Vaya semanita que hemos tenido y ya estamos en agosto, tiempo en el que los españoles están marchándose de vacaciones o pensando en ellas, en definitiva, en tiempo de descanso. Nadie está mirando las noticias a ver qué es lo que está pasando en nuestro país. Mientras tanto, hemos tenido a un presidente del Gobierno declarando por el posible tráfico de influencias en el que está imputada su esposa, presentando una demanda contra el juez por prevaricación. Seguro que todos recordáis cuando exigía a Mariano Rajoy la dimisión por haber sido llamado a declarar como testigo en el caso de corrupción que afectó al Partido Popular, y que dio lugar a la presentación de una moción de censura de la que salió elegido Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. A esto le llamo yo "consejos vendo que para mí no tengo".
Al día siguiente, para desviar la atención una vez más, se marcó un "ALOHA SÁNCHEZ" cantando todas las "excelencias" de su supergobierno, esto es un suma y sigue…
Más Cataluña
Los independentistas catalanes de ERC se han salido con la suya y han conseguido un cupo catalán. Para los que no lo conozcáis, no es más que una financiación a la carta para Cataluña como la que tienen los vascos y los navarros. La de estos dos territorios está reconocida en la Constitución Española y no es más que otra concesión que se tuvo que hacer durante la transición a la democracia para contentar a estos territorios, que en ese momento, con la acción del terrorismo de ETA amenazando a nuestro país, no quedaba otro remedio. En definitiva, lo que supone es que van a tener más dinero que el resto de las Comunidades Autónomas. Tampoco es tan difícil de entender, solo hay que ver cómo están estas regiones, no les falta de nada y ver cómo está, por ejemplo, Castilla y León, donde nos falta casi de todo. Llegamos a mi pueblo el pasado domingo, que está situado en Segovia, y resulta que no hay internet y mi hijo me pregunta cómo es posible, si estamos en una aldea. Le tengo que explicar que esta es la realidad del mundo rural. ¿Cómo no van a quedarse vacíos los pueblos? El internet de hoy es como la electricidad cuando se inventó.
Otra de Renfe
Decidí volver al lugar del crimen, es decir, a RENFE en Valladolid para solicitar la devolución del importe de mi billete de AVE del pasado 24 de julio, ese del que hablé en mi artículo de la semana pasada y que tenía un tren Avant a las 18:10 con llegada a las 19:20 y se convirtió en que llegué a la una de la mañana.
Cuando estaba esperando mi número para que me atendieran, me detuve a mirar las pantallas en las que, al lado del anuncio de los números y las ventanillas de atención, se anuncian todas las maravillas y servicios de RENFE, entre ellas algunas como "La mejor experiencia de viaje", "atención personalizada en todas las estaciones", "presencia de personal de RENFE en todo momento", "puntualidad"… La verdad es que pensé que yo debía de haber estado en otro sitio, al tiempo que también me vino a la cabeza cómo a muchas empresas las sancionan por contener publicidad engañosa en sus etiquetas o anuncios. A RENFE no debe de haberle inspeccionado nadie la publicidad que realiza.
Cuando me tocó mi número de atención, le pregunté a la señorita que me atendió si la indemnización por todos los daños derivados del retraso que tuvo ese día mi tren incluía alguna compensación por el tiempo perdido y todas las molestias que me ocasionaron. Me dijo que me devolvían el importe de mi billete y que no había nada más. Me sugirió presentar una reclamación.
Sostenella y no enmendalla
Al día siguiente de los hechos, presenté la reclamación online. No tengo ninguna fe en que esta reclamación prospere porque ya he presentado otras dos por diferentes motivos y no me han contestado a ninguna de ellas.
El viernes volvía a viajar a Madrid y el caos en Chamartín seguía siendo el mismo. No se había adoptado ni una sola medida. Los viajeros seguían aguantando estoicamente los retrasos. Es francamente frustrante que una empresa del Estado con un presupuesto que se acerca a los 4.000 millones de euros no se digne ni siquiera a contestar.
A este presupuesto hay que sumar las inversiones que se realizan en la red ferroviaria por la empresa ADIF, que es quien le corresponde esta tarea y que supera los 6.000 millones de euros.
Quiere esto decir que en nuestro país los trenes se llevan 10.000 millones de euros anualmente y resulta que nos merecemos el maltrato que nos dispensan. Cada vez hay más gente perjudicada por el nefasto funcionamiento de los trenes en nuestro país, esta semana viajeros que sufrieron retrasos de 4 horas para viajar a Jaén se manifestaban en la estación de Atocha.
Lo peor de todo es que se está normalizando la mala gestión de lo público y la gente ya no sabe qué hacer, ni a dónde quejarse, ni a quién protestar. Los ciudadanos solo quieren que lo público funcione y obtener una respuesta que sea acorde a los impuestos que pagamos.