La pesadilla continúa, aunque estos días vamos aprendiendo que las palabras en castellano suenan y valen mejor que en catalán, vasco, gallego y demás lenguas inventadas de las taifas de la península. Vamos camino de crear el grupo de lenguas delincuentes peninsulares. Los mensajes a los que nos someten en estas elecciones son de lo más cutresalchichero, no vale la pena escucharlos. Alguien es capaz de explicarnos por qué el colectivo LGTBI tiene que tener más derechos si no están enfermos, tienen alguna minusvalía, o son más tontos que el resto, mientras los enfermos de verdad como los del ELA están totalmente abandonados a su suerte y de sus familiares. Cada vez hay más colectivos que están por encima de los derechos constitucionales por el artículo del forro de los que cuelgan. Al final nos tocará hacernos terraplanistas para tener algún derecho.

Habría que echarse a temblar por los ciberataques a empresas pues luego llegará la estafa a los clientes. La octava monarquía más rica del mundo necesita que los españoles le estemos inyectando dinero todas las semanas, el nombre lo conocemos todos. Aquí paz y después gloria. El fango por el que caminamos es cada día más denso y profundo. Parece que los asesores de algunos partidos políticos mayoritarios no tienen un nivel de inteligencia por encima de lo normal, parece que han aprobado la ESO con asignaturas suspensas. Estamos cansados de falsas promesas y de que se pacte año tras año con los enemigos de España. Hemos visto que desde Europa han destrozado nuestra agricultura, nuestra industria, han anulado nuestros vehículos, nos han llenado de inmigrantes ilegales sin oficio ni beneficio, etc. Y el mensaje electoral no cambia salvo excepciones.

Los progresistas de hoy encarcelarían a Lope de Vega, Cervantes y muchos más. Los llamarían nazis agresivos. Menos mal que los progresistas no leen. Somos un país que sólo toma las calles para celebrar títulos de fútbol y menos mal que nos dejan hacerlo en paz. Hoy el parlamento europeo se vuelve a cercar con barricadas para recibir a los agricultores, para proteger nuestras fronteras y nuestras calles nada. Para defender los edificios de la UE concertinas y policía. Hay un gran déficit moral y político en Bruselas.

Cuando murió el caudillo ETA había asesinado a 39 personas, el resto hasta las casi 900, mutilados aparte, los asesinó durante la democracia. No lucharon contra la dictadura sino contra la democracia. Lo mismo pasa en Israel en que los terroristas luchan contra un estado democrático. El norte de Israel esta en llamas por los ataques de Hizbullah. Nos venden el mensaje que los que destruyen y mutilan son los buenos.

El feminismo de hoy culpabiliza a los hombres de su soltería, al igual que a su belleza, éxito laboral e inteligencia. Nada más lejos de la realidad los hombres queremos envejecer tranquilos, lo demás importa poco. Aquí lo que se necesita en esperanza y ganas para poder formar familias estables. Un poquito más de CO2, más agricultura, más ganadería, más industria, más transporte y más vergüenza a todos los niveles. Leyes que protejan la institución familiar sobre la que ha girado siempre todo lo demás.

España no es la Taylor Swift de la economía europea ni del mundo. La última vez que escuchamos una payasada de tal calibre fue con Mazinger Z y la Champions. Un año después nos hundimos. Menos mal que el Real Madrid sigue ganando copas y ganamos algo en Europa.