Muy mal debe verse el futuro desde la Moncloa, cuando Su Sanchidad ha decidido lanzarse en tromba a aplicar en nuestro país un programa puramente chavista más propio de sus socios de gobierno que del partido socialista obrero español. Las encuestas que semana tras semana se publican en los distintos medios de comunicación y mucho me temo que las propias encuestas internas que maneja el partido socialista, reflejan el que se ha dado en llamar efecto Feijóo, que conlleva un crecimiento imparable del partido popular y una caída en términos similares del partido socialista en la intención de voto de los españoles cara a las próximas elecciones. Para ello el propio súper Sanchez y un nutrido grupo de ministros de su gobierno se han lanzado a desprestigiar al Partido Popular y a insultar en términos muy duros Alberto Núñez Feijóo, lo que en mi opinión beneficia al Presidente Popular.
Estamos ya en plena campaña electoral cuando queda más de un año para celebración de elecciones, y la estrategia socialista se basa en tres pilares: una mayor presencia del Presimiente en la calle, un encuentro con un grupo selecto de ciudadanos en el propio Palacio de la Moncloa para conocer sin intermediarios los problemas del pueblo, y finalmente la aceptación del debate entre el presidente y el candidato popular.
Y los resultados están a la vista: la presencia del Presidente en la calle sigue siendo un auténtico problema para él, por el rechazo que su sola presencia provoca en una inmensa mayoría de los ciudadanos que pueden acercarse dado que desde la distancia le abuchean, pitan e insultan, al grito de "fuera, fuera" a pesar de que los cordones de seguridad se ocupan de alejar al pueblo llano del presidente y su cortejo. Creo que le vamos a ver dar pocos paseos por la calle.
El segundo invento, que viene a reemplazar los célebres "aló, presidente" bolivarianos con los que nos martirizó durante la pandemia, fue el de escoger un grupo de 50 ciudadanos para reunirse con ellos en los jardines del palacio de la Moncloa y conocer sus problemas sin intermediarios. El procedimiento de elección fue singular: el equipo del Presidente eligió entre los 250.000 españoles que se habían dirigido a Moncloa con ruegos, sugerencias y reclamaciones etc. a un grupo de 50, y de estos 50 tan sólo cinco podrían preguntar al presidente; curiosamente una de ellas ya había participado en un encuentro parecido organizado por el propio Sánchez y al menos otros tres eran conocidos socialistas que habían tenido cargos en el partido o las instituciones, por lo que se ha negado a los medios la lista de los participantes en el encuentro , pero lo más lamentable, además del sistema de selección de los participantes y de los escogidos para preguntar, y me temo que también de las preguntas, es que ninguno de ellos preguntó por el incremento del IPC, la cesta de la compra o el incremento de los precios del gas, los combustibles o la factura eléctrica. El colmo de la manipulación fue el de la empleada de hogar que le preguntó por el derecho de las empleadas domésticas al cobrar el paro, lo que motivó la célebre respuesta de "no sabe usted como me alegra esa pregunta, porque en el Consejo de Ministros que vamos a celebrar mañana se va a probar el derecho al paro del servicio doméstico". Oh ! casualidad. Salvo una pregunta respecto de la obesidad infantil, todo lo demás muy en la línea programática del Sanchismo.
Y la tercera pata del trípode elegido para intentar doblegar el negro pronóstico electoral, fue el de aceptar el debate que le solicitó Alberto Núñez Feijóo sobre el estado de la nación, aunque desde Moncloa ya se ocuparon de decir que versaría sobre las medidas adoptadas por el gobierno para combatir la crisis energética. El debate no pudo ser más manejado por el gobierno de la mano del presidente del Senado: mientras el presidente del gobierno dispuso de 132 minutos para sus intervenciones, Núñez Feijóo discurso de tan sólo de 27, a pesar de lo cual tuvo oportunidad de desmontar las acostumbradas mentiras del Presimiente y esbozar su programa de gobierno estructurado en 8 bloques temáticos y 59 que apartados al terminar el debate remitió a la Moncloa.
De los 132 minutos que utilizó el presidente 47 de ellos se los dedicó a la descalificación personal y política de Alberto Núñez Feijóo, a quien calificó de "vago, ignorante e incompetente", lo que obligó a éste a recordarle que "Vd. no es un dictador, porque no manda ni en su propio partido". Leyendo el argumentario que le prepararon sus centenares de asesores hizo en la réplica una referencia a la ETA, sin que Nuñez Feijóo hubiera hecho referencia alguna a la aproximación de los asesinos etarras al País Vasco. Cuando presumió de que España era el país que más estaba creciendo, olvidó decir que España es el único país de Europa que todavía no ha conseguido los niveles económicos previos a la pandemia.
Ridiculizó el sincorbatismo presidencial para quien al terminar sus intervenciones se desplaza en el Super Puma o el Falcon, y agradeció que hubiera puesto en marcha, aunque fuera con meses de retraso, algunas de las medidas que le había sugerido, pidiéndole que las prolongara hasta finalizar el invierno, incluyendo la de ampliar a las empresas grandes consumidoras de gas de los beneficios aplicados a otros sectores. Recordó que con la célebre excepción ibérica habíamos regalado 500 millones de euros a los franceses que serían 1000 a finales de año, que Francia sigue como otros países de Europa produciendo grandes cantidades de energía nuclear que ha sido declarada como energía verde por la propia Europa, y en España hay una intransigencia absoluta para mantener en funcionamiento nuestras centrales nucleares mientras no peligre la seguridad.
Finalmente Feijóo insistió una vez más en la deflactación del IRPF a las rentas medias y bajas en la declaración del IRPF, para compensar el efecto de la desmedida inflactación, a lo que nuevamente se negó el Presimiente.
En definitiva, el hombre del "NO ES NO" a Rajoy, puso en evidencia su nerviosismo a la vista de las encuestas, diciendo NO a todas y cada una de las propuestas de Feijóo, a pesar de que transcurridos unos meses las hará propias, pero en todo caso, prepárense Vdes. para una larga, agresiva y tediosa campaña electoral.
Me temo que al Doctor Sánchez le han quedado pocas ganas de repetir.