La chupipandi no llegó al diez por ciento de los votos en las últimas elecciones. Con ese corto porcentaje, los hay en él con menos, entró en el gobierno y ha generado las leyes más sectarias de la historia de España en las que no se han tenido en cuenta ni la opinión de los colectivos afectados, ni de los expertos, ni profesionales, ni a dios que lo fundó. El grado superlativo de las chapuzas lo iremos viendo. Degenerados y violadores favorecidos por el si es si, la ley Trans no prevé mecanismos para perseguir fraudes en el cambio de sexo registral. Opositores cambiando de sexo para una mayor facilidad en las pruebas físicas, en planes de empleo, subvenciones, paguitas, etc. La ley Trans cambia el código civil y sustituye a madre y padre por personas o progenitor gestante. Luego dirán no se podía saber. Se crea una ley para enfermar legalmente a los adolescentes dentro de la legalidad. Miles de personas se van a hormonar e incluso operar de forma irreparable. Seguimos progresando hacia la pobreza, hace dos generaciones había pleno empleo, sin inflación en la cesta de la compra y con un sueldo se podía comprar vivienda propia y una segunda los más atrevidos. Hoy la juventud está vendida aunque les queda el poder seguir comprando coches de lujo después de 2035 gracias a la enmienda Ferrari. La mayoría no podremos acceder al coche y viviremos en guettos. La leyes progresistas solo salvan a los millonarios.
Zoofilia, pedofilia, sí es sí, aborto, ley trans, ... todas referentes al sexo. Realmente tenemos tantos problemas sexuales a día de hoy. Los mayores errores políticos y fracasos legislativos de la historia democrática de nuestro país se arreglarán con una masiva campaña de publicidad. El contrato se anunció hace unos días y está valorado en cuatrocientos millones de euros, está previsto para los próximos dos años y prorrogable otros dos. Dentro de nada los que se nieguen a comer grillos los llamarán antigrillos y perderán su empleo. No tardando mucho viviremos en una sociedad de zombies.
Después de los terremotos, del Chernobil en Ohio, otro tren descarrila en Detroit y otros tres más. Una fábrica de poliestireno se incendia en Holanda, un depósito de plásticos en llamas en Florida. Todos estos sucesos parece siguen un patrón. Nadie de la progresía habla del alcance tóxico del suceso de Ohio. Quemar cloruro de vinilo produce dioxinas, el compuesto químico más letal que se conoce, usado como agente naranja en Vietnam, no se puede eliminar del cuerpo y es disruptor hormonal. Un gramo contiene treinta y dos millones de dosis. El jefe de la OTAN ha afirmado que debemos estar preparados para un largo enfrentamiento con Rusia. Podemos entonces afirmar claramente que ya estamos en una guerra Rusia-OTAN.
Semana tras semana damos un paso más para la transformación de la democracia en un esperpento. Queda el conceder el derecho a voto a partir de los dieciséis años, y ya puestos después de la primera comunión religiosa o civil, vestidos de marineritos o trans. La democracia va camino de parecer una secta y el mejor sistema para que un país acabe siendo una dictadura sin necesidad de guerra. Las mayores virtudes del progresismo son la de descansar antes de cansarse, gastar antes de ganarlo y mentir antes de abrir la boca. No queremos acordarnos de la desnuclearización de Burgos, ni del mecenas de Salamanca ni del del agua de Toro pero si de que en Valladolid y en mi pueblo se pueden comer los mejores churros del mundo con fina capa de azúcar de Castilla y León. Habrá que probarlos con un buen chocolate con mi amigo Palao no sé si de Ávila, yemas aparte.