Leyendo a DARWIN en la evolución de las especies recordaba lo que un día Juan Luis Arsuaga en unas Jornadas en Salamanca acerca de la ganadería y su evolución citó sobre los ganaderos: “Darwin decía que el ganadero es un profesional vocacional, que tiene un ojo capaz de reconocer lo que le sucede a un ejemplar de su rebaño con solo mirarle. Darwin apuntaba que esta condición de los ganaderos era fruto de la evolución humana, que habían desarrollado una genética especial, que les permitía saber que su vaca estaba enferma por alguna razón o que iba a parir estando preñada.”
La importancia de los ojos
Darwin analizó los ojos y la importancia que han tenido en la evolución humana, convirtiéndose en uno de sus temas estratégicos. Los ojos o mejor dicho la vista, es uno de los elementos que han contribuido a la selección natural de determinadas especies. Si hay algo que condiciona la vida en la Tierra es la luz y solo los ojos son capaces de interpretarla.
Quiero referirme a los ganaderos porque desarrollan una profesión vocacional, que representa un papel fundamental en la sociedad en la que vivimos. Se encargan de criar el ganado y asegurar que cumple con todas las garantías sanitarias que lo hacen apto para el consumo humano. El ganadero es una persona que conoce muy bien su rebaño y que nos va a permitir disfrutar de una carne de primera calidad con todas las garantías de seguridad alimentaria.
Siempre han desarrollado su trabajo, pegados a la tierra, amando el suelo que pisan y protegiendo el rebaño que pastorean.
Enfermedad hemorrágica epizootica
En Noviembre del año pasado, se detectó una enfermedad nueva en la ganadería española que es la EHE (enfermedad hemorrágica epizoótica). Esta enfermedad no había sido detectada nunca en Europa. Había estado presente en EE.UU, Australia, Asia y África, pero en octubre de 2022 aterrizó en Sicilia y después llegó a Cádiz y a Sevilla. Posteriormente lo hizo a Castilla y León y a otras Comunidades Autónomas.
Es una enfermedad que afecta gravemente a ciervos, gamos y corzos. También al vacuno y necesita tratamiento profiláctico de los animales afectados y limitaciones en el movimiento del ganado perteneciente al rebaño afectado.
Este nuevo hecho nos demuestra que no somos inmunes a cualquier enfermedad nueva que pueda aparecer y afectar al ganado y que la aplicación rigurosa de las medidas de prevención y saneamiento ganadero es una máxima que debe de estar siempre presente.
Tuberculosis bovina
Cuando en mayo de este año la Consejería de Agricultura de la Junta de Castilla y León intentó rebajar las condiciones de control de la tuberculosis en el ganado vacuno debía de haber tenido en cuenta que la normativa comunitaria es siempre de obligado cumplimiento.
Cuando una res da positivo a tuberculosis hay que sacrificarla y el resto del rebaño al que pertenece tiene restricciones de movimiento.
Las condiciones las fija Europa y España debe cumplirlas rigurosamente. Los ganaderos en algunos casos entendían que cuando las vacas una vez sacrificadas, en la prueba post morten resultaban negativas, esto determinaba que había que esperar en todos los casos para ejecutar el sacrificio. Pero la normativa ES TAXATIVA: cuando la res da positivo a tuberculosis el sacrificio es inmediato.
La sanidad animal como máxima
No caben medias tintas, hay que cumplir la normativa a rajatabla. Castilla y León siempre ha sido muy exigente en el cumplimiento de la normativa en materia de saneamiento ganadero y eso le ha permitido alcanzar un status sanitario de su ganadería muy alto. Ha conseguido declaraciones de zonas libres de algunas enfermedades graves que han afectado al ganado durante mucho tiempo, como fue el caso de quedar libre de Aujeszky en el porcino en el año 2010. Siendo la primera Comunidad Autónoma que lo logró.
Esta Comunidad tiene los censos mas altos en las principales cabañas ganaderas de nuestro país: en vacuno, ovino, cerdo ibérico, tercera en cerdo blanco, conejo, etc. Comercializa carnes con el mejor reconocimiento de nuestro país y con cuotas de mercado muy destacadas, como es el caso del cerdo ibérico, vendiendo el 60% del que se consume en España.
Conservar el prestigio y la reputación que la ganadería de Castilla y León ha alcanzado en España y en el mundo exige ser muy rigurosos. No se puede jugar con las cosas de comer.
Y como diría Darwin si el hombre, el ganadero ha podido mejorar las especies mediante la selección artificial como no lo va a hacer la naturaleza que cuenta con millones de años para hacerlo y más herramientas.
El hombre, el ganadero debe proteger lo alcanzado y garantizar la seguridad de los alimentos y por eso no puede poner en riesgo los logros alcanzados por decisiones precipitadas o cortoplacistas que generan desconcierto y que ponen en riesgo la reputación de todo un sector.