En los últimos tiempos vengo oyendo hablar de la proliferación de proyectos de energía fotovoltaica y eólica en Castilla y León. Si bien es cierto que la Comunidad es la que mayor producción eólica y de energía renovable tiene en nuestro país, con una producción del 20% de la energía verde del país, y cuenta con 272 parques eólicos y con 5.644 instalaciones fotovoltaicas de las más de 62.000 con las que cuenta España. Las energías renovables siempre han sido bienvenidas en Castilla y León, pero no deberían serlo en cualquier parte del territorio.
Esta Comunidad cuenta con 94.000 km2 de superficie y tiene suficiente espacio para que la instalación de eólica y fotovoltaica se lleve a cabo donde menos impacto ambiental tenga, esto conlleva también la valoración del impacto sobre otros sectores de la economía ya existentes o también los de carácter social. Debe valorarse muy seriamente si afectan a sectores de la economía consolidados como son los que tienen que ver con el sector agrario de la Comunidad.
Energía eólica
En el momento inicial de desarrollo de la energía eólica en Castilla y León, que tuvo lugar a principios de este siglo, fueron muchos los proyectos que se plantearon en zonas en las que el impacto ambiental no estuvo bien calculado, si bien es cierto que se produjo una gestión que aun esta sub iudice y no han sido aun condenados todos los que tuvieron responsabilidad en una nefasta actuación.
En este momento han vuelto con fuerza proyectos de energías renovales a Castilla y León a diferentes provincias. En algunos casos con una excesiva efusividad, como es el caso de los presentados en El Bierzo, donde existe una notable riqueza agraria, que tiene reflejo en un buen número de figuras de calidad alimentaria, que son la manifestación de la excepcional riqueza agraria de esta zona tan singular de la Comunidad.
Es cierto que Europa avala la descarbonización de nuestra energía y apuesta porque sea sustituida por la energía renovable, pero, ahora bien, en León precisamente y en El Bierzo que sufre directamente las consecuencias de la desaparición del carbón parece un sarcasmo, que las energías renovables se vayan a instalar en zonas de alto valor en producción agraria.
La Ley Agraria de Castilla y León que fue aprobada en 2014 ya contempló la protección de las zonas de importante valor agrario de la Comunidad.
Protección de zonas de alto valor agrario
De igual forma que es posible proteger jurídicamente las zonas de alto valor patrimonial o histórico-artístico y se puede llevar a cabo mediante la aprobación de un Decreto que delimita el área que se somete a protección, y es el que impide la realización de cualquier otro desarrollo urbanístico o cualquier otra actividad, también es posible aprobar esta protección para las zonas que tienen un importante valor agrario.
Claramente esta previsión se introdujo en la Ley Agraria para impedir que cualquier infraestructura de cualquier índole pudiera destruir o afectar a la riqueza existente en las zonas agrarias. Se estaba pensando en zonas en las que se ubica una Denominación de Origen o una Indicación Geográfica Protegida, o una Marca de Garantía, o zonas en las que puede haberse construido un importante regadío que da servicio a los cultivos de la zona y ha supuesto una fuerte inversión.
La previsión de la Ley Agraria se refiere a aprobar por Decreto la protección jurídica de la zona, para así evitar que cualquier infraestructura pueda atravesarla, ya sea una carretera, una vía de tren o cualquier otra infraestructura como son los molinos de viento o las placas fotovoltaicas.
Apuesta por el desarrollo rural
Castilla y León, tiene pocas oportunidades de desarrollo en el medio rural y lo que no es de recibo es que se puedan destruir las que están en marcha para instalar encima de ellas otras infraestructuras que las desmontan. Estamos en la tercera región más grande de Europa y tenemos superficie suficiente para que no se pisen los desarrollos existentes.
Lo que no acabo de entender es porque no se aplica esta previsión de la Ley Agraria de Castilla y León de 2014. Una Ley que fue aprobada por consenso de todos los grupos políticos, que fue pionera en muchas de sus previsiones y que muchas otras autonomías copiaron en la elaboración de sus respectivas leyes.
A veces el exceso de legislación provoca el olvido de las previsiones legales existentes y que darían una adecuada respuesta a problemas que parecen no tener solución.
Pienso que en los tiempos de la Inteligencia Artificial a lo mejor se podría diseñar un algoritmo para que la ley hable y ofrezca la solución que guarda cuando puede dar respuesta a un problema que se ha suscitado.