Somos muchas más las mujeres que no nos manifestamos el viernes pasado, 8 de marzo, 'Día de la Mujer Trabajadora' que las que salieron a la calle. Somos la mitad de la población, aproximadamente 24 millones de mujeres en España y desde luego los datos refieren que sumando todas las que salieron en muchas ciudades de nuestro país, ni con el dato más favorable alcanzaría qué, ¿un millón de mujeres manifestándose?.
Sinceramente concediéndoles todo mi respeto creo que no estábamos todas las que tenemos una opinión muy distinta sobre lo que debe de ser la igualdad de la mujer tanto en el plano laboral como en el social.
Cuando leía la información sobre las distintas manifestaciones no era capaz de entender que es lo que se reivindicaba, se fragmentaron tanto las demandas que ya no se escuchaba bien la reivindicación, que si no a la ley que reconoce a los transexuales, que si no a la prostitución, que pare la violencia de género….
Creo que este día de reivindicación ha tomado una deriva que realmente lo único que se ha conseguido es que no se entienda nada. Que al final la sociedad en general piense que es una especie de algarada más, con mucho ruido y pocas nueces. Y esto ya sin tener en cuenta que además ese día se hablaba de la ley de amnistía porque era aprobada en la comisión correspondiente del Congreso de los Diputados, del caso Koldo, del viaje de Pedro Sánchez por Latinoamérica…..
Me parece imposible que los ciudadanos tomen perspectiva de cualquiera de los temas de actualidad con el enorme ruido que existe en este momento.
Carreras STEM
Entre todo ello se publicaban varios estudios sobre la presencia de mujeres en las carreras tecnológicas y el resultado es que solo hay una mujer por cada nueve hombres en este tipo de carreras, excepto en las ramas sanitarias. La presencia de mujeres en grados STEM no llega al 50% en el aula en casi ningún caso. En el caso de matemáticas el grupo de mujeres es actualmente de un 36%, algo parecido ocurre en física, con un 27%, ingeniería de telecomunicaciones, 23%, o el caso más extremo es ingeniería informática, un 13%. Ahora bien, esto no siempre fue así, ya que ha habido tiempos en que esto ha estado mejor. En 1990 había tantos chicos como chicas en matemáticas.
Pero lo más grave de esta cuestión es que los informes avalan que las mujeres cobran menos en los puestos que ocupan en las ramas tecnológicas que los hombres.
Por supuesto, que estos datos tienen mucho que ver con los resultados que el informe PISA arrojaba recientemente. España ha cosechado sus peores posiciones en este informe en los últimos 20 años. Hemos quedado en una posición pésima fundamentalmente en la evaluación de los chicos y chicas en matemáticas y en ciencias.
Nuestro sistema educativo con 17 políticas educativas no aporta nada bueno a la consecución de un sistema educativo fuerte que ofrezca a nuestros jóvenes un buen modelo de aprendizaje y de preparación para su futuro profesional. Claramente se deberían de reforzar las medidas de apoyo e incentivo a las niñas para adentrarse con más fuerza en el ámbito de las disciplinas de ciencias, porque los estudios también han explorado cómo es la evolución de las chicas en disciplinas como las matemáticas y haría falta un refuerzo de su aprendizaje para conseguir su inmersión en la formación que tienen que adquirir en disciplinas de ciencias.
Pero estarán conmigo en que esto necesita una política de país, con decisiones uniformes que generen un modelo educativo de verdadero refuerzo del apoyo a que las chicas se acerquen al mundo STEM desde la infancia.
Sistema educativo para un país
De esto no se habló nada el día 8 de marzo, ni tampoco se habla el resto de los días del año, fundamentalmente porque nos pasamos los días hablando de temas que afectan a unos pocos. No se habla casi nada de lo importante y de aquello que tiene un carácter estructural y afecta a una gran mayoría de la población. Estamos atrapados en lo urgente y lo inmediato y no nos centramos en lo importante y sustantivo, que es tener un sistema educativo fuerte que garantice el futuro de nuestro país con chicos bien formados.
Para mí hablar de la igualdad de la mujer supone hablar de aquellas cuestiones que frenan su incorporación al mundo laboral, como es todo lo que tiene que ver con la conciliación, ya que las mujeres siguen siendo quienes asumen más tareas domésticas y de cuidado de la familia. Hablar de igualdad es frenar la violencia de género, pero con medidas reales, más medidas de protección y de seguridad y unos medios judiciales que funcionen de verdad. Cada vez hay más agresiones, más violaciones y más muertes sin medidas contundentes. Hay mucho discurso y poca acción.
La verdad es que manifestaciones como las del pasado viernes desde mi punto de vista no aportan nada a la igualdad de la mujer, pero si hay mujeres para las que significa algo salir a manifestarse insisto tienen todo mi respeto. Siempre he sido más partidaria de la acción que de las palabras y del ruido sin contenido.