Ha muerto un héroe. Falleció el comandante de las FDI Arnon Zamora. Arnon dirigió una fuerza de combatientes hacia la casa donde se alojaban tres rehenes israelíes y resultó herido por el fuego de los terroristas palestinos de Hamas. Bendita sea su memoria. Apellidos como el de este comandante nos recuerdan como muchos descendientes de judíos españoles están inmersos en los combates. Muchos son descendientes del reino de Castilla y León. Aquí seguimos informando en los telediarios lo que firma Hamas y las playas de Gaza a rebosar de gente bañándose.
Marruecos sigue mandándonos pimientos con clorpirifos y fenazquina, dos pesticidas que paralizan el sistema nervioso central, mientras seguimos perdiendo nuestra soberanía alimentaria. En 2024 los musulmanes de Afganistán tienen su mercado de venta de niñas, de hasta 5 años. Pagos en especie para saldar deudas o comprar comida. Por algún motivo nos quieren vender que la llegada de población de esos países será bueno para Europa.
Hemos asistido a una campaña electoral con más de lo mismo, con pocos que aporten programas e ideas. No salimos de las falsedades históricas degeneradoras de la política como que el frente popular fue el bando republicano, y que la democracia se identifica con el antifranquismo. Los niños siguen pasando de curso sin aprobar, y si la estadística sale mal se anula la asignatura y santas pascuas. Por otro lado Putín puede atribuir los ataques de Ucrania con armas occidentales a la OTAN, mientras seguimos para bingo. Mientras siguen discutiendo entre izquierdas y derechas nadie se acuerda que con 29 años un español de los 60 ya tenía una década cotizada, coche, posibilidades de promoción, esposa y tres hijos y casa, ahora te dan una subvención para comprar videojuegos para la playstation. España tiene un 11% de deuda y soporta cerca de un 30% de paro juvenil sin expectativas de mejorar, si no fuera por sus padres estarían pidiendo en las iglesias, pero tenemos que aceptar a los ingenieros y abogados que llegan de África. La obsesión por lo que puede o no puede hacer una mujer es ya más que insoportable. Los niños han llegado a ver la microscópica cebolla en el sofrito pero no encuentran los calcetines en el cajón.
La economía se desploma la confianza, desaparecen 48.000 empresas y las pymes se hunden. Ya no importa que te dejes el móvil en casa, lo importante empieza a ser que no te dejes el spray antidelincuentes y violadores. Chicos y chicas empiezan a tener miedo de salir a la calle de noche. Von der Brujen, presidenta sin presentarse a las elecciones, con 30.000 euros al mes, sonríe mientras el treinta por ciento de la gente no tiene dinero para tres comidas diarias, y el cuarenta por ciento pasa frío por no encender la calefacción. Ejemplo de la elocuencia. Anuncian 30 millones para financiar películas españolas que nadie ve pero cuyos actores y directores son de la cuerda. El mismo gobierno que lleva 6 años vetando la Ley del ELA porque no hay forma de encontrar 38 millones.
Una de las razones para estudiar historia, en serio no aprobando de cuota, es para darse cuenta que todas las ideas estúpidas que están de moda hoy, ya han sido probadas y demostrado como desastrosas, una y otra vez. Las consecuencias también siempre son las mismas, borrón y cuenta nueva. Una guerra para resetear la población. Actualmente el número de idiotas, ignorantes, pagafantas, bobos y correlindes es tan alto que ya podemos decir que forman un grupo social que se autoperciben como injustamente perseguidos y agraviados. El resto pasa. En 1970 no había obesidad, no había drogadictos, no existían tatuajes salvo los de los legionarios, ni implantes. No había camas en la playa porque tumbarse en la arena era bueno. No había sombrillas porque el sol fortalecía la salud, ni gafas de sol, ni cremas tóxicas. No había duchas. Tampoco había rayas blancas en el cielo. Al final todo funcionaba pues había paellas con peces recién pescados y vino tinto de rioja. Todo era sano y sin problemas. Te sentías libre. Europa debe volver a la fe o perecerá. La fe es Europa y Europa es la fe.