España sigue liderando la posición que tiene a nivel mundial en el sector turístico, sigue estando entre los primeros en la recepción de turistas. El INE publicaba los datos del primer semestre de este año y ha recibido por primera vez más de 42 millones de visitantes que han realizado un gasto de más de 55.000 millones de euros. Los ingresos en nuestro país en todo lo que supone el sector: en hoteles, restaurantes, ocio, compras representan una parte muy importante de la generación de riqueza de nuestro Producto Interior Bruto. Son miles de personas las que trabajan en el sector.
Son básicamente las que trabajan durante el verano y en el mes de agosto, casi las únicas que trabajan porque el resto del país prácticamente se paraliza. Seguimos siendo un destino de sol y playa, siguen siendo las islas Baleares seguidas de Cataluña y Andalucía y también Madrid aporta un importante crecimiento. Los turistas buscan las experiencias de nuestro país, pero claramente los destinos siguen siendo preferentemente los mismos desde que España comenzó en los tiempos del franquismo la explotación de nuestros recursos turísticos: el SOL Y LA PLAYA.
De los mismos países
Los países de los que provienen los turistas que llegan a España son fundamentalmente ingleses, alemanes, franceses y en menor medida, americanos. Deberíamos diversificar la captación de turistas de países en los que aún tenemos poca fuerza y también los destinos. España es mucho más que sol y playa. Tenemos una oferta turística que tiene en el patrimonio histórico y en la cultura y las tradiciones una enorme variedad.
Nuestra historia recorre todos los tiempos desde el origen de la evolución humana con Atapuerca como máximo exponente donde se hallaron los restos del primer hombre europeo, el “homo antecesor”, a los pobladores llegados desde otras latitudes y a la sucesión de diferentes civilizaciones que han dejado sus vestigios en nuestro país. Bienes que han sido declarados por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad y que nos sitúan a la cabeza en la posesión de esta riqueza monumental. Nuestro país se ha acostumbrado a liderar el turismo de sol y playa y le presta escasa atención a la promoción del turismo histórico y cultural, desperdiciando un turismo que es fundamentalmente el asiático y el americano, al que le encanta este tipo de visita.
17 políticas turísticas
Esta falta de acción de las administraciones públicas en nuestro país es debida en gran medida a que las competencias en materia turística recaen en las Comunidades Autónomas y tenemos 17 políticas turísticas. España no sale al mundo con una promoción conjunta de país. Tan solo TURESPAÑA hace promoción del turismo del país pero con el mismo contenido de siempre, el de promocionar los destinos de playa. Además, esta actividad genera una merma de recursos económicos para toda la promoción turística y salimos al exterior cada uno contando lo suyo.
Realmente esto supone una pérdida de fuerza de nuestro país una vez más por la existencia de esta compartimentación de las competencias. Siempre es lo mismo, perdemos eficacia y servicio a los ciudadanos en cuanto que no dedicamos nuestros recursos económicos con un objetivo único que es beneficiar los intereses de nuestro país aprovechando todas las sinergias disponibles. El turismo de interior sería fundamental en este momento.
Miles de pueblos en España sufren despoblación, la gente se marcha y solo quedan los mayores. Si hay un sector con capacidad para generar empleo en el medio rural, ese es el turismo. Necesitamos que se aprovechen todos los recursos que existen en los pueblos de nuestro país.
Turismo histórico y cultural
Recientemente visitaba el Canal de Castilla en Medina de Rioseco en Valladolid. Para los que no lo conozcáis, es la obra de ingeniería hidráulica más importante que se abordó en nuestro país en el siglo XIX, con el objetivo de que el grano de Castilla llegara al puerto de Santander, una obra con una historia fascinante en un pueblo con una riqueza histórica también extraordinaria. No está promocionada y resulta harto complicado saber de su existencia y de su interés.
Tampoco está cuidada la experiencia de esta visita. Se realiza en un barco ramplón, muy mejorable como también lo es el recorrido. Como este atractivo turístico existen cientos en Castilla y León y en el resto de pueblos de interior de nuestra geografía. Solo necesitarían una política global homogénea que identificara el turismo de interior histórico y cultural con un solo marchamo, con una acción uniforme de puesta en valor de los recursos turísticos con una promoción dirigida a los países a los que les interesa como son los países asiáticos.
Se podrían utilizar los Fondos Next para conseguirlo. Ahora bien, para hacer todo esto necesitaríamos cambiar la estructura organizativa de nuestro país. Las Comunidades Autónomas han dejado de ser útiles para generar riqueza y eso es lo primero que tendríamos que cambiar. Se han convertido en el lastre de muchas políticas y en una fuente de desigualdad entre españoles.