Sánchez es un tirano, narcisista y con rasgos claros de psicopatía, mientras está en el poder no mira por los castellanos y leoneses, madrileños o valencianos, sino que debe hacer para seguir más tiempo en el poder, es decir, en Moncloa, motivo que le convierte sin la menor duda, en el presidente más temerario y mentiroso de la historia de España.
No ha dudado en fraguar con nocturnidad unas concesiones inauditas al separatismo con un prófugo de la justicia española como Carles Puigdemont, que dio un Golpe de Estado en 2017 en Cataluña y ahora Sánchez quiere amnistiar de sus delitos cometidos sin ni siquiera ser juzgado todavía, ofreciéndole hasta una paga vitalicia de más de 7.000 euros. ¿Qué lección quiere dar Sánchez a los españoles? ¿Qué delinquir contra España sale gratis? Parece que sí.
Desde luego, ahora se ha demostrado más que nunca que el régimen partitocrático instaurado en el 78 puede pasar a ser una descarnada tiranía cada vez más parecida al régimen chavista de Maduro. Tan sólo hay que ver también como el Gobierno destila odio en grandes cantidades contra una inmensa mayoría de españoles, alimentando el guerracivilismo y confrontado a los españoles, negando incluso el genocidio de dictaduras comunistas.
La prensa internacional incuestionablemente ha alertado sobre esta terrible situación política, social y económica con razones obvias, porque todo esto está saliendo muy caro a todos los españoles, que es evidente que lo primero que están perdiendo son libertades, igualdad y calidad de vida. Y lo que está claro, es que Sánchez ha querido repetir en el poder, porque tiene cosas a esconder, y sabe que ha traicionado a la nación, por lo tanto, busca permanecer en el poder a cualquier precio para consolidar su dictadura, incluso teniendo más vigilancia que el propio Rey Felipe VI.