Cada día es más difícil escribir sobre la inanidad que nos rodea. Como te retires, te han silenciado. Si te han silenciado es como si hubiera ganado la iniquidad que lo consume todo. Es como si te borrarán. Un afamado dibujante afirmaba que gracias a la libertad de expresión se podía decir que un tipo es un inútil sin que nos pase nada y que por ende al tipo tampoco. En este proceso de huida la la responsabilidad individual parece que todo es culpa de otros. La estafa de nuestra época. Parece que ya solo nos queda tan solo la elegancia que es la única belleza que perdura afortunadamente.
La subida de los tipos de interés por parte del BCE va a suponer la ruina de millones de jóvenes familias y de otras más endeudadas. De momento silencio o que la culpa la tiene el maestro armero, la guerra de Ucrania y el sum sum corda. Las guerras suelen ser entre los gobiernos que luego arrastran a los ciudadanos. La ciudad de los quince minutos o la "no podrás salir de tu barrio" parece que se quiere instaurar por primera vez en las Rozas, vaya cruz les ha caído. La prohibición de fabricar y vender vehículos llevará al paro a cientos de miles de españoles, somos el segundo fabricante de automóviles de Europa. A lo mejor con las ciudades de 15 minutos ya no podremos salir a manifestarnos.
Algunos ven el camino hacia una guerra mundial como una liberación frente a la agenda de la nueva normalidad. Edimburgo ha eliminado la carne de los comedores de colegios, hospitales y residencias de ancianos, promoviendo la comida vegana sobre los productos animales. Lo difícil para los ancianos será conseguir las proteínas y los aminoácidos que necesitan para no morirse, los demás pueden comerlas en sus casas. Los ancianos tendrán que conformarse con que los rieguen en las residencias como las macetas y luego que los fumiguen contra los pulgones. La dieta del ajo y agua. A joderse y aguantarse. Lo del cambio climático sigue siendo terrorífico pues nieva y hace mucho frío en pleno invierno.
Se puede afirmar que sólo el catorce por ciento de los españoles saben distinguir una noticia fake de una verdadera. Es decir que el ochenta y seis por ciento restante vive en su matrix particular. Por lo que el resto es terreno abonado para que arraigue cualquier corriente de pensamiento impulsada por cualquier empresa de ingeniería social. Vivimos en la inanidad y a la vez no somos conscientes que se nos caen los mocos y que vamos camino del desastre. El que sonríe no siempre es feliz.