches porque los hay que recargar. España arde también porque no se limpian los bosques, ni dejan pastar por el monte, ni sancionan como debería ser a los pirómanos, ni dejan a los ganaderos y agricultores gestionar sus montes, para que la España vacía siga aumentando. Castilla y León va camino de convertirse en la España en escombros que adorna nuestros pueblos, para poder expropiar y crear fincas solares. Las gentes importamos poco mientras nuestros políticos discuten de lo que no interesa a nadie. La estafa cotidiana en todos los aspectos de la vida que nos rodea, avanza un día sí y otro también, mientras algunos la saben adornar bien de inoperancia y de una soberbia como nunca se ha conocido.
Los economistas suspenden las medidas del Gobierno pues van en la dirección equivocada, creen que las rebajas fiscales y subvenciones a la energía son medidas que no rebajaran el IPC y transmiten un mensaje equivocado. Saben bien que ninguna se llevará a la práctica, el pozo es tan hondo que ya no hay cuerda para sacar, pero la soflamas al viento hacen todavía ricos a algunos. La sesión del Estado de la nación fue una sesión de oposición a la oposición desde el gobierno. Siempre hacen lo mismo cuando no hay soluciones que aportar. El primer resultado el desplome de la Bolsa de Madrid. Veinte años después el dólar vuelve a valer lo mismo que el euro lo que depara un futuro muy oscuro para Europa y nuestro país. El índice de miseria va en aumento. La inflación desbocada y este invierno muchos no podrán pagar la factura del gas y ni de la electricidad. Lo chulísimo es que nos darán un vale para un forro polar para correr por la calle y unas zapatillas para quitarnos el frío, tiempo al tiempo. Lo de las zapatillas ya lo intentaron.
La deuda pública en España ha crecido en el primer trimestre de 2022 en 26.618 millones de euros y se sitúa en 1.453.853 millones. La más alta que ha habido nunca en nuestro país. Las únicas explicaciones son las cosas chulísimas y lo de las personas binarias. En España los autónomos pagan al mes 294 euros, en Gran Bretaña la cuota es de 14 euros, en Irlanda el 5% de las ganancias, en Alemania si no ganas más de 1.700 euros no pagas, en Portugal se paga cero euros y sin IVA... Hace dos días el no poder poner el aire acondicionado o la calefacción se lo llamaba pobreza energética, ahora es para salvar el planeta o para ahorrar. La última cosa chulísima de nuestro presidente es que la cesta de la compra sube porque comemos más desde la pandemia y presionamos los precios, como aquel que afirma que ser simpático es una ventaja a la hora de ligar.
A día de hoy asistimos de nuevo a más de lo mismo, a una dejación de funciones que una vez más poco suma, y que tampoco va a defender la constitución, ni a sus votantes, ni a los españoles. Para ser una vez más víctimas de un país que no tiene referentes de país. La civilización occidental de Roma y Grecia, pasó a España y de ahí a todo el mundo y porque no al universo e incluso al espacio, pero los ciudadanos, los españoles, desde su pereza e ignorancia se hacen valer poco frente a los que los gobiernan. Se ha perdido todo el coraje y valor para levantarse contra tanta desidia, que flaco favor se hace a los que nos representan y nos gobiernan. Los hay que no se alimentan de la realidad sino de bellotas debajo de una encina.