Acabarán por volvernos locos. Vivimos un momento en el que hoy digo blanco y mañana negro, lo que supone una falta de coherencia que genera inseguridad, pero si ese fuese el problema no habría problema, lo esquizoide es que, además, me vendes que nunca dijiste blanco, es decir, elaboras un discurso sinuoso y contradictorio en el que, finalmente, el bobo solemne soy yo que lo pongo de manifiesto.
El relato, que dicen los giliprogres, lo realizan ellos de forma que dé igual lo que digan, ellos son los buenos, los veraces y los que no engañan, para determinar que el disidente, el que los pone ante el espejo, el que busca la verdad es un fascista facineroso canalla… vamos, los pájaros disparando a las escopetas.
Cuando ese discurso disruptivo, esquizofrénico, rupturista y, sobre todo, generador de división, discordia y crispación se ha desarrollado en el interior para imputar la situación al adverso es muy grave; pero, cuando ello se aplica al ámbito internacional, empeoran las cosas, pues supone no sólo la crispación interna, sino la generación de crispación entre estados, en la que nos separamos de las democracias, del mundo europeo y nos echamos en brazos del islamismo radical y la entente oscura Rusia.
Cuando comenzó la guerra contra Ucrania por parte Rusia, la posición de Sánchez fue el silencio y hacer que la atacante se posicionase como la segunda proveedora de gas a España cuando antes era la 4 o 5 y ello pese a que lo que se vendió era el veto al gas ruso, pero jamás vi cómo el valiente elevador de muros se presentase ante Putin, le insultase, le exigiese cumplir la legalidad internacional rota descaradamente por él, ni generase discusión sobre Derechos humanos por asesinar niños, mujeres y ancianos.
Las masacres en Rusia y Ucrania se silencian, se ocultan y dan la sensación de una guerra de la Srta Pepis muy quirúrgica en la que los muertos son de plexiglás y… de eso nada de nada.
Cuando los terroristas islamistas radicales provocaron la masacre en Israel, la posición del constructor de muros y sus corifeos fue defender al islamista y criticar la posible reacción de Israel, sin ni siquiera ir como presidente de la EU a apoyar al agredido para, asumiendo la propaganda del terrorismo, decir que Israel estaba cometiendo un genocidio. Y ahora sí, ahora sí se hace valiente y se va a criticar a los israelitas en su casa y a generar un conflicto internacional posicionado contra la única democracia de la zona, el amigo internacional de España hasta el advenimiento del albañil de muros, para dañar nuestra posición, nuestra imagen, nuestros intereses.
¿Dónde están las críticas, la lucha en pos de los Derechos Humanos en la masacre rusa? ¿Por qué las mujeres y niños muertos en Ucrania valen menos que los terroristas muertos en Gaza? ¿qué repugnante ser utiliza como escudos humanos a sus hijos y mujeres para después usarlos como arma arrojadiza contra el adversario? ¿qué bobo solemne y por qué se cree esa película para ridiculizar a sus socios?
Es evidente que lo que está pasando en España con este paleto cateto de constructora barata es que, como sucedió con el memo amante de la guerra civil de Largo Caballero, nos vuelven a utilizar de laboratorio o punta de lanza de lo que será la acción en el resto de Europa de eliminación del orden mundial reinante con las democracias en favor de una dictadura del proletariado que, ahora, se denomina democracia popular dirigida por Rusia, China y el islam radical, en la que la lucha de los españoles adquiere un carácter más relevante, si cabe, en contra de la barbarie del mejillón presidencial, pues no es una lucha nacional, sino una defensa del orden internacional y europeo singularmente.
Largo Caballero animaba a la Guerra Civil que estaba convencido de ganar de la mano de Rusia y la Internacional Socialista, y Sánchez se convierte en el constructor de muros de la mano del cartel de los soles, Rusia y la internacional islámica.
Europa, construida por una camarilla de corsarios que miran su lucro y no la unidad democrática y política, no es consciente, o le nubla el metal, de que si la democracia Española cae en las garras del magma del cartel de los soles, instrumento ruso para liquidar la democracia capitalista internacional propia del Estado del Bienestar, la operación se hará desde dentro de la propia Unión y será la eliminación del status quo existente.
La operación de la amnistía y la ruptura de los pilares del Estado de derecho no son una cuestión interna, sino una acción coordinada con la posición en Israel y la gestión de los tiempos y formas de la internacional Ruso-China. Somos la protuberancia dolorosa que anuncia un sarcoma metastásico si a esto no se pone una solución quirúrgica, por eso la oposición a Sánchez obtiene un valor superior y la lucha de los españoles por su patria los supera en la defensa de la democracia y la libertad mundial.