Tras las elecciones gallegas, el tsunami que principia con Koldo y ya veremos cómo acaba, pues apunta directamente a Begoña que ya es en sí misma un escándalo por ser catedrática, por acción de su marido, sin ni siquiera haber alcanzado el grado en absolutamente nada e intermediaria en negocios africanos más que oscuros, para finar con lo que supone haber sido el presidente que acuñó el “no es no” en un desprecio a millones de españoles que habían votado al PP, para ahora hipervalorar a aquellos que tienen unos miles de votos en un territorio concreto y con pretensiones delictivas y/o con las manos manchadas de sangre, comienzan a darse signos más que ciertos de un futuro corto, penoso y de rápida solución.
Es un riesgo afirmar que podemos tener elecciones en octubre o noviembre de este año, a buen seguro más de uno pensará que es una estupidez el planteamiento o de certeza muy incierta pero, aún a riesgo de errar, creo que es más que probable que el curso político no pueda alcanzar el verano y, por ello, las elecciones podrían ser a final de año.
Vienen las elecciones vascas, de poca influencia en el futuro nacional, pero que sí pueden producir una situación de crisis en el PSOE en función de su propio resultado y del que alcance Bildu y el PNV pues, sobre esos datos, la legislatura se complicará aún más o podrá resolver alguna duda; pero, además, veremos las elecciones europeas, en las que los partidos regionalistas desaparecen por mor del efecto de la circunscripción única y potencia a los grandes, de forma que si se produce un derrumbe, el PSOE ya no tendrá a nadie ni a nada para echarle la culpa, lo que supondrá la mirada directa a Pedro.
En Europa, la victoria del Partido Popular europeo parece un dato más que previsible y la del PP nacional una circunstancia que se antoja más que posible, a lo que se añaden los efectos “amnistía”, crisis independentista, angustia interna por las pérdidas de poder, los agobios corruptos y sus efectos, de forma que, salvo que el ámbito de la derecha se dedique a dispararse en el pie en lugar de coordinar los esfuerzos, presenta una situación en la que el adelanto electoral y el fin del Pedrismo sea algo más que previsible.
En el momento que se hunda Pedro, la situación en la que quedará el PSOE será muy similar a la vivida en el PP tras los procesos de corrupción y pérdida del poder, si bien, en el presente, la refundación será más difícil por las purgas y eliminaciones de líderes a las que ha sometido al partido.
Entre tanto, los “mamporreros” que rodean a Pedro buscarán la forma de poner el ventilador, de trasladar la ponzoña al PP y vadear las corrientes con el “y tú más” que, salvo que PP y Vox se dediquen a hacer el memo, a lo que se han acostumbrado, no debiera de salirles bien en esta ocasión que no sólo es corrupción, sino acciones vomitivas en momentos de muerte para los “perritos sin alma” de juegos sucios con la vida del ciudadano para, una vez más, lucrarse y someternos al poder de la forma más repugnante posible.
Las manos manchadas de sangre, haciendo uso de las muertes, echando mano al bolsillo del ciudadano y engordando su saca, manipulando las leyes, acostándose con el asesino y el delincuente, torciendo la voluntad popular en su solo beneficio personal, hacen de Pedro un presidente que sólo podrá pasar a la historia como una persona que trabajó en la traición, claramente desleal, pérfido, bellaco, indigno y falsario manipulador mentiroso, toda una pléyade de adjetivos que le dejan corto en su forma de actuar pero le definen perfectamente, toda una desgracia para España y la ruina para el PSOE.
Que los augurios se cumplan dependerá de los pasos que unos y otros realicen, pero la definición del personaje permanecerá.