Hasta el día de hoy, la RAE define extorsión como "presión que se ejerce sobre alguien mediante amenazas para obligarlo a actuar de determinada manera y obtener, así, dinero u otro beneficio".



Hasta hace unos meses, antes de las elecciones, Pedro se negaba a la amnistía porque era "ilegal" aprobar una ley de estas características y que "no cabía en la Constitución", para finalizar afirmado que él se negaba por "convicción moral y política"



Pues bien, en estos días, Pedro, ha claudicado a la "presión" que ejercen sobre él los independentistas que "mediante amenazas" de no permitirle gobernar, como si lo hiciera él, le han "obligado a actuar de manera que ellos obtienen dinero y otros beneficios", tan claros como el olvido de sus delitos y, con ello, han eliminado su "convicción moral y política" y, por tanto, salvo error u omisión por mi parte, Pedro se encuentra minuscapacitado para decidir el futuro de España por ser objeto de extorsión.



Es evidente que si todos estábamos de acuerdo, hasta después de las elecciones, que la amnistía y la autodeterminación no eran legales, ni constitucionales, unos pocos han decidido traicionar el compromiso y la voluntad de todos, torciéndola únicamente y exclusivamente por el lucro personal y el boato institucional de un PSOE sometido a la voluntad de su generalísimo, que lo dirige con mano de hierro.



Cuando la democracia no se entiende como el modelo más rígido de control por parte del ciudadano de sus dirigentes políticos, sino como un sistema de apaciguamiento de las hordas a las que se les permite votar para tener calladas, vamos directamente a la dictadura y, en España, unos y otros, desde poco tiempo después de concitarnos en torno de la Constitución, se han dedicado nuestros políticos a reducir los controles, eliminar el accountability y eliminar los control balance y empobrecer la democracia en pos de un nuevo totalitarismo partitocrático que, en lugar de elegir a los más preparados y moralmente sólidos, se dedican a escoger a los mindundis mejor titulados pero peor preparados, sin escrúpulos y carentes de pasado alguno, con lo que poder someterlos al criterio del líder de turno, de forma que hoy defienden la amnistía y mañana defenderán su ilegalidad o viceversa.



A ver, Pedro, tú con la ley de amnistía estás haciendo lo que antes hiciste con la ley del sí es sí, afirmar que es sólida, correcta y muy efectiva para, finalmente, ser un desastre, incoherente y que libera violadores cada día. Y, ahora, violas la Nación, su Constitución, su pasado y su futuro por tu paseo en Falcon o para aparecer peripatético en los foros internacionales, pero empeoras la democracia, la echas por los suelos.



Alberto, Pedro, Santi... a los que dirijan cualquier partido, por favor, no nos digáis que nos queréis a los "perritos sin alma", demostrad cada día que eso es así, acreditad que nos contempláis como personas y no como perros sólo útiles cada votación, presentar propuestas de leyes que fortalezcan la democracia, que os sometan a control, que eliminen las trabas ciudadanas a exigir responsabilidad, a constituir institutos de transparencia real y no simple obtención de datos, muchos de ellos alterados, que dan imagen de lo que no es.



Si decís que estáis contra la corrupción, en lugar de despenalizar los delitos o amnistiar a vuestros delincuentes para imponer con rigor la ley al sin alma, fortificar los controles, penalizar las acciones corruptas, no hagáis paripés en la prensa de grandilocuentes expresiones contra la corrupción que, de uno u otro modo, en todo grupo social, se incrusta, sino tomar medidas firmes, eficaces, sólidas y muy duras contra la corrupción.



Pedro, dices que empoderas la democracia; pues bien, hasta ahora lo único que has hecho no es pacificar, pues pacificaba ETA cuando mataba, el muerto no volvía a ir contra ellos, y eso es lo que hace la ley de amnistía, pacifica al violento dejando muertos a los que defendieron la Ley; pero es más, es que, desde que has llegado, sólo te has dedicado a despenalizar y desmontar los pocos controles anticorrupción que nos quedaban.