La pasada Nochebuena, como en todas las Navidades desde que Felipe VI accedió a la Corona, el Rey dirigió su tradicional mensaje navideño a la ciudadanía española, mensaje que estaba siendo esperado con gran interés dada la situación que se vive en España desde hace tiempo. Unos, pensando que el Jefe del Estado invocaría su condición de jefe Supremo de las Fuerzas Armadas para dar un toque de atención a quienes quieren terminar con la unidad del país, algo que la Constitución atribuye garantizar a las Fuerzas Armadas como queda recogido en el artículo 2 de la CE, y otros esperando que el mensaje real fuera "uno más" y el rey renunciara a ejercer el papel moderador que le atribuye la Constitución y mirara hacia otro lado, dando por buena la situación política española.
Sin embargo, el observador imparcial reconocerá conmigo que el rey pronunció un discurso sólido, comprometido y valiente, siendo consciente del papel que la CE atribuye a la Corona. Baste recordar que en un discurso de poco más de 12 minutos hubo nada menos que 14 invocaciones a la Constitución.
En una intervención en la que todo se cuida desde la Casa Real, desde el lugar, su decoración y por supuesto el contenido de la intervención del rey y no era casualidad que la única decoración que se veía en pantalla era una foto de la Familia Real precisamente en el acto de Juramento de acatamiento de la Constitución de la princesa Leonor. Y es que la Constitución se constituyó en el tema primordial de la intervención real.
La Constitución, dijo el jefe del Estado, es el único marco posible para superar la delicada situación política actual, y es quien garantiza la unidad y la solidaridad entre los ciudadanos y los territorios españoles, en un momento en el que la convivencia, la unidad y los consensos son fundamentales para evitar el germen de la discordia, recordando que la división entre españoles fue la causa de los errores en el pasado de España. Algo que evidentemente es una desaprobación formal del "muro" que el Presimiente Sánchez ha levantado frente a la media España que representan los votantes del PP y Vox, en un país en el que la propia Constitución protege la libertad de pensamiento y expresión de todos los ciudadanos, como garantiza el derecho a la vivienda, la educación, la sanidad o las pensiones.
"FUERA DEL RESPETO A LA CONSTITUCIÓN NO HAY DEMOCRACIA NI CONVIVENCIA POSIBLES; NO HAY LIBERTADES SINO IMPOSICIÓN; NO HAY LEY, SINO ARBITRARIEDAD, FUERA DE LA CONSTITUCIÓN NO HAY UNA ESPAÑA EN PAZ Y LIBERTAD". Esta es sin duda la afirmación más rotunda del jefe del Estado, y es una clara llamada al orden a quienes pretenden romper España desde los separatismos o la reivindicación del terrorismo vasco, o terminar con la clásica división de poderes que también hace suya la CE.
Otra de las referencias dignas de señalar fue su defensa de que "cada Institución, comenzando por el rey, debe situarse en el lugar que constitucionalmente le corresponde, ejercer las funciones que le están atribuidas y cumplir con las obligaciones y deberes que la Constitución le señala. Algo que no es sino la desautorización a la permanente descalificación que desde el Gobierno se hace de Jueces y magistrados, y la obsesión del Presimiente Sánchez de controlar el CGPJ, como ha hecho con el Tribunal Constitucional y otra larga serie de instituciones oficiales( TVE, CIS, INE, etc..).
Terminó el rey su intervención recordando la obligación que tenemos todos de "tomar conciencia del gran país que tenemos y garantizar a las jóvenes generaciones el legado de una España unida, cohesionada con voluntad de entendimiento, y sólida en sus convicciones democráticas, cívicas y morales". En definitiva, la obligación que tenemos de dejar a nuestros jóvenes una España mejor, algo que hoy por hoy, parece estar en peligro.
Como era de esperar, a la mañana siguiente los medios de comunicación y las redes se hicieron eco de las declaraciones de los partidos políticos y diversas asociaciones sobre su interpretación del mensaje real: digamos que en principio, el PP y Vox hicieron suyas las palabras del jefe del Estado suscribiéndolas sin reservas, algo que los líderes autonómicos del PP reiteraron desde sus redes.
Por supuesto, separatistas, nacionalistas y republicanos las rechazaron de plano. Y el PSOE, qué hizo el PSOE? Pues además de tardar en hacer pública su opinión, posiblemente para poner de acuerdo a unos y otros, encargaron a Cristina Narbona que mostrara, en un ambiente neutro sin ningún signo identificativo del partido, que las palabras del rey le parecían bien porque venían a ratificar la política del Gobierno Sanchezstein. Algo más que discutible, pues el PP y Vox lo interpretan como una enmienda a la totalidad de la política sanchista. Desde la Moncloa y su entorno más próximo no hubo declaraciones. Tampoco lo hicieron la Portavoz del Gobierno ni los portavoces del Congreso y Senado.
Desde el Gobierno, Sumar, a través de su portavoz parlamentaria y futura candidata a presidir la Junta de Galicia lo calificó de "decepcionante" y censuraron que no hablara de la plurinacionalidad ni a las políticas sociales. "La Monarquía se ha quedado atrás y Felipe VI va a ser el último" La crítica más dura llegó de los golpistas catalanes, que calificaron el discurso de "irrelevante y continuista" y que "podía habérselo ahorrado", y para Aragonés "Resonaban aquellas palabras del 3 de octubre del 2017', censurando su defensa de la Constitución y la separación de poderes. En el país vasco tampoco fue del agrado de los nacionalistas, quienes a través de Aitor Esteban afirmaron que "Desde luego no es un discurso que se haga hecho pensando en nosotros". Bildu, por su parte, había hecho un llamamiento para un "boicot activo", pidiendo a los vascos que apagasen las televisiones y las radios, aclarando que no harían ninguna declaración.
Finalmente, desde los ambientes judiciales se ha expresado su agradecimiento al jefe del Estado por su defensa de la separación de poderes, algo que han entendido como un toque de atención del rey al intento sanchista de controlar el Poder Judicial.
Y de momento nada más. La próxima semana analizaremos las declaraciones del Presimiente en la rueda de prensa en la que expuso su éxito en los últimos cuatro años. Hasta entonces, felices navidades, (habéis observado que SuperSanchez sólo habla de fiestas, salvo que sea el Ramadán), y que el año próximo nos sea leve, que no es pedir poco.