La noticia acaba de conocerse. El periódico El País ha despedido a Fernando Savater. Una decisión esperada, dado el sesgo descaradamente gubernamental de dicho diario y la actitud crítica de Savater con el Gobierno de Pedro Sánchez.
Y, por esperada, no menos dolorosa para quienes nos conformábamos con su columna de los sábados y alguna página de Juan Luis Cebrián, abiertamente crítico también con Sánchez, al igual que Javier Cercas en un último artículo.
Y yo me pregunto: ¿Es que no se puede ser crítico con el actual gobierno y su presidente sin dejar de ser progresista o incluso de izquierdas?
Felipe González, en su reciente y sonada intervención en el acto organizado por la Fundación Gregorio Peces Barba el pasado martes día 16, a la que asistí, también fue muy crítico con las decisiones del actual gobierno y llegó a preguntarse “dicen que soy de derechas”, y añadió “de que derecha ¿de la que bloquea la renovación de gobierno del Poder Judicial? En absoluto”. No creo que se atrevan también desde el partido o desde Moncloa, a despedir a Felipe González o a Alfonso Guerra, igualmente crítico. Como lo soy yo, que ingresé en el partido el mismo año en que nació Pedro Sánchez, 1972, al igual que Fernando Savater, era el fundador y desde hace 50 años el más antiguo colaborador de El País. Parece que los vejestorios nos hemos hecho cascarrabias.
La última vez que hablé con Fernando Savater fue en la entrega de nuestro premio de la Asociación Taurina Parlamentaria, que le concedimos por su afición taurina. Recuerdo que en su intervención dijo, justificando su gran pasión taurina, que los aficionados “teníamos el derecho a la emoción”, ahora habrá que decir que también tenemos el derecho a la tristeza o a la pena, cuando se nos trate o se le trate así.
Con Fernando Savater pierde El País no sólo una voz discrepante con el gobierno si no, a mi juicio, la pluma más lúcida y brillante de dicho diario y, sobre todo, independiente y valiente, como ha demostrado en su defensa de la paz frente al terrorismo etarra, siendo como es un vasco auténtico. Lo que no todo el mundo ha hecho cuando las pistolas vomitaban plomo.
Savater, un brillante catedrático de ética justamente emérito, sin duda no callará y su voz seguirá oyéndose en este servil silencio, donde sólo los palmeros tengan voz y los discrepantes estén amordazados.
Lo siento, pero como dijo Ortega y Gasset en un histórico momento “no es esto no es esto”. Y Ortega y Gasset fue el inspirador, con su pensamiento, precisamente, de El País.
Un actual País que no tiene nada que ver con el diario independiente que pretendió ser. Y lo digo con dolor, como suscriptor que soy del mismo, pero como también dijo el gran Ortega y Gasset, “yo soy yo y mis circunstancias”, y, sobre todo, cuando éstas condicionan económicamente tu propia subsistencia.