El español se habla por más de 590 millones de personas en el mundo, es la segunda lengua materna más hablada. Cualquiera de nosotros cuando nos encontramos con alguien intentamos hablar en el idioma que ambos compartimos, porque lo que quieres es comunicarte lo mejor posible. Si te encuentras con un chino y coincide que sabe inglés y tú también, intentas hacerlo en ese idioma y si habla español pues este es el idioma, o en francés si fuera el caso o en chino…
Siempre intentas buscar el idioma en el que coincides con el otro para comunicarte. Nadie deja de hablar con otra persona si puede hacerlo en un idioma que ambos comparten.
La importancia de las palabras
En España tenemos la enorme suerte de contar con un idioma común que hablamos 48 millones de españoles y que es extraordinariamente rico, que dispone de un inmenso vocabulario que te permite hacer tantos matices como quieras y disponer de las construcciones sintácticas más precisas para poder llegar a expresar lo que quieres.
A veces incluso es muy difícil llegar a transmitir todas las tonalidades de lo que pensamos o sentimos, como dice Mariano Sigman en 'El poder de las palabras': "A veces usamos un trazo grueso porque tenemos muy pocas palabras para definir lo que sentimos… Este es el lado B de las palabras: el mundo a través de ellas es pixelado, como un Minecraft".
Si esto es así con el español que nació entre el siglo VI y el IX de nuestra era cristiana y que lo hizo sobre la base del latín y con vocablos del griego, celta, germánico y con una enorme influencia del árabe a partir de la invasión musulmana, que será de otros idiomas cuyo desarrollo, evolución y uso es minoritario.
El uso del español ha dado lugar a lo largo de los siglos a su enriquecimiento desde el punto de vista de su vocabulario, de su riqueza gramatical y sintáctica y de su uso a lo largo y ancho del mundo con Academias de la Lengua Española en la mayoría de los países de habla hispana, que han hecho un trabajo de protección y armonización del uso del español.
Lenguas oficiales en los territorios autonómicos
Me parece fantástico que nuestra Constitución en su articulo 3 reconozca como lenguas oficiales en sus respectivas Comunidades Autónomas las que existen en nuestro país. Ahora bien, la lengua oficial del Estado español es el castellano.
Creo que los padres de la Constitución fijaron bien esta proclamación, estableciendo además que todos los españoles tenemos el deber de conocerla y el derecho a usarla.
No existe ninguna razón lógica ni objetiva para declarar oficiales en todo el Estado el resto de lenguas oficiales que ya lo son en sus Autonomías respectivas.
Si no va a mejorar la calidad de los debates en el Parlamento, porque una traducción siempre conlleva el riesgo de la perdida de los matices, tan importante cuando además el mismo tiene una carga técnica y jurídica, como es el que se produce en las Cortes Generales, o los que tienen lugar en el seno de los tribunales de justicia. Tampoco serán más ágiles puesto que se necesitará el doble de tiempo al menos.
Además, implicará un mayor coste económico, citar aquí como ejemplo la UE, donde con 24 idiomas oficiales declarados, el Parlamento cuenta con cerca de mil trabajadores dedicados a posibilitar la comunicación multilingüe. Esto quiere decir que nuestras Cortes necesitarían aproximadamente 165 traductores.
Con todos estos hándicaps no tiene ningún sentido declarar oficiales en el Estado español el catalán, el vasco y el gallego.
Queda claro que es solo un capricho más de los nacionalistas, una más de sus condiciones leoninas para demostrar su poder y su fuerza.
Reformar la Constitución
Se trata de la aceptación de una medida que ni siquiera ha sido valorada previamente en su utilidad y tampoco se ha analizado como se va a llevar a cabo esta incorporación desde un punto de vista legal que es ciertamente compleja. No estamos hablando de una modificación de un artículo cualquiera. Estamos hablando de una modificación sometida a unas mayorías cualificadas.
La reforma del Título Preliminar de la Constitución, en el que se encuentra el artículo 3 que señala: "El castellano es la lengua española oficial del Estado", requiere una mayoría de dos tercios en cada Cámara. Por lo tanto, son el Congreso y el Senado quienes deben otorgar estas mayorías y como bien sabemos ya todos en el Senado ha sido el PP quien ha obtenido mayoría absoluta.
El anuncio de declaración de las lenguas oficiales se ha realizado sin ninguna reflexión previa acerca de su viabilidad en ningún sentido: ni desde el punto de vista de su utilidad en los debates, ni tampoco en términos jurídicos. España es un Estado de Derecho en el que rige el principio de legalidad: son las leyes las que rigen la actuación de los poderes públicos y de los ciudadanos.
No parece un buen comienzo de legislatura, aceptando de forma precipitada una medida a todas luces inviable, únicamente, para conseguir el apoyo de 7 diputados de los 350 que componen el Congreso.
Esto no tiene ningún sentido: que los que representan a 390.000 votantes sean quienes deciden el futuro de nuestro país y que el PSOE, un partido con arraigo histórico y sentido de Estado, con 121 diputados y el apoyo de casi ocho millones de votos, lo permita.