El pasado viernes, titulaba mi columna "Tribunal Constitucional o Tribunal Constituyente", haciendo referencia a las últimas sentencias en las que los magistrados del TC autotitulados progresistas, pero que yo prefiero llamar sanchistas, están realizando una interpretación tan singular de la Constitución que más bien es una reforma encubierta de la misma para satisfacer las exigencias que se les imponen desde la Moncloa, aunque no es de extrañar, cuando el Presidente del Tribunal Constitucional fue Fiscal General del Estado con un Gobierno Socialista, y es asistido dócilmente por un exministro sanchista y una alto cargo en Moncloa con el Presimiente Sánchez, que precisamente fue premiada por la Junta de Andalucia a la que ahora amnistía y el resto de magistrados de este grupo tienen un dudoso prestigio jurídico y que además se negaron a abstenerse por su relación anterior con los hechos que ahora se están juzgando y que por cierto ha motivado que Vox anuncie una querella por prevaricación.
Todo ello hace que el que se supone debería ser el máximo órgano de vigilancia del respeto que todas las Instituciones deben sentir por la Carta Magna se haya convertido en el máximo incumplidor de la misma, atribuyéndose funciones y competencias que ni la Constitución ni las leyes le adjudican. Por decisión propia se ha atribuido las competencias de un tribunal de casación y apelación respecto de las sentencias del Tribunal Supremo, permitiéndose rectificar las sentencias de quien para la Constitución es el máximo órgano de la administración de justicia, por mucho que la actual mayoría en el TC se empeñe en desempeñar funciones que la Carta Magna no contempla.
Y es que, como mucho nos temíamos, el goteo de sentencias que en relación con los casos de los ERES de Andalucia se están produciendo, han terminado con el escaso prestigio que al Alto Tribunal le quedaba y es que, una tras otra, el TC está revisando y corrigiendo a la baja las sentencias que la Audiencia Provincial de Sevilla primero, y el Tribunal Supremo después, hasta un total de 15 magistrados dictaron en relación con el desfalco de 680 millones de euros que estaban presupuestados para indemnizar a los parados, despedidos y miembros de los gobiernos de Chaves y Griñán y que en parte llegaron a los bolsillos de algunos socialistas que fueron incluidos en las listas de algunas empresas en las que nunca habían trabajado, de los que tan sólo se han recuperado 27 millones, y que a otros muchos les permitió el fácil acceso al consumo de cocaina y sexo, y a alguno a almacenar billetes "hasta para asar una vaca".
Pero en ningún caso el TC exime de responsabilidades a los socialistas recurrentes, sino que ordena a la Audiencia Provincial de Sevilla que no aplique determinados preceptos legales con lo que disminuyen las penas impuestas y les libran de entrar en la cárcel, por lo que es incomprensible que ayer compareciera Manuel Chaves sacando pecho y presumiendo de que no había sido indultado ni amnistiado y que iba a reclamar su reingreso en el Psoe andaluz. Por supuesto estamos ante un claro exceso competencial en las que se invaden las competencias que la Constitución atribuye claramente al Tribunal. Estamos ante un intento de borrar la corrupción que reinó en Andalucia durante años y que al margen de los tribunales castigaron los electores sacando a los socialistas del gobierno andaluz. Por cierto, y qué ocurriría si ahora la Audiencia de Sevilla se negara a acatar la sentencia? Eso sí sería un conflicto competencial de muy difícil solución.
En todo caso podéis estar tranquilos. Estos indultos o amnistías, los llamen como les llamen, han empezado por arriba: exministras , expresidentes de la Junta de Andalucia y del PSOE Andaluz y consejeros y altos cargos de la junta de Andalucia Socialista, pero que al final pagarán los platos rotos los funcionarios que se limitaron a cumplir las órdenes que les llegaban de sus superiores. Con la Ley de Amnistía se pidió perdón a los culpables del Procés y con estas sentencias se hace lo propio con los autores de la mayor corrupción producida en la Europa comunitaria.
Y si a alguno le cabe alguna duda de cuanto vengo contando hasta aquí, les recomiendo leer los votos particulares de los cuatro magistrados discrepantes que harían ruborizarse a los 7 Magníficos que imponen sus votos a la minoría conservadora repitiendo las votaciones por 7 a 4 votos sentencia tras sentencia. Siempre se ha hablado del número 7 y aquí coincide, cómo no, con los siete votos que le faltaron a SuperSanchez para acceder a la Moncloa.y para muestra un botón: El magistrado del Tribunal Constitucional, Enrique Arnaldo denuncia en la sentencia de Manuel Chaves, que la exoneración de los ERES hace tambalear los pilares básicos del Estado de Derecho, " incurriendo en un exceso de jurisdicción, se contravienen los principio constitucionales de la administración. Se suprime de un plumazo la idea del control del gasto público y se contravienen los principios nucleares en materia de derecho de la Unión Europea". Y como los Siete Magníficos saben que esto es verdad, entenderán que aunque suene fuerte, el título de mi columna de hoy es más adecuado a lo que estos ilustres magistrados están haciendo con la Constitución Española y con el propio Tribunal Constitucional que el título con el encabezaba mis comentarios de la semana pasada.
En fin, tengo que confesar que mi estado de ánimo en el día de hoy no es el mejor para escribir, después de asistir esta mañana al funeral de un maestro y amigo, Catedrático de Historia Moderna en la Universidad Vallisoletana, Carmelita Descalzo y ex Cronista Oficial de Valladolid durante 17 años, cargo no retribuido en efectivo pero sí en el cariño y admiración de todos los vallisoletanos que ayer abarrotaron la Iglesia de San Benito, y que aceptó mi propuesta de ser Cronista Oficial de Valladolid, propuesta que ratificó unánimemente el Pleno del Ayuntamiento. A buen seguro que a estas horas, de la mano de San José, de quien era un estudioso, y de la de su muy querida Virgen del Carmen, y después de saludar a Santa Teresa y San Juan De la Cruz, ha sido llevado ante el Padre Eterno. Descansa en Paz, querido Teófanes. Valladolid, que es tu ciudad y la mía, no te olvida y siempre estará en deuda contigo.
Y hasta la semana que viene, que el tema de Begoña se pone cada día más interesante ¿Declarará o se negará a hablar? Mucho me temo que no