El pasado viernes entraba en vigor la Ley de Protección de los derechos y el bienestar de los animales. En España hay actualmente 29 millones de mascotas, de ellos la mitad son perros y gatos. Es de sobra conocido que se ha extendido y popularizado tener mascotas en las familias españolas.
He tenido la oportunidad de hablar acerca de esta ley con el colectivo de veterinarios, dicho sea de paso, unos profesionales que tienen una extraordinaria dedicación vocacional y que se nota mucho cuando compartes horas de trabajo con ellos. Siempre he mantenido una muy buena relación con ellos, y he tenido que abordar situaciones complejas en las que su dedicación ha sido siempre máxima y su implicación también, y gracias a ellos hemos hallado solución en situaciones muy complicadas.
ALEGACIONES DE LOS VETERINARIOS
Me decían los veterinarios que esta Ley tiene importantes lagunas y que han sido expresadas de manera reiterada por las organizaciones colegiales de los veterinarios. Algunas de ellas plantean cuestiones que a mí también me parecen preocupantes. Cuando se elabora una norma siempre se cuenta con la opinión de aquellos que están especialmente afectados por su aplicación y que tienen mucho que decir. En este caso los veterinarios son quienes más tienen que opinar y en mi modesto entender deberían de haber sido escuchados y haber introducido en la ley sus aportaciones.
En primer lugar, se plantea la duda acerca de como decidir si un animal tiene que ser sacrificado cuando tenga una enfermedad incurable o sus propietarios no puedan asumir económicamente el gasto que comporta su atención. Se hace recaer sobre los veterinarios esta decisión. No existe aún un catálogo de las situaciones en las que se puede tomar esta decisión. Se ha planteado desde la Dirección general de derechos de los animales que ha elaborado la ley, que hace falta desarrollo reglamentario. En tanto se produce su aprobación los veterinarios temen que están en una situación de incertidumbre en la que cada uno tendrá que decidir lo que le parezca oportuno, con el riesgo que esto implica.
Exponen los veterinarios que prohibir con carácter general que se pueda acordar la eutanasia de los animales lo que puede provocar en muchas ocasiones es una situación de maltrato, al mantener con vida a un animal sin tener en cuenta los posibles déficits en su calidad de vida.
RESPONSABILIDAD MUNICIPAL
Según la ley serán los Ayuntamientos los encargados de asumir los cuidados de los animales desamparados y les obliga a tener un servicio de urgencia para la recogida y atención veterinaria de esos animales las 24 horas.
Los Ayuntamientos de menos de 20.000 habitantes raramente cuentan con veterinarios. Las precarias arcas municipales malamente van a poder asumir este servicio sino se les dota económicamente de fondos para hacerlo. Algo que tampoco se ha previsto.
La ley establece la obligación de desarrollar un programa formativo para los que tengan animales domésticos y tampoco se ha dictado el reglamento de desarrollo de la ley necesario para su implantación. Me preocupa también que se haya marcado esta exigencia que parece más un nuevo titulo de apariencia que algo que habilite para tener una mascota de manera responsable. De momento solo sabemos que se podrá obtener en línea y que será gratuito.
La Ley establece la obligatoriedad de esterilizar las colonias de gatos, y el colectivo de veterinarios ya ha expresado que la esterilización debe ser individualizada y bajo control veterinario. Numerosas organizaciones internacionales son contrarias al control poblacional a través de la esterilización sistemática y rutinaria.
AGRESIVIDAD DE LOS PERROS
Se habla en la ley de la validación del comportamiento que tendrán que cumplir los perros y no se dice nada acerca de los requisitos que tendrán que cumplir. En este momento en España hay 6 millones de perros identificados que tendrían que pasar esta prueba. Estos aspectos deberían estar referidos en la Ley, ya que los veterinarios son los que tienen que realizar esta gestión, y una calificación errónea acerca de la agresividad impacta directamente en la sociedad en forma de ataques, generalmente a los miembros más indefensos de las familias que son los niños, los mayores u otros animales.
Al mismo tiempo, el colofón de esta ley es la definición de los animales domésticos como dotados de sensibilidad. Una traducción no exenta de polémica, ya que se ha tomado del Protocolo sobre bienestar animal de Ámsterdam de 1997, donde se refiere a los animales como “seres sensibles”, el texto en inglés habla de “sentients beings” y sentients significa sensible, consciente o dotado de sentidos. Realmente el significado original se refiere a "capaz de experimentar sensaciones. Y según la RAE sensación es la impresión que recibe un ser vivo cuando uno de sus órganos receptores es estimulado. No se trata de sensibilidad en su vertiente afectiva. Los veterinarios son científicos y el enfoque afectivo desvirtúa la objetividad del trabajo que realizan.
DESARROLLO REGLAMENTARIO
Además, esta ley que después de 6 meses de su aprobación en el Congreso de los Diputados entra ahora en vigor debería de contar ya con los Reglamentos de desarrollo para asegurar su correcta aplicación. Han tenido tiempo para hacerlo. No vale lo de que están en funciones por la celebración de las elecciones.
La Dirección General que se ha encargado de elaborar esta norma esta en el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, del que es ministra Ione Belarra y como director Sergio García Torres. Cuenta con 7 personas: 5 en puestos de dirección y 2 administrativos, dotada con 7,5 millones de euros para hacer su trabajo y prácticamente todo lo han contratado con empresas externas al ministerio. Destinan aproximadamente 600.000 euros al personal del departamento. El problema es que no se les ha exigido ninguna titulación. Hacer una ley y que la mayor parte de sus pronunciamientos no ser aplicables hasta no tener desarrollo reglamentario es pura propaganda.
No escuchar a los veterinarios en una Ley de bienestar animal es como un jardín sin flores. Los veterinarios son uno de los cuerpos facultativos más preparados y capacitados en nuestro país. Menospreciar sus alegaciones y aportaciones a esta ley es puro desconocimiento. Me parece increíble como se desaprovecha el talento en nuestro país. Tan sencillo como escuchar e incorporarlo en un ámbito en el que nadie mejor que ellos conocen el mundo animal y como mejorar la normativa que le protege y da amparo.
Quiero brindar hoy desde esta tribuna un reconocimiento a los VETERINARIOS ESPAÑOLES, ya que pasado mañana celebran su patrón san Francisco de Asís. ¡Va por ellos!