Una vez más, cuando había decidido escribir sobre el sangriento golpe de estado disfrazado de elecciones, perpetrado por el amigo de Zapatero en Venezuela, el Presimiente Sánchez, que se niega a contestar en el Congreso a las preguntas de la Oposición sobre los negocios sucios que afectan a la esposa y al hermano del Presimiente e incluso al propio SuperSanchez, éste tiene la desvergüenza de convocar una pseudorueda de prensa, por supuesto con preguntas y periodistas previamente controlados desde la Moncloa, y al más puro estilo "aló Presidente" que tanto gusta al golpista venezolano, para a lo largo de más de una hora, siguiendo un argumentario previamente construido por el centenar de asesores que pueblan las instalaciones monclovitas.

Y puesto a elegir entre golpistas, he preferido al golpista de casa, que no anuncia un baño de sangre si tiene que abandonar el Palacio de la Moncloa, pero que está implantando paso a paso una autocracia chavista asesorado por su amigo Zapatero, al anunciado baño de sangre del dictador venezolano si las urnas no le daban la victoria. Y aunque la Comisión Electoral Venezolana, nombrada por él mismo, le proclamó vencedor antes de completar el recuento electoral, de haber inhabilitado a Corina Machado a través de los tribunales nombrados por él mismo, y a pesar de que los resultados se reconocen sin hacer públicas las actas electorales y que ya ni sus propios vecinos los líderes bolivarianos de Chile, Brasil, etc., reconocen como válidos, ha comenzado el baño de sangre y la represión con más de veinte venezolanos asesinados por los paramilitares venezolanos y ya son más de mil los detenidos. Por cierto, nuestro eximio Presimiente continúa sin denunciar la farsa electoral y el baño de sangre que sufre aquel querido país. Pero como de este asunto tendremos ocasión de hablar durante semanas, hablemos hoy de nuestro golpista.

Y ya sé que llamar golpista a Su Sanchidad podrá resultar exagerado para algunos de los lectores, pero yo les pediría que se liberen de prejuicios y sigan mi razonamiento. Y comenzaré como siempre consultado el Diccionario de la RAE que en su primera acepción considera golpista al "perteneciente o relativo al golpe de Estado" y en su segunda acepción a quien "participa en un golpe de Estado o que lo apoya de cualquier modo". Y yo me pregunto si hay alguien en este país, "apesebrados" aparte, que no tenga claro que la actuación de SuperSanchez se acomoda perfectamente a la definición académica.?

Que Pedro Sánchez accedió legítimamente a la Presidencia del Gobierno no admite discusión, pero que para ello, después de perder las elecciones se tuvo que apoyar y someter a las exigencias de los golpistas catalanes y de los herederos de los terroristas de la ETA. Pero conviene recordar que también Hitler accedió al gobierno de forma legítima y ya sabemos como terminó. Ciertamente Sánchez no es Hitler, aunque él sí compare con el asesino nazi a los líderes de Vox, y en ese camino hacia la autocracia, de forma mucho más sibilina que el golpista venezolano, cuyos paso vamos siguiendo: Comenzó modificando el código penal para suprimir el delito cometido por los golpistas catalanes a los que posteriormente indultó olvidando su promesa de que los políticos no deben indultar a otros políticos. Pero esto no satisfacía las exigencias de sus nuevos socios y se vio obligado a confeccionar con ellos una Ley de Amnistía, algo que de forma reiterada el Presimiente y sus ministros aseguraban que no cabía en nuestra Constitución y que en un "cambio de opinión", muy propia de quien copreside el Gobierno, ( el otro copresidente se llama Puigdemont), decidió ceder una vez más dar por buena, después de repetidos retoques, dar por bueno el texto previamente revisado y corregido por el abogado de Puigdemont y el mismo Conde Pumpido.

Y así Pedro I el Mentiroso pasa a ser a Pedro I el Golpista, si damos por buena la definición de golpista que nos enseña la RAE. Y nadie duda a estas alturas que al Presimiente no le gusta la separación de poderes ni tiene el más mínimo respeto por la vigente Constitución Española, hasta el punto de declarar sin empacho que caminamos hacia una España Federal, y no es que la Constitución sea inmodificable, sino que la propia Constitución prevé el mecanismo para su modificación, algo que Sánchez prefiere ignorar con el mayor descaro. Y es que ni siquiera quiere una España Federal, sino una España Confederal asimétrica, con lo cual daría cobertura a las negociaciones actuales con ERC, algo contrario, no ya sólo a la Constitución Española sino a la propia esencia del socialismo internacional que busca la igualdad entre la población mundial y a pesar de que los lideres de ERC aseguran que se trata tan sólo de un paso más hacia la independencia de Cataluña.

Y así, pasito a paso ha ido invadiendo todas las Instituciones que tienen como misión vigilar y controlar las decisiones del Gobierno, como recordaba el Senador Antonio Silván al ministro trinidad: "controlan el Consejo de Estado, el Tribunal de Cuentas, la Fiscalía General del Estado, CNI, RTVE, CIS, SEPI, Patrimonio Nacional, Red Eléctrica Española, RENFE, Agencia EFE, Correos, AENA, Red de Paradores de Turismo, Loterias y Apuestas del Estado y lo que es más grave, el Tribunal Constitucional.

Y curiosamente, este órgano, el máximo intérprete de la Constitución es el primero en incumplirla, atribuyéndose la facultad de atribuirse las funciones de un Tribunal de casación ante las sentencias del Tribunal Supremo, y éste Tribunal, que es el más alto del sistema judicial español, acaba de elevar una consulta cuestionando la constitucionalidad de la Ley de Amnistía con un informe jurídico del más alto nivel en el que afirman que no se ajusta a nuestro ordenamiento constitucional. Esperemos que la decisión no sea una vez más un 7 a 4, o un 7 a 5 si vota el nuevo Consejero.

También podríamos hablar de las mentiras sobre la economía española, que sucesivamente a pasado de ir en moto a ir como un cohete y últimamente a ir como un tiro, sin hablar del déficit y la deuda pública, del aumento del empleo, ocultando la precariedad, los fijos discontinuos y el desmesurado crecimiento del empleo público, del incremento de la inseguridad ciudadana, de los problemas presuntamente delictivos que afectan a su familia, o de la utilización de la abogacía del Estado para litigar contra el juez Peinado que investiga a su mujer. Por cierto, y esto no es prevaricar?

En fin, para Pedro I el Golpista lo único importante es mantenerse en la Moncloa, al precio que sea. Esperemos que salga de allí para comparecer ante un Tribunal independiente y responda de todas las fechorías cometidas desde su despacho, aunque de momento me confirmaría con que compareciera ante el Congreso, el Senado o incluso, ante los líderes regionales de su partido. Pero mucho me temo que una vez más me quedaré con las ganas, mientras que el Presimiente y su familia toman el falcon para veranear a costa del contribuyente en alguna de las fincas del Patrimonio Nacional.

Pero no os preocupéis, que el tema va para largo. Hasta el viernes que viene.