Y llegó la esperada “encerrona” de un torero con 6 toros. Hasta aquí, eso suele ser relativamente frecuente. El matiz está en el tipo de ganado a lidiar. Hoy por hoy no es lo mismo torear 6 cuvillos que 6 victorinos. Ambas ganaderías tienen sus respectivos prestigios asegurados pero por causas muy diferentes. Los de ayer, los Victorinos, (muy aplaudidos y uno dio la vuelta al ruedo…) fueron todos magníficos de presentación y de comportamiento en la lidia. Y hubo un torero que los lidió. A los seis. A los primeros recibiéndolos con el capote a modo de delantal llevándolos hasta el centro del ruedo. No vimos unas verónicas hasta el quinto…Y los de mi izquierda dando voces ¿Y las verónicas cuándo? Pues ya lo visteis. Hasta el quinto y después en el sexto.

De Justo estuvo valiente, sin correr excesivos riesgos con derechazos y naturales de muy diversa factura y de muy diversa calidad, algunos realmente magníficos. Fue mucho de lo mismo, pero bien ejecutado. Y por ello fue premiado por el numeroso público asistente (Repito mi ruego: ¿alguien le puede informar al ministro de Cultura que la gente SI va a los toros…?). Realmente, ayer Emilio de Justo, el torero extremeño de Torrejoncillo, presentó su tarjeta de visita y dejó clara su posición relevante en el mundo del toreo. Y tuvo el detalle, siempre emotivo, de dejar a Álvaro de la Calle dar unos capotazos al sexto brindando a los sobresalientes su muerte, detalles que también engrandecen el toreo. Vaya por delante mi más cordial enhorabuena por su actitud y por su arte.

La alguacililla fue la encargada de entregar las 2 orejas de uno de sus enemigos al diestro. También alguien debiera indicar a la funcionaria taurómaca que cuando se conceden dos orejas, se deben llevar una en cada mano, para que, quienes duden, puedan asegurarse del galardón. Mis vecinos extremeños de al lado se deshacían en preguntas, "¿pero cuantas le han dado? ¿Solo una?”... Una en cada mano, alguacililla.

Los de mi lado, se esforzaron lo indecible por exhibir su bandera verde-blanca-negra, enseña regional de Extremadura, bandera sobre la que estaba claramente escrito el nombre de Plasencia. Hay que ver los esfuerzos de los placentinos para que el torero, montera en mano y con las orejas les elevara siquiera una mirada, un gesto, un saludo monteril… pero nada. Venga a agitar la bandera, Y dale que dale… hasta que un alma caritativa vecina les preguntó “¿Os lleváis bien los de Torrejoncillo y los de Plasencia?”

Debo relatar la mezcla de sentimientos de tristeza y de felicidad de mis vecinos extremeños. Tristeza porque, ni con bandera al aire, el torero les enviara un gesto de saludo. Y era difícil no ver un pedazo de bandera de su terruño. Pero enormemente alegres por el triunfo de su paisano. Guardaron la bandera, plegándola con exquisito cuidado, nos saludamos, nos felicitamos por el éxito del torero y por haber tenido, los de aquí y los de allá, una gran tarde de toros, de toreros, de subalternos (Menudos pares de banderillas que vimos ayer…)- Y para Plasencia. Al lado de Torrejoncillo. Y se acabaron los gin-tonics...

Y tras estos dos breves apuntes, que El Español ha accedido a publicar, añadiré que los toros desde los tendidos se aprecian en conjunto mucho mejor que desde el burladero en el que estuve más de 50 años como responsable de la enfermería. Aparte del estrés de las faenas, propio de quienes tienen el cometido de atender a los heridos, el tendido es relajado. Vives la fiesta desde el lado del público y hablas o discutes con el llamado “respetable” y en ocasiones como ésta, disfrutas con la compañía. O sea, ministro, se “socializan” los toros.

Felicidades a Tauroemoción por el éxito artístico, y supongo crematístico. Gracias por traernos toros y toreros de primera línea. Y que San Pedro Regalado siga cuidando de ellos. Y de Valladolid la ciudad que lo vio nacer…

Y para próximos eventos, traten de impedir que el público se mueva por los tendidos cuando hay toros en el ruedo. Si se llega tarde, se espera en la boca del vomitorio hasta que acabe la faena. Como siempre se hizo. Y como creo ordena el Reglamento…

El Dr. Antonio María Mateo Dr. Antonio M. Mateo, ha sido cirujano taurino de la enfermería de la plaza de toros de Valladolid 1971-2021. Actualmente es vicepresidente de la Sociedad Española de Cirugía Taurina.