Al mirar por la ventana podemos pensar que deberíamos estar más preocupados. La sociedad avanza pero parece que con un pasito palante y dos pasitos patrás... No se es consciente de lo que ocurre a todos los niveles y como nos influye. Las frecuentes campañas político propagandísticas hacen que no veamos más allá de la punta de las narices. Se tira de noticias o anuncios políticos de bajo nivel, incluso de una nueva judicatura que es la pena de televisión en los que los políticos cumplen o no aparecen en un simulacro informativo que recuerda a etapas penosas de nuestra historia cuyo resultado es la desinformación y la retribalización.
La gran mayoría de los científicos del siglo XVII fueron muy religiosos ya que basaban su búsqueda en la convicción de que Dios había escrito el libro de la naturaleza con caracteres matemáticos. Creer en lo sobrenatural para entender lo natural. Ahora parece que hemos dejado de creer en Dios para creer en la ciencia. Malo pinta de momento el Covid y las pandemias adyacentes. La situación que vive China pinta muy mal. Genera miedo no sólo por el incremento de casos sino porque parece vamos camino de repetir lo que pasó hace tres años por falta de información. El pasado no va a dejar de existir por mucho que nos lo pinten de otra forma.
Debería ser ilegal que a un ciudadano con un coche en regla con todo pagado se le prohíba circular para imponerle un coche eléctrico, abolir la propiedad privada y privarle de movilidad. En 1961 cuando algunas familias españolas empezaban a permitirse un Seat 600 la temperatura media en nuestro país fue de 14.2 ºC. En 2021 con un parque móvil de más de 32 millones de vehículos, la temperatura media fue la misma. Los coches no son una catástrofe climática. No nos van a dejar entrar en las ciudades con nuestro coche viejo, quitan la falsa bonificación de los 20 céntimos para no beneficiar a las rentas altas, suben las autovías, en definitiva más de lo mismo. Los pobres que vayan a pie. El sector del automóvil en caída libre, uno de nuestros motores de la economía. No hay recursos para fabricar coches eléctricos para todos y menos para recargarlos. El objetivo no es que reemplaces tu coche sino quitártelo. Electrifican los coches para que no circulen.
La rebaja del IVA no quiere decir que la cesta de la compra vaya a, ni que la epidemia de insomnio de los 7 millones de españoles vaya a remitir. El que algunos les den un bono de 5 céntimos diarios sin descontar la retención no va a llenarles el estómago. El problema de España es que los estúpidos están seguros de todo y los inteligentes no sirven para tomar decisiones. Un gobierno cualquiera puede hacer una estupidez de vez en cuando pero hoy por hoy vivimos en la estupidez continua y nos afecta a todos. Son la demostración de que la estupidez puede ser infinita. El chiste del año, chalecos o no, es que en España han dotado a la Guardia Civil con la pistola Ramón, pistola prohibida en muchos países por su peligrosidad. Una Glock trucha hecha por una empresa desconocida. Por un ahorro de 36 euros por unidad sobre una marca super conocida y fiable se pone en riesgo muchas vidas, mientras no se repara en gastos en subvencionar a la policía marroquí. El que se enfada por las críticas es que las tiene merecidas.
Todo conflicto se desarrolla porque persigue un fin. Después de los conflictos asimétricos como el de Afganistán ha llegado para quedarse un nuevo tipo como es el de la guerra híbrida que consiste en una serie de acciones ejercidas con ambigüedad en la amplia línea que divide la paz de la guerra. Se crea una zona gris o grey zone, difuminando la paz y la guerra. Ocurre que a menudo tratamos o tratan de salvar la realidad con una sobrecarga de información que alimenta la sensación de que tenemos el control. En las decisiones equivocadas también nos influye el exceso de confianza en nuestros conocimientos o en la falta de conocimiento de nuestros límites. La patraña es ahora la verdad oficial y todo el mundo le sigue el juego. Vivimos como en el cuento del sastre que hizo al rey un traje invisible que sólo podían ver la gente que fuera intachable por lo que todos callaban pero veían que no había traje, hasta que salte alguien que nos quite la venda de los ojos. Señalar la verdad es la cortesía del que escribe.