En un giro sorpresivo que ha sacudido los cimientos de la comunidad académica española, Ricardo Rivero, quien hasta hace poco lideraba la Universidad de Salamanca como rector, presentó su dimisión. Este acto, inesperado por muchos, marca el fin de un periodo de gestión que estuvo lleno de desafíos, innovaciones y, sin duda, de un compromiso firme con la excelencia educativa y la internacionalización de la USAL. Resumiendo, como apuntaron a este diario miembros del Consejo de Doctores, el mandato de Rivero ha sido "muy bueno. Siendo el mejor rector posible".
Ricardo Rivero, jurista de profesión y catedrático en Derecho Administrativo, asumió la rectoría de la Universidad de Salamanca en diciembre de 2017, tras ganar las elecciones con una propuesta que prometía impulsar la innovación, la internacionalización y la mejora continua de la calidad académica. Durante su mandato, se enfocó en la modernización de infraestructuras, la implementación de nuevas tecnologías en los procesos de enseñanza y aprendizaje y en la promoción de la Universidad de Salamanca en el mundo.
También, en su gestión se ha producido un aumento de las matriculaciones, quizás el porcentaje más alto en las universidades del oeste español. A lo que se suma el incremento de cursos, sobre todo en másteres, como el número de facultades, sirviendo como base la nueva Facultad de Ciencias Agrarias y Medioambientales que está en una fase de construcción muy avanzada.
Además, desde otro sector, muy involucrado con la Universidad de Salamanca, son las escuelas de español. Ricardo Rivero ha realizado una gran labor en la promoción de la Universidad de Salamanca, así como de la ciudad, en el extranjero. Solo decir que el número de estudiantes de español ha tenido una subida muy importante en los últimos años. Además, la labor de la Universidad de Salamanca, junto al Ayuntamiento de la ciudad, han permitido llevar a Salamanca como ciudad del español a infinidad de países. Lo que se traduce en que el número de estudiantes aumenta como también la procedencia de los mismos. Situar a la USAL y a la ciudad de Salamanca como centro del español llevó a Rivero a enfrentarse, incluso, al Gobierno de España en la toma de decisiones que iban contra el interés de la Universidad y la ciudad. Por ello, hay que destacar su independencia ante todos los poderes. Su bien y valor más preciado, siendo como es un auténtico discípulo del Estudio salmantino y el Humanismo.
Desde estas perspectivas, Ricardo Rivero se erigió en defensor a ultranza de la Universidad de Salamanca como "lugar del libre debate intelectual". Estas afirmaciones, tuvieron un claro destinatario, Vox y su líder Santiago Abascal, las pronunció Rivero en el discurso ofrecido en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca, ante el Consejo de Doctores, autoridades civiles y militares, así como invitados de toda la sociedad salmantina, en el homenaje de "reparación y desagravio" al rector perpetuo Miguel de Unamuno, investido doctor honoris causa por la Universidad de Salamanca.
Ricardo Rivero dejó claro que la institución académica ha denunciado las "tiranías de uno y otro signo político, homenajeado al Ejército y a la Policía como defensores de la seguridad y también a quienes protegen la libertad". Rivero, catedrático de Derecho Administrativo, elogió el trabajo de la universidad por "dignificar las ciencias y las letras con el respeto a todo el mundo. Este debería ser el unamuniano mensaje de la Universidad", apuntó.
En aquel reciente homenaje a Unamuno, Rivero defendió, como también había dicho don Miguel, el rector perpetuo, la autonomía del rector y de la universidad "frente a cualquier presión, al decir en cada momento lo que consideraba justo. Frente al ruido de las redes de nuestros días y las múltiples contaminaciones de la memoria, las naturales y las artificiales; los afanes ilusorios de reescribir la historia, de dar versiones distintas e interesadas del pasado, la USAL quiere hoy agradecer y proclamar, contra toda confusión, las virtudes de don Miguel de Unamuno: lucidez, frugalidad, justicia, entereza y coherencia".
Más de ocho siglos de historia
La Universidad de Salamanca, con más de ocho siglos de historia, ha sido y sigue siendo un faro de conocimiento y cultura, no solo para España, sino para el mundo entero. Bajo la gestión de Rivero, la institución ha logrado significativos avances, adaptándose a las exigencias del siglo XXI sin perder su esencia histórica. La introducción de grados y posgrados adaptados a las nuevas demandas del mercado laboral, así como la potenciación de la investigación y la transferencia del conocimiento, son solo algunos de los hitos destacados de su rectorado.
La decisión de Rivero de dimitir ha venido acompañada de una serie de especulaciones sobre los motivos detrás de esta repentina salida. Sin embargo, en su comunicado, Rivero ha preferido centrarse en los logros alcanzados durante su mandato y en agradecer a la comunidad universitaria su apoyo y esfuerzo conjunto. Ha mencionado la importancia de dar paso a nuevas ideas y liderazgos que continúen con la labor de mejorar y posicionar a la Universidad de Salamanca en el panorama educativo global.
Ahora, la Universidad de Salamanca se encuentra ante el desafío de elegir a su próximo rector o rectora, una tarea que requerirá de una profunda reflexión colectiva para asegurar que el legado de Rivero no solo se preserve sino que se amplíe. El compromiso con la innovación, la inclusión y la excelencia académica seguirán siendo pilares fundamentales en esta nueva etapa.
Mientras tanto, Ricardo Rivero no ha dejado entrever sus planes para el futuro, pero es evidente que su paso por la Universidad de Salamanca dejará una huella imborrable, no solo en términos de logros y proyectos realizados, sino en el espíritu de comunidad y pertenencia que ha sabido fomentar entre estudiantes, profesorado y personal administrativo. Su dimisión no es solo el cierre de un capítulo, sino el inicio de una nueva era para una de las instituciones más venerables de España. Pese a quien pese.